La moneda libanesa ha perdido más del 90% de su valor y casi el 80% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza

Líbano frente al colapso total: la población se enfrenta a la hambruna ante al vacío de poder

PHOTO/AFP - Manifestantes libaneses bloquean una carretera durante una protesta en la capital, Beirut, el 29 de noviembre de 2021, mientras el país lucha contra una profunda crisis económica

Líbano se encuentra en uno de sus momentos más críticos a nivel social, económico y político. Tras la finalización del mandato de seis años de Michel Aoun, aliado de Hizbulá, el 30 de octubre el Parlamento libanés se encuentra totalmente dividido. Hasta 10 veces se han reunido los representantes políticos de las distintas partes que configuran la Cámara sin éxito alguno de consenso lo que ha dado lugar a una crisis económica y un estancamiento social en el país.

Aunque no es la primera vez que se produce un vacío de poder de estas características. Por ejemplo, antes de la elección de aún en 2016 hubo un vacío de poder presidencial en el país de dos