Las severas restricciones impuestas a los viajes y la evaporación de la demanda ofrecen un paisaje desolador al tráfico aéreo de viajeros

Las pérdidas de ingresos y pasajeros en las aerolíneas de Oriente Medio y África continúan en caída libre

photo_camera PHOTO/Gulf Air - La compañía de bandera de Bahrain (Gulf Air) tiene restringidos sus vuelos de pasaje pero no así los viajes con carga aérea de productos sanitarios y medicinas

Las líneas aéreas de todo el mundo, de modo muy directo las de Oriente Medio y África, continúan sufriendo las demoledoras consecuencias de las cancelaciones de vuelos ordenadas por los gobiernos, que van unidas en paralelo a la brutal caída en picado de la demanda.

El desplome de ingresos en ambas áreas geográficas es del orden de los 23.000 millones de dólares, de los que 19.000 millones inciden en los transportistas de Medio Oriente ‒39 por ciento de caída respecto a 2019‒ y 4.000 millones en los de África ‒un descenso del 32 por ciento‒, según los más recientes cálculos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).

Para la Asociación, la mejor forma de mitigar los ruinosos efectos de la crisis en el sector de las aerolíneas se basa en que los gobiernos pongan en marcha de forma urgente diferentes mecanismos de ayuda “para mantener la viabilidad de las compañías aéreas” de cara a que sean capaces de “liderar la recuperación cuando se contenga la pandemia”.

Así ya lo han entendido las autoridades aeronáuticas de Arabia Saudí, Jordania, Marruecos, Sudáfrica, Emiratos Árabes Unidos y de algunos otros Estados, que han puesto en marcha medidas financieras y administrativas para apoyar al sector a pasar por el desierto de ingresos que ha creado el coronavirus. La compañía Emirates ha recuperado, desde este lunes 6 de abril, los vuelos con algunas capitales europeas.

Todos los aeropuertos del mundo han extremado las medidas de desinfección y la protección de su personal de servicio

Contar con aerolíneas viables y sanas va a resultar “esencial para impulsar la economía mundial después de la pandemia”, ha precisado Muhammad Al Bakri, vicepresidente regional de IATA para África y Medio Oriente. En cambio, “si los gobiernos no actúan ahora, la crisis será más larga y dolorosa”. 

Con 290 compañías de todo el mundo en su seno, el director general de IATA, Alexandre de Juniac, es rotundo en afirmar que “no hay palabras para describir de forma adecuada el devastar impacto de la COVID-19 en la industria de las aerolíneas”, cuyas consecuencias económicas arrastra a “25 millones de personas que trabajan en empleos que dependen de los transportistas por vía aérea”.

La industria del transporte aéreo ha demostrado su valor en el desarrollo económico y social de África y Medio Oriente, lo que lo convierte en un motor económico para ambas regiones del mundo. Prueba de ello es que de los 25 millones antes citados, ambas áreas geográficas proporcionan ocupación directa o indirecta a unos 8,6 millones de personas.

El desplome de ingresos en los países de Oriente Medio y África asciende a unos 23.000 millones de dólares, según las últimas estimaciones de la IATA
Aumentan los efectos negativos sobre la península arábiga

En un informe fechado el 2 de abril, la IATA ha empeorado sus estimaciones para 2020 de hace tres semanas. Contempla que el mayor número de las cancelaciones en Oriente Medio sigue afectando de manera muy directa a Arabia Saudí, que perderá un total 26,7 millones de pasajeros, sus aerolíneas ‒Saudia, SaudiGulf, Flyadeal, Flynas, Nessma Airlines‒ dejarán de ingresar 5.610 millones de dólares y 217.570 empleos quedarán en situación delicada.

La repercusión sobre Emiratos Árabes Unidos (EAU) incide de forma especial en la aerolínea Emirates de Dubái, que ha recortado los salarios de todo su personal, desde su máximo responsable hasta su último empleado más reciente. Afortunadamente, el príncipe heredero del emirato de Dubái, Hamdan bin Mohammed bin Rashid al-Maktoum, ha confirmado que su gobierno “va a inyectar fondos en Emirates”. La compañía ha recuperado la actividad con vuelos a algunas capitales europeas desde el lunes 6 de abril.

También perjudica a Air Arabia, Flydubai y a Etihad Airways de Abu Dhabi, que desde el 7 hasta el 20 de abril ha reabierto algunos vuelos de pasajeros con destino a Ámsterdam, Melbourne, Seúl, Singapur, Manila y Yakarta. No obstante, el país perderá del orden de 23,8 millones de pasajeros, dejará de ingresar 5.360 millones de dólares y 287.863 puestos de trabajo se ponen en riesgo, ha computado la IATA.

