Turquía, Polonia, Hungría, Reino Unido y Bielorrusia pasan por el filtro de la Comisión Europea y se arriesgan a sufrir sanciones comunitarias

Las claves más importantes de la cumbre extraordinaria de la Unión Europea

photo_camera AFP/JOHN THYS - El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez (izq.), el presidente francés, Emmanuel Macron (der.), y la canciller alemana, Angela Merkel (der.), examinan documentos durante una cumbre de la UE en Bruselas el 20 de julio de 2020

La Unión Europea retoma la cumbre extraordinaria una semana después de aplazarse por el nuevo protocolo de coronavirus. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, estuvo en contacto con un positivo y tuvo que guardar cuarentena obligando a posponer la urgente reunión comunitaria.

Ahora sí, todos aparentemente sanos, los líderes de la Comisión se han congregado para abordar los temas que más urge resolver, como las complejas relaciones con Turquía y la tensión en el Mediterráneo oriental, la posibilidad de emitir nuevas sanciones a Bielorrusia, resolver las dudas de la Comisión sobre si dar o no presupuestos para los países que no cumplen el Estado de derecho (Hungría y Polonia) y la creación del fondo de recuperación para paliar los efectos del coronavirus.

La cumbre durará dos días y Alemania teme que las diferencias internas bloqueen tanto el acuerdo para el fondo europeo de recuperación, como las sanciones para los países que no cumplan con el Estado de derecho. Chipre no va a dar tregua hasta que se sancione a Turquía y está dispuesta a bloquear otras medidas para presionar en este tema. Así mismo, Hungría y Polonia se resisten a la voluntad mayoritaria de vincular el desembolso de fondos europeos al respeto del Estado de derecho.

Hay que recordar que Polonia y Hungría fueron sometidos al artículo 7 de los Tratados de la Unión por considerar que sus Gobiernos nacionales violaron el Estado de derecho. El pasado miércoles la Comisión publicó un informe sobre el Estado de derecho en cada una de las naciones comunitarias en el que dejaba vislumbrar ciertas críticas a Hungría, Polonia y Bulgaria.

¿Qué es el artículo 7 de los Tratados de la Unión Europea? Este artículo existe para estudiar y determinar si existe un riesgo claro de que un Estado miembro incumpla gravemente los valores comunes mencionados en Artículo 2 del Tratado. El artículo 7, así mismo, establece mecanismos especiales con sanciones de gran alcance en caso de que un país de la UE no respete los valores fundamentales mencionados.

Polonia, hace cinco años, comenzó un proceso de modificar el Tribunal Constitucional y el sistema de fiscalías, lo que ha llevado a una debilitación de la independencia judicial. Por otro lado, Hungría pretende reformar el Poder Judicial y aumentar la persecución a periodistas y medios de comunicación. Estas actitudes, llevadas a cabo por dos Gobiernos de extrema derecha, según la Comisión Europea “ponen en peligro el Estado de derecho” y se han planteado sancionarles retirando a ambos países los presupuestos europeos.

Los Veintisiete han conseguido pactar una posición común sobre el Estado de derecho, pero no han logrado acordar las sanciones o pasos a seguir en el futuro de manera unánime: se han opuesto tanto Hungría como Polonia, por creer que la propuesta va demasiado lejos, como los países del Norte (Países Bajos, Suecia, Dinamarca, Finlandia y Bélgica), que con el apoyo de Austria y Luxemburgo piensan que las razones para retirarles el presupuesto son insuficientes.

Esta división puede derivar en un bloqueo del fondo de recuperación (planteado para paliar la crisis del coronavirus), puesto que la decisión legal para que Bruselas emita deuda debe recibir el visto bueno de todos los Estados miembro y ser ratificada después por los parlamentos nacionales.

Ursula von der Leyen
El arma de doble filo que suponen las sanciones contra Turquía

La cena de la primera jornada de cumbre se centrará en la reflexión de los líderes sobre el futuro de las relaciones con Turquía, país con el que la tensión también ha ido en aumento a causa de sus incursiones en aguas del Mediterráneo de Chipre y Grecia.

La diplomacia europea es partidaria de agotar las vías del diálogo con Ankara, porque lo consideran un socio estratégico en la región, sobre todo para la gestión migratoria, lo que mantiene en suspenso la posibilidad de sanciones para defender los intereses europeos como exige Nicosia.

