La visita a París del jefe del Estado Mayor del Ejército argelino, el general Said Chengriha, provoca numerosos recelos

Las incógnitas sobre los verdaderos intereses de Francia en el Magreb

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Los últimos movimientos políticos y militares de Argelia incluyen a Francia dentro de lo que se vislumbra como una serie de posiciones estratégicas de los dos países. Más allá de las interpretaciones de cada movimiento en Argel para descalificar a su vecino Marruecos en la escena europea e internacional, justo en el momento de un gran incremento del prestigio e imagen de Marruecos gracias a sus Leones del Atlas en el Mundial de Fútbol de Qatar, se ha condicionado ahora por un supuesto escándalo de sobornos de Qatar en el Parlamento Europeo que algunos aprovechan para involucrar a la labor de lobby de Marruecos.

Resulta un tanto sorprendente que los partidos de izquierda, extrema izquierda y radicales en el Parlamento Europeo consiguieran con cierta facilidad y rapidez el debate y votación de una resolución crítica sobre los derechos humanos y la libertad de prensa en Marruecos. Otros grupos influyentes y decisivos en otras ocasiones manejados por los gobiernos de los grandes países europeos, como Francia o Alemania, se ausentaron del debate y facilitaron la aprobación de una resolución que pretendía proporcionar gran ventaja al gobierno político-militar de Argelia frente a Marruecos. Justo, además, un par de semanas antes de una trascendente Reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos que va a impulsar notablemente las relaciones entre los dos vecinos.

En estos momentos, hay que analizar algunos aspectos clave de la recuperación de las relaciones entre Francia y Argelia, después de profundas diferencias.

Para muchos observadores, Francia cuenta, entre otras cosas, con el reciente aumento del presupuesto de defensa argelino, de 18.000 millones de dólares, para establecer contratos de armamento con el ejército argelino.

La venta de armas a Argelia está resultando ser un acto de alto riesgo, debido a las dudas que se ciernen sobre el destino final de estas armas, que sin duda beneficiarán a grupos armados de la región, como las milicias separatistas del Frente Polisario. Esta hipótesis concebible tendrá como efecto contribuir al incremento de la inestabilidad regional y atentar contra la integridad del territorio marroquí.

La cuestión del despliegue de Argelia en el Sahel figuraría entre las cuestiones a tratar por las dos partes, en particular, en esta situación que provoca un sentimiento antifrancés en África.

Argelia debería desempeñar el papel de emisario de Francia en el Sahel para intentar frenar el creciente sentimiento antifrancés en la región sahelo-sahariana. Lo que plantea varios interrogantes sobre las contradicciones de París, víctima del avance ruso en África y aportando, al mismo tiempo, su apoyo a uno de los principales apoyos de Moscú en África, como es Argelia.

Esta visita demuestra perfectamente la duplicidad de Argel, que a pesar de los signos de acercamiento a Occidente (París y Washington), sigue siendo el aliado indefectible de Rusia. La alianza con Moscú es incluso una constante de las alas influyentes dentro del establishment argelino. Lo que da a este desplazamiento de Chengriha en Francia un señuelo de engaño argelino hacia occidente.

Un engaño que también debe inscribirse en la estela de la creciente sensibilidad del establishment argelino con respecto a las relaciones con Estados Unidos, e ilustra el abandono progresivo de los inquilinos de El Mouradia, de su política de desconfianza frente a la presión de Washington, que ahora ha fijado a los aliados de Rusia en su punto de mira, y ya no duda en blandir el espectro de las sanciones económicas contra ellos (Ley CAATSA).

Para no despertar aún más la ira de Occidente, la ANP y sus dirigentes son cada vez menos reacios a diversificar sus proveedores de armas, sobre todo teniendo en cuenta que el aliado ruso tiene actualmente dificultades para satisfacer sus necesidades y permitir que Occidente se beneficie de un contrato de armamento con el ejército argelino. Un cambio de tendencia que podría atribuirse a la evolución de la escena internacional y a las presiones occidentales, cada vez más vinculantes para Argel.

Francia, plenamente consciente del potencial perjudicial de Argelia en el norte de Malí y en los países vecinos, por su aquiescencia a la implantación rusa en la región, sus relaciones supuestamente dudosas con los regímenes golpistas de Malí y de Burkina Faso, así como sus sospechosas relaciones con los grupos armados de la región, estaría incluso tentada de volver a poner a Argelia de su lado en lugar de una oposición de intereses entre ambas partes en la región sahelo-sahariana.

Sin embargo, esta visita se percibe como un servicio prestado por Francia a la persona del General Chengriha, denunciado y acusado por la oposición argelina en el extranjero de haber cometido crímenes y abusos relacionados con los derechos humanos. El hombre y el tráfico de drogas y armas. (revelaciones de Guermit BOUNOUIRA, que han dado la vuelta a la red y que han revivido verdades sobre el lado oscuro de CHENGRIHA, ya mencionado en el libro publicado por el antiguo oficial de la ANP Habib SOUAIDIA, en 2001, " la guerra sucia ").

Su viaje a París es una especie de descrédito a las acusaciones de los detractores del régimen argelino. 

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