La Justicia francesa condena al tío de Bachar al-Asad por blanqueo de dinero poniendo en evidencia la fragilidad del presidente sirio

Las heridas sin cicatrizar del clan Asad en Siria

REUTERS/YAMAN AL SHAAR - Una mujer pasa por delante de un cartel que representa al presidente de Siria, Bachar al-Asad, en Damasco, Siria, el 5 de marzo de 2020

La historia del clan Asad en Siria podría ser descrita con aquel refrán popular que dice que “la familia es nuestra mayor fuerza pero también nuestra mayor debilidad”. El presidente sirio, Bachar al-Asad ha despedido a su primer ministro, al mismo tiempo que la Justicia francesa ha condenado a Rifaat al-Asad, tío del líder sirio, a cuatro años de cárcel por blanqueo de dinero y a medida que aumenta la inestabilidad económica en el territorio bajo su control. 

El presidente sirio Bachar al-Asad

La historia de este clan se remonta a 1920, año en el cual Ali Sulayman al Wahhish se ganó el apodo de Al Asad (el león, en su traducción al español),  por sus gestas en su ciudad natal, Kardahah, en las montañas de Latakia, en el noroeste del país, así como por defender los intereses de la secta minoritaria de los alauitas –una subsecta de la corriente principal del chísimo, la duodecimana o imaní-- en una Siria dominada, por aquel entonces, por musulmanes suníes. 

El historiador inglés Lord Acton defendía la teoría de que “si el poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente”. Y esto fue precisamente lo que le ocurrió al hijo de Ali, Rifaat al-Asad, quien supuestamente intentó destronar a su hermano mayor, Hafez al-Asad, cabeza del golpe de Estado de 1970 y presidente dictatorial de la República desde el año siguiente. Esta disputa no ha sido olvidada por los descendientes del clan que ha decidido el futuro de Siria durante los últimos cincuenta años. 

La foto de archivo tomada el 1 de enero de 1984 muestra al difunto presidente sirio Hafez al-Assad con su hermano menor Rifaat (en una ceremonia militar en Damasco

Varias décadas después, el Tribunal Correccional de París ha condenado al tío del actual presidente de Siria –uno de los pilares del régimen como jefe de las fuerzas de seguridad interiores hasta comienzos de la década de los ochenta--  a cuatro años de cárcel por blanqueo de dinero; un capital que le ha permitido constituir un importante patrimonio en países como Francia, España o Reino Unido, entre otros. La Justicia francesa también ha confiscado los bienes amasados en Francia, cuyo valor en el momento de la investigación era de unos 90 millones de euros, y a los que se añadían otros 8,38 millones de bienes inmobiliarios que había vendido, según información a la que ha tenido acceso la agencia de noticias EFE.    

En esta foto de archivo del 27 de mayo de 2005, Rifaat Assad, el tío exiliado del presidente sirio Bashar Assad habla durante una entrevista con The Associated Press en su oficina de Marbella, al sur de España

La historia de Bachar al-Asad, oftalmólogo de formación y educado en el Reino Unido, cambió por completo tras la muerte de su padre. Bachar representaba la esperanza de apertura democrática en un país que una década después estaría sumido en uno de los conflictos más crueles del siglo XXI. La guerra civil, la crisis económica y el coronavirus han creado el escenario perfecto para la denominada  “crisis más grave en los últimos veinte años del Gobierno sirio”. 

En este contexto, el primo materno de Bachar y uno de los miembros más ricos de la familia, Rami Makhlouf, ha desafiado la decisión del presidente de cobrarle alrededor de 230 millones de dólares en impuestos atrasados.  A principios del mes de junio, el ministerio de Telecomunicaciones sirio anunció su intención de gestionar la compañía Syriatel, de la que es director Makhlouf, para asegurar el pago de deudas de la operadora. Previamente, el ministerio de Justicia prohibió al magnate sirio abandonar el país “por el dinero que supuestamente debe al Estado”, según han informado varios medios locales. Desde entonces, varios primos de Asad han cuestionado públicamente a través de distintos vídeos la eficacia del gobierno de Al Asad. 