La directora de la oficina del Parlamento Europeo en Madrid declaraba para Atalayar que “Turquía siempre tiene algo que decir y ha ejercido su presión de manera muy inteligente. Si os habéis fijado, los ministros de Exteriores sí que hablan muy claramente de las sanciones a Bielorrusia. Pero en cuanto a Turquía, se ha llevado el tema a debate, pero no se ha mencionado el tema de las sanciones”, explicaba la semana pasada en el programa de Radio de Atalayar.

La presión migratoria que ejerce el país hacia la Unión Europea es una cuestión que agobia a los líderes comunitarios. Turquía actualmente alberga a más de 3,6 millones de refugiados sirios, unos 300.000 iraquíes y decenas de miles de afganos e iraníes. Todos ellos esperando que Europa tramite sus peticiones de asilo y refugio. El freno que hace el país otomano ayuda mucho a la Unión a seguir su camino sin preocuparse de más por las políticas migratorias, que tras el incendio del campo de Moria, han vuelto a salir a debate con la reforma del Tratado de Dublín. 

Antes de abordar la cuestión turca, los líderes también intentarán superar la falta de unanimidad para confirmar el acuerdo informal de agosto en el que los 27 consensuaron sancionar a una veintena de dirigentes en Bielorrusia, en respuesta a la represión violenta de las protestas en el país y a la manipulación de las elecciones presidenciales.

Ambos conflictos, a pesar de ser totalmente distintos, están enlazados por la reticencia de Chipre, que condiciona su apoyo a las sanciones contra Minsk a que se aprueben medidas similares contra Ankara por su intimidación en el Mediterráneo.

En las últimas jornadas Turquía se ha retirado de las aguas del Mediterráneo en disputa con Grecia, dando espacio al diálogo con Atenas. Aunque mantiene su actividad en zonas chipriotas, donde Nicosia denuncia un aumento de la tensión y reclama la solidaridad europea. La idea de Charles Michel es establecer una conferencia internacional para que desde la óptica multilateral se puedan resolver el conflicto marítimo y encauzar la relación de la UE con Turquía, que atraviesa distintos temas desde la migración hasta la estabilidad en la vecindad sur.

Boris Johnson
Los últimos coletazos del Brexit resuenan en la Unión Europea

Finalmente, los mandatarios europeos han tratado el futuro de las relaciones con Reino Unido después de que Londres haya adoptado una ley que anula disposiciones del acuerdo del Brexit. La Unión considera inaceptable este movimiento, que enmarca como una violación del Derecho internacional, las capitales no esperan un debate de fondo, ya que será parte de su discusión en la cumbre formal que les reunirá de nuevo en Bruselas a mediados de octubre.

Por su parte, el Gobierno británico responderá "a su debido tiempo" a la carta enviada por la Comisión Europea (CE) después de que esta anunciara medidas legales contra este país por un controvertido proyecto de ley que contraviene el acuerdo de salida del Brexit, señaló este jueves un portavoz oficial en Londres.

La presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, ha anunciado la apertura de un procedimiento de infracción contra el Gobierno de Boris Johnson por no haber retirado antes de finales de septiembre un controvertido proyecto de ley sobre el mercado interno que contraviene el acuerdo de salida de este país del bloque comunitario.

“Necesitamos crear una red legal de seguridad a fin de proteger la integridad del mercado interno de Reino Unido, asegurar que los ministros puedan siempre cumplir con sus obligaciones en Irlanda del Norte y proteger las ganancias obtenidas en el proceso de paz", apuntó el portavoz británico.

Esa polémica legislación pasará ahora a la Cámara de los Lores, donde los conservadores no tienen mayoría. No obstante, si la Cámara Alta introdujera cambios, esos deberían ser refrendados por los Comunes. Pese a que Bruselas ya había advertido a Londres de que iniciaría acciones legales si no retiraban el proyecto de ley antes de finales del pasado mes, Boris Johnson continuó adelante con la tramitación.

Sin embargo, presionado por diputados de su propio partido, el primer ministro británico agregó una salvaguarda adicional por la que no podrá ejecutar los poderes que le otorgaría esa ley para romper el acuerdo de salida del bloque firmado el pasado octubre, si no obtiene primero permiso del Parlamento.

El jefe de Gobierno ha dicho que no hay intención de alterar el tratado si ambas partes llegan a un acuerdo sobre su futura relación antes de que finalice el periodo de transición el Brexit, a finales de diciembre.
 

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