La Misión de Naciones Unidas para Libia (UNSMIL) expira el lunes ante la incapacidad del Consejo de Seguridad para establecer un acuerdo de mínimos

Las tensiones entre Rusia y Occidente se trasladan al tablero libio

PHOTO/ONU/LOEY FELIPE - Reunión del Consejo de Seguridad de la ONU

La transición política en Libia ha entrado en una fase crítica. El aplazamiento de las elecciones de diciembre dejó entrever las grietas del proceso auspiciado por la ONU, al tiempo que la organización se ve abocada a la inacción. La disparidad de criterios en el seno del Consejo de Seguridad impide a Naciones Unidas conservar su misión en un país cuya recuperación se antoja determinante para la seguridad y estabilidad regional, esta vez con Rusia, Reino Unido y EE. UU. como protagonistas.

Londres impulsó el jueves la votación de una prórroga de la Misión de Naciones Unidas para Libia (UNSMIL, por sus siglas en inglés). La propuesta buscaba ampliar el plazo de acción un año más, hasta el próximo 15 de septiembre, con el objetivo de respaldar a las autoridades libias en el periodo transicional. La votación encauzaría el reto de la reconstrucción nacional después de una década bajo los escombros de la guerra. 

Los planes de Reino Unido pasan por garantizar al Gobierno de Unidad Nacional una serie de medidas que permitan la celebración de los comicios presidenciales y legislativos “lo antes posible”. En el informe, Londres exigía al resto de Estados miembros de Naciones Unidas que detuvieran “todo el apoyo” a los mercenarios desplegados en el país, que los retirasen de inmediato y que no interfirieran en el conflicto. Y es que aún quedan en Libia efectivos enviados por el grupo Wagner, estrechamente vinculado al Kremlin, y Turquía.

Aniversario revolución libia

Pero Rusia bloqueó en el último minuto la iniciativa británica. Moscú es otro de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad con derecho a veto, teniendo la capacidad de tumbar cualquier resolución. Y cuenta también con intereses en el tablero libio. Un motivo que llevó a la diplomacia rusa a rechazar el informe alegando una serie de disconformidades con su contenido, objeciones que también habrían presentado otros miembros, según fuentes citadas por AFP.

Moscú pretendía impulsar el nombramiento de un nuevo enviado especial de Naciones Unidas para Libia después de la renuncia en noviembre de Ján Kubiš. El diplomático eslovaco dimitió tan solo 10 meses después de ser nombrado por sus continuos desencuentros con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Su marcha un mes antes de las elecciones hizo saltar las alarmas por la inviabilidad del proceso, y puso de relieve el grado de presión al que está sometido el cargo.

Rusia también pretende limitar el plazo de acción de la ONU en Libia hasta el 30 de abril, unas condiciones que contaron con la desaprobación de Reino Unido y Estados Unidos. En este sentido, los representantes anglófonos del Consejo de Seguridad buscan mantener en el puesto de enviado especial en el país norteafricano a Stephanie Williams, la diplomática estadounidense que relevó en noviembre a Kubiš en un contexto de interinidad.

Stephanie Williams

El representante permanente de Rusia ante el Consejo de Seguridad, Dmitry Polyanskiy, subrayó el lunes la importancia de nombrar un nuevo perfil para mediar en Libia. “El enviado de la ONU debe tener suficiente experiencia en el marco de un mandato decidido por el Consejo de Seguridad”, trasladó a los medios. “Desafortunadamente, no tenemos a una persona así al frente de la misión en este momento”, sentenció.

Con una dilatada carrera, Stephanie Williams ejerció un rol determinante en el equipo diplomático que consiguió en 2020 un alto el fuego en Libia. Pero no gusta en Moscú, desde donde se interpreta que la diplomática ejercerá presión en favor de los intereses de Washington. Por su parte, abanderando un mensaje de unidad, la diplomática instó en diciembre a “no instrumentalizar los desafíos actuales en el proceso electoral para socavar la estabilidad y el progreso que se ha logrado en Libia en los últimos 15 meses”.

La UNSMIL expira el próximo lunes 31 de enero, lo que significaría la finalización de una misión vigente desde 2011, puesta en marcha tan solo seis meses después del estallido de la guerra civil. Hasta entonces, los miembros del Consejo de Seguridad deberán negociar para encontrar una solución al bloqueo y prorrogar la misión en el país norteafricano.

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