El empleo de 25 millones de personas en todo el mundo depende de los transportistas por vía aérea

El tercer país más afectado es Qatar, en donde se disiparán unos 3,6 millones de pasajeros y se dejarán de obtener 1.320 millones de dólares, lo que repercutirá sobre unos 53.640 empleos, de manera especial en sus tres aeropuertos internacionales y en la compañía de bandera Qatar Airways.

La aerolínea ha reanudado sus vuelos de carga aérea con las ciudades chinas de Pekín, Shangai, Guangzhou, Chengdu, Chongqing y Hangzhou para trasladar mercancías y productos médicos a Oriente Medio, Europa y América gracias a conexiones a través del aeropuerto de Doha.

El Sultanato de Omán tendrá una retracción de 3,3 millones de viajeros, caerán sus ingresos 570 millones de dólares, sobre todo en su compañía de bandera, Oman Air, y alrededor de 40.000 empleados estarán a las puertas del despido. La crisis tendrá una repercusión menor en el Reino de Bahréin, que perderá 2,1 millones de transeúntes y dejará de recaudar 410 millones de dólares, todo lo cual incidirá de forma negativa sobre 9.600 trabajadores y la aerolínea estatal Gulf Air. 

Las primeras consecuencias de la expansión del coronavirus fueron cientos de miles de cancelaciones de vuelos, que al 30 de junio ascienden a más de dos millones
Las aerolíneas de Egipto y Marruecos son las más perjudicadas

Líbano y Jordania también están sufriendo las consecuencias. El gobierno de Beirut verá desaparecer 3,5 millones de pasajeros, se generará un agujero económico de 730 millones de dólares que afectará en especial a su compañía MEA y que pone en riesgo a 97.000 empleos. En el reino hachemita, el descenso de viajeros será de 2,8 millones, principalmente transportados por Royal Jordanian, el de recaudación disminuirá en 500 millones y el personal afectado estará en torno a 26.000 trabajadores.

Entre los países africanos de la cuenca sur del Mediterráneo, Egipto es el más perjudicado. Los analistas de la IATA sitúan un descenso de pasajeros de 9,5 millones y la pérdida de 1.600 millones de dólares entre sus numerosos transportistas ‒EgyptAir, Air Cairo, Nile Air, FlyEgypt, AlMasria Universal Airlines, AMC Airlines y Air Arabia Egypt‒, lo que incidirá de forma negativa sobre 205.000 empleos.

Los aviones comerciales que ejecutan los escasos vuelos de pasajeros están sometidos a rigurosas medidas de desinfección para evitar contagios entre los viajeros

En Marruecos, el recorte será de 8,1 millones de pasajeros, con una caída de 1.300 millones de dólares que repercutirán de manera negativa sobre 372.000 empleos directos e indirectos en los más de 20 aeropuertos y la media docena de aerolíneas del país, entre ellas la compañía de bandera Royal Air Maroc.

En el resto de países africanos con mayor volumen de tráfico aéreo y pasajeros, las perdidas también son espectaculares. En Sudáfrica, habrá 10,7 millones de pasajeros, que conllevan unas pérdidas de 2.290 millones de dólares en gran parte para South African Airways, que ponen en riesgo cerca de 187.000 ocupaciones.

En Nigeria, la caída repercute en 3,5 millones de viajeros, con 760 millones menos de ingresos y una repercusión que alcanza a 91.000 puestos de trabajo en las muchas pero pequeñas líneas aéreas que vuelan en el país.

Las salas de pasajeros y vestíbulos de la inmensa mayoría de los aeropuertos de los países del Golfo y África están cerradas o tienen el acceso restringido

En África oriental, Kenia y su vecina Etiopía van a ver descender 2,5 y 1,6 millones de pasajeros, respectivamente. Sus descensos de ingresos se sitúan entre los 540 (Kenia) y los 300 millones de dólares (Etiopía), que afectan de manera directa a Kenya Airways y a Ehiopian Airlines. Se arriesgan entre 138.000 y 327.000 puestos de trabajo, muchos de estos últimos en el importante aeropuerto internacional de Bole, a 65 kilómetros de Addis Abeba, un centro neurálgico del tránsito aéreo entre Asia y el resto del mundo. 

La estimación de la IATA respecto a las pérdidas globales de ingresos del sector a lo largo de 2020 se eleva a 252.000 millones de dólares, un descenso del 44 por ciento respecto al año anterior. Como consecuencia de las medidas tomadas para combatir la COVID-19, hasta el 30 de junio se han cancelado más de dos millones de vuelos.

Más en Economía y Empresas