Si el actual presidente resulta reelegido, potenciará la Seguridad Nacional en la esfera ultraterrestre. Si gana Joe Biden, reforzará la utilización del espacio en el plano medioambiental y el conocimiento del cambio climático

Las diferentes visiones de Trump y Biden para mantener el liderazgo espacial de Estados Unidos frente a China

PHOTO/Bloomberg Getty Images - Donald Trump y Joe Biden mantienen posturas diferentes respecto a sus planes espaciales, pero no importa quién ocupe el Despacho Oval, aplicará una política semejante

La política en materia espacial es de tal importancia para los contribuyentes de Estados Unidos que tanto el actual presidente republicano, Donald Trump, como el candidato demócrata, Joe Biden, han incluido en sus respectivos programas electorales las líneas maestras que pretenden seguir si cualquiera de ellos alcanza el poder tras las elecciones del 3 de noviembre.

Con visiones estratégicas diferentes para los cuatro años en que uno u otro ocuparán el Despacho Oval de la Casa Blanca, ambos contrincantes hablan en sus debates frente a frente y también en sus discursos de la exploración espacial y de la NASA, temáticas que cuentan con una visión positiva del 75% de la población norteamericana.

El eje por el que discurrirá la política ultraterrestre en caso de alzarse Donald Trump con la victoria estará centrado en la Seguridad Nacional. El presidente considera el espacio como un nuevo campo de batalla y repite siempre que tiene ocasión que “quien lidera el espacio, lidera el mundo”. Washington no puede dejar de lado el deseo de mantener su liderazgo y libertad de acción en el espacio, para afrontar el continuo reto al que la China de Xi Jinping somete a Estados Unidos, con la Rusia de Putin a la zaga. 

Aunque la fecha no parece realista, Donald Trump quiere ser el presidente que en 2024 felicite a las astronautas que vuelvan a colocar la bandera de Estados Unidos sobre la superficie lunar

Basado en la superioridad tecnológica y económica del país, el programa elaborado por el Partido Republicano habla de “potenciar la recién creada Fuerza Espacial” ‒una rama independiente de la Fuerza Aérea‒, y de “establecer una presencia humana permanente en la Luna”. Es el programa Artemis, cuyo máximo hito está planeado para 2024, año en que los astronautas norteamericanos ‒con las primeras mujeres entre ellos‒ pueden volver a poner los pies sobre la superficie lunar.

También busca “construir un gran sistema de ciberdefensa” para proteger sus constelaciones de satélites y un poderoso escudo antimisiles, al igual que “favorecer el papel de la iniciativa privada en el espacio, ganar la carrera de las comunicaciones 5G y establecer una red nacional satelital de internet de alta velocidad a escala mundial”. Y “sentar las bases de la primera misión tripulada a Marte”, dejando en segundo lugar los programas científicos.

A lo largo de su Presidencia ha puesto en marcha numerosas iniciativas que han fortalecido las actividades y los presupuestos de la NASA y del sector espacial militar
Biden se inclina por la ciencia y la tecnología

Para cumplir estas prioridades, solo el presupuesto solicitado para la NASA para 2021 asciende a 25.200 millones de dólares, lo que supone un aumento del 11,5% respecto al vigente. A ello hay que añadir los fondos asignados a las múltiples organizaciones militares con actividades en el cosmos.

En el caso de Joe Biden, el cosmos nunca ha sido uno de sus temas de interés personal y ni siquiera político. Lo demuestra su escasa participación en la política espacial norteamericana durante sus cerca de cinco décadas como senador y sus muy pocas intervenciones en la materia en sus ocho años como vicepresidente de Barack Obama (2009-2017). Pero tampoco lo fue de Donald Trump hasta entrar de lleno en política.

Pero como candidato demócrata a la presidencia, no le queda más remedio que colocar el espacio en primer plano, como una de las principales vías para contentar a los que pugnan por limpiar el medio ambiente y comprender mejor el cambio climático que afecta al planeta.

Si es reelegido, incrementará el papel de la iniciativa privada en el marco espacial comercial y centrará las actividades de la NASA en misiones de exploración científicas complejas

De resultar vencedor en las elecciones del 3 de noviembre, Joe Biden favorecerá que la NASA reoriente su actividad hacia la Tierra, con nuevas misiones satelitales de observación, en paralelo a su gran organización meteorológica, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).

Joe Biden se ha comprometido a que la Agencia mantenga su importante actividad en la exploración del cosmos, que es la mayor del mundo, y que para los próximos cinco años contempla un presupuesto anual del orden de los 2.800 millones de dólares. Ha confirmado que “proseguirá con los principales programas ya en marcha”, como es el caso de la estación orbital Lunar Gateway posicionada alrededor de nuestro satélite natural y de Artemis, el regreso de astronautas a la Luna. 

Joe Biden plantea aumentar la investigación científica, la innovación tecnológica y médica en cooperación con sus socios de la Estación Espacial Internacional
Gane quien gane, continuidad

Sin embargo, si los 28.000 millones de dólares presupuestados entre 2021 y 2025 para Artemis no se materializan, será una buena excusa para posponer hasta el año 2028 el casi imposible objetivo fijado por la Administración Trump de volver posarse sobre la superficie lunar dentro de cuatro años.

Para comprender mejor nuestro propio planeta y el lugar que ocupamos en el Universo, el candidato demócrata también plantea “aumentar los fondos para la investigación científica, así como la innovación tecnológica y médica en cooperación con sus socios de la Estación Espacial Internacional”. Incluso “iniciar los estudios para llevar astronautas a Marte” y más allá en los años finales de la década de 2030, el próximo gran paso en la exploración del sistema solar.

El candidato demócrata ha declarado que proseguirá con los principales programas en marcha, como el regreso de astronautas a la Luna y la estación orbital Lunar Gateway alrededor de nuestro satélite natural

En caso de victoria de los demócratas, lo previsible es que la Administración Biden imponga pocos cambios en las políticas y programas que ahora lleva entre manos la NASA. Lo probable es que haga cambios en las prioridades de la Fuerza Espacial creada por Donald Trump y modifique presupuestos y calendarios, pero dentro de una continuidad de las principales iniciativas ya activadas.

Los dos candidatos a ocupar la Casa Blanca quieren pasar a la historia como los presidentes que anunciaron el primer programa tripulado a Marte

Lo que a todas luces parece que será cancelado, sea quien sea el nuevo presidente, es el desarrollo completo o parcial del llamado Sistema de Lanzamiento Espacial o SLS, ‒acrónimo de Space Launch System‒, el súper cohete capaz de hacer llegar la nueva astronave tripulada Orión a la Luna, que podría ser relevado por uno más barato de la compañía Saces.

PHOTO/NASA - El mandato presidencial 2021-2025 será el decisivo para la continuidad o la cancelación del Sistema de Lanzamiento Espacial, el súper cohete previsto para trasladar astronautas a la Luna

SLS es un proyecto que ha sufrido múltiples retrasos, que ha consumido decenas de miles de millones de dólares y que fue una solución de compromiso impuesta a Barack Obama por el Congreso para reemplazar al inacabado lanzador Ares V de los años de mandato de George W. Bush (2001-2009).

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