Las fortalezas de la UE: las claves para el futuro de la política exterior europea

En la segunda parte de la primera jornada del curso “Reforzar el papel internacional de la Unión Europea en la Conferencia sobre el Futuro de Europa”, celebrado en el seno de los cursos de verano de El Escorial, se ha llevado a cabo una mesa redonda integrada por la catedrática de derecho internacional público y RRII en la Universidad de Valencia Consuelo Ramón Chornet, el profesor de RRII en la Universidad Complutense de Madrid, José Angel Sotillo Lorenzo y el secretario general del consejo federal del movimiento europeo y catedrático de Derecho Internacional, Luis Norberto González Alonso en la que se ha debatido cómo utilizar las fortalezas de la UE para reforzar su rol geopolítico.

La catedrática de derecho internacional público y RRII en la Universidad de Valencia, Consuelo Ramón Chornet, ha explicado que existe una “falta de reacción de la Unión Europea en materia de antiterrorismo, o en situaciones adversas como la pandemia y la crisis económica que han evidenciado y hecho preguntarnos que sería por ejemplo de España sin la UE”.

En relación con el papel de la UE en la política exterior, Chornet ha puesto como ejemplo la estrategia que tomo la UE en “la dinámica con el anterior presidente de EE. UU.  ya que la UE se vio forzada a reaccionar y a pensar en unas fuerzas propias. Entre los principales objetivos que la UE debe plantearse en estos aspectos giran en torno a adoptar acuerdos en materia de refugiados, prevención de atentados en suelo europeo y prevención ante situaciones de pandemia como las que sufrimos actualmente”.

Por este motivo y de acuerdo con Chornet es necesario unir los esfuerzos para “la construcción de un continente saludable, defender la lucha contra el cambio climático, apostar por justicia social, la igualdad, los retos migratorios, la seguridad y establecer las bases democráticas de la Unión”.

En cuanto a las sugerencias propuestas en este ámbito, la catedrática ha expresado que “si la UE quiere ser un actor con capacidad de influencia su principal reto es no renunciar a su carácter diplomático y normativo así como reforzar su papel geoestratégico en las RRII”.

En este sentido, “la UE debe tener capacidad para adoptar sus mapas mentales a la nueva realidad internacional tal y como es y no tanto como le gustaría que fuera, eso exige la capacidad para reaprender el lenguaje del poder y reafirmarse como un actor de peso”.

Junto a esto ha expresado que “desde hace dos décadas el contexto geopolítico es cada vez mas distinto ya que  cada vez la centralidad corresponde mas a China y al Pacífico. Europa esta envejecida, el contexto laboral es de lo que más ha evolucionado junto con la creación de nuevos nichos de empleo, nuevas condiciones laborales como el teletrabajo o la revolución de las biotecnologías”. Sin embargo, con este avance advierte que ha “avanzado también la fragmentación y la precarización”.

“La UE no carece de recursos a esos efectos, pero sus estados miembros han de demostrar la voluntad política de sumar fuerzas y hacerlo con coherencia”. A este efecto, la catedrática opina que es necesario crear “una agenda innovadora con nuevas reglas en materia social, fiscal y ambiental”.

Situando la posición de Europa en el contexto de pandemia Chornet defiende que esta situación ha evidenciado ser una “prueba de la capacidad y resiliencia de la UE ya que no se puede negar que en medio de un panorama mundial extremadamente difícil la comisión europea reaccionó para tomar las riendas y asegurar la provisión de vacunas en el espacio europeo. La comisión ha sabido poner en marcha un plan de recuperación, esos fondos europeos son una prueba de que los estados tienen una desigualdad en la capacidad de respuesta”. Sin embargo para la profesora, "el problema es que Europa no es solo una realidad si no la combinación de todas las realidades de los países que la integran". 

De cara al futuro argumenta que “debe primar el tema del calentamiento global, para el 2050 si no actuamos ahora no habrá vuelta atrás, así como la autonomía energética centrada en las energías renovables”.

Por otro lado, el profesor titular de relaciones internacionales en la Universidad Complutense de Madrid José ángel Sotillo Lorenzo afirma que desde Europa “siempre pensamos que la cooperación es algo marginal. La cooperación está destrozada, está destrozada la ausencia de cooperación en virtud de que la pandemia ha acelerado sus rasgos negativos junto con otras causas más estructurales”.

Sin embargo, sitúa a la Unión Europea como “un referente en las políticas de cooperación para el desarrollo ya que si nos vamos a los modelos estadounidenses o de otros países en comparación con el modelo europeo”. En este sentido defiende reforzar “aquello que hacemos bien reconocer el papel fundamental que puede jugar en el futuro en ese rol geopolítico”.

En este aspecto desde la Unión Europea sería necesario vigorizar estas fortalezas tales como “la política consolidada como parte de la acción exterior, la significación de ser el primer donante mundial de ayuda mundial al desarrollo, el alineamiento y la buena trayectoria con la agenda 2030 y los objetivos, metas de desarrollo sostenible en el ámbito económico, social y ambiental, así como posicionarse como un referente en el multilateralismo, papel ante la COVID-19”.

Del mismo modo, defiende “reforzar principios y valores el modelo europeo reconocimiento como socio relevante diferente al modelo EE. UU. y China, trabajar con los socios desde la corresponsabilidad no desde el status de donante”.

Como propuestas, Sotillo ampara por exigir “una mayor rendición de cuentas a la ciudadanía, endurecer el impacto de la cooperación europea y fomentar una mayor concienciación y educación para el desarrollo”.

Para finalizar, el secretario general del Consejo Federal del movimiento europeo, Luis Norberto González Alonso, ha explicado en su intervención la importancia del comercio como un instrumento principal a reforzar.

De acuerdo con Noberto, “la UE está reaccionando a cambios que vienen de fuera, en otras ocasiones también se ha visto forzada a hacerlo, pero al mismo tiempo también hay que realizar pasos en el proceso de adaptación ya que nos hemos ido dejando jirones por el camino. Estos esfuerzos de adaptación ponen de manifiesto los problemas de la UE”.

“La UE por su propia naturaleza tiene problemas congénitos que no tiene EE. UU. o Canadá. La política comercial contribuye a reforzar el papel geopolítico de la UE en el mundo”, ha enfatizado.

En cuanto a la evolución de la realidad internacional el secretario ha afirmado que “en el último año hemos asistido a ciertos cambios en la reorientación de la política comercial, se ha creado un nuevo puesto para la UE para detectar donde tenemos problemas comerciales y actuar ejecutivamente. De esta forma, hay que tomar medidas ante el panorama de incertidumbre mundial que se ha creado con el ascenso de China”.

Como soluciones ante esta situación propone una política comercial más asertiva que estimule “el acceso a los mercados públicos, en lo que estamos muy abiertos, pero no podemos ser ingenuos”. Del mismo modo menciona la importancia de “convertir la política comercial en un instrumento mucho más geopolítico ya que el valor fundamental de esta política es la propia unidad que se ha visto amenazada”.