Las disputas entre el Bloque Sadrista y las formaciones chiíes pro-Irán protagonizan la primera sesión del Parlamento iraquí
Tras las elecciones legislativas celebradas el pasado mes de octubre, el Parlamento iraquí ha celebrado su primera sesión con el fin de sentar las bases para crear el nuevo gobierno nacional, que podría estar presidido por el clérigo chií Moqtada Sadr, ganador de los comicios. Sadr, a diferencia de otros líderes chiíes del país, ha expresado su rechazo a la presencia iraní en Irak; asimismo se ha presentado como un acérrimo oponente de Estados Unidos. A pesar de la victoria en las urnas, el Bloque Sadrista tendrá que lidiar con otras formaciones chiítas rivales que siguen rechazando los resultados electorales y piden tener representación en el futuro ejecutivo.
Durante este primer pleno, representantes del Marco de Coordinación, coalición que agrupa a varios partidos chiíes, han afirmado que actualmente constituyen el bloque parlamentario más amplio, con 88 escaños frente a los 73 de Sadr. En este sentido, las formaciones más poderosas de la coalición, Fatah, vinculado a las micilias proiraníes, y Estado de Derecho, liderado por el exprimer ministro Nuri al-Maliki, expusieron un documento al presidente interino solicitando que su coalición se determine como el bloque más grande en el parlamento, a pesar de que ambas alianzas, en conjunto, solo cuentan con 50 escaños. Esto provocó el rechazo de los representantes sadristas, que defendieron su formación como el principal bloque parlamentario.
Como resultado, comenzaron altercados entre las diferentes formaciones políticas. Mahmud al-Mashhadani, el parlamentario más mayor de la Cámara que se encargaba de presidir la sesión tuvo que ser hospitalizado después de una agresión, según detalla la televisión estatal, Al Iraquiya. Algunas fuentes parlamentarias aseguraron a la agencia EFE que Al-Mashhadani sufrió “un golpe en la cabeza” propinado por un diputado del Bloque Sadrista, mientras que otras aseguran que el diputado tan solo “se desmayó”. No obstante, INA, la agencia oficial de noticias anunció que se encontraba en una condición "estable".
Tras el altercado la sesión se suspendió durante un tiempo y posteriormente fue reanudada por Jaled al Daraji, el segundo diputado de mayor edad de la Cámara. En esta segunda parte del pleno, Mohammed Al Halbousi, exgobernador sunita de la provincia de Anbar y líder del Partido del Progreso fue reelegido para un segundo mandato como presidente de la Cámara con 200 votos de 329. La formación de Al Halbousi fue el partido más votado entre los musulmanes sunitas de Irak en las elecciones de octubre y logró 37 escaños.
No es la primera vez que el país es testigo de luchas políticas entre las formaciones chiíes. Desde que se conocieron los resultados de las elecciones, miembros y seguidores de la coalición Fatah se han manifestado en numerosas ocasiones cerca de la Zona Verde de Bagdad para denunciar el supuesto fraude electoral. La alianza proiraní logró tan solo 17 escaños en los comicios, frente a los 48 en los anteriores. Por otra parte, el bloque Estado de Derecho, otra coalición proiraní, obtuvo 33 asientos.
El Parlamento cuenta ahora con 30 días para elegir al nuevo presidente del país, que luego pedirá al bloque más amplio que forme gobierno. Varios expertos políticos señalan que el Irak podría contar con un nuevo ejecutivo en marzo. Sadr espera liderar esa futura administración, y en alguna ocasión a sugerido que podría compartir poder con formaciones sunitas como el Partido del Progreso, Al Azm o el kurdo KDP.