En esta foto de archivo del 24 de abril de 2010, Rami Makhlouf, primo del presidente sirio Bachar al-Assad y uno de los hombres de negocios más ricos de ese país

Sin embargo, en este complicado escenario, el secretario de Estados Unidos, Mike Pompeo, ha anunciado la entrada en vigor de nuevas sanciones al presidente sirio Bachar al-Asad, y a otras 38 personalidades de su entorno, como su esposa Asma o su hermano Maher. A la guerra que asola este país se le ha unido una crisis sin precedentes provocada por estas sanciones. La libra siria se ha devaluado de 50 libras por dólar estadounidense en 2011 a más de 3.000 libras en 2020 y se estima que alrededor del 90 por ciento de la población vive en condiciones de extrema pobreza. Bajo el nombre de Ley César, estas sanciones tienen el objetivo, según el Departamento de Estado, de “ayudar a poner fin al horrible conflicto en Siria promoviendo la rendición de cuentas del régimen de Al Asad”, así como “negar al régimen los recursos financieros usados para fomentar su campaña de violencia y destrucción que ha matado a miles y miles de civiles”. 

 En esta foto de archivo publicada por la página de Facebook de la Presidencia Siria el 27 de enero de 2019, se ve a la Primera Dama Asma al-Assad

Mientras tanto, Asad ha decidido no refugiarse en su familia para hacer frente a la crisis social y política que sufre su país y se ha distanciado también de su primo Ribal al-Asad, de 45 años de edad, y el hijo de su tío Rifaat. Los vídeos elaborados por Makhlouf, han llegado hasta las manos de Ribal quien los ha descrito como un “truco amenazador”. “Conozco personalmente a Rami; es un cobarde. No irá contra el régimen. No es nada sin Bachar”, ha dicho al periódico Foreing Policy.  “Esto es sólo un espectáculo. Bachar está usando a Rami para decirle a los rusos que perderá el apoyo de los alauitas y que afectará sus intereses en la zona costera donde los rusos tienen su base naval y su aeropuerto”, ha explicado. 

En esta foto de archivo del 10 de febrero de 2015, publicada por la agencia oficial de noticias siria SANA, el presidente sirio Bachar al-Asad durante una entrevista en Damasco, Siria

Tras más de nueve años de conflicto, Siria atraviesa una grave crisis económica que se ha visto exacerbada por la crisis interna del clan Asad. Además, el presidente sirio ha emitido un decreto por el que destituye al primer ministro, Imad Khamis, tras varias semanas de dificultades económicas provocadas por el hundimiento de la moneda y la pandemia de la COVID-19. El mandatario sirio ha nombrado en su lugar al ministro de Recursos Hídricos Hussein Arnous, quien ha trabajado previamente como gobernador de la provincia de Deir Zor. Esta situación ha llevado a decenas de personas a protestar en las zonas controladas por el gobierno de Asad. Cientos de manifestantes en la provincia sureña de Sweida han tomado las calles en los últimos días, denunciando el aumento del coste de vida y criticando la gestión del presidente sirio; unas protestas que recuerdan a las manifestaciones antigubernamentales que tuvieron lugar en 2011. 

Esta foto de archivo del 16 de enero de 2014 muestra al entonces ministro de electricidad, Imad Khamis

“La crisis económica está golpeando cada rincón de Siria. La medicina es más cara y escasa. Los precios de los alimentos se han disparado y las cadenas de suministro se han interrumpido. Las mujeres sirias, que son el principal sostén de muchas familias, se ven obligadas a asumir las responsabilidades del cuidado de la familia y a mantener el hogar. En las últimas semanas, hemos visto a muchos sirios comenzar a expresar nuevos temores, incluso pánico en algunos sectores. Sigo haciendo un llamamiento para que se mantenga la calma en Idlib y en otros lugares y para que se establezca un alto al fuego en todo el país, de conformidad con la resolución 2254”, ha dicho este jueves a través de la red social Twitter en enviado de la ONU para Siria, Geir Pedersen. 

Vista aérea se muestra la ciudad de Ariha en la provincia de Idlib el 11 de abril de 2020

El resurgimiento de las protestas ha acentuado un cisma interno dentro del régimen, en el que participa el ya mencionado Rami Makhlouf, primo multimillonario de Asad, conocido por ser supuestamente una de las principales fuentes de financiación del régimen. La crisis económica, las disputas familiares y la guerra que divide esta nación han llevado al presidente Asad no solo a estar a la defensiva, sino a mostrarse más débil que nunca, al mismo tiempo que Siria se convierte en la “sombra empobrecida de lo que fue”, tal y como ha apuntado, el analista Faysal Itani en el think tank Center for Global Policy. 
 

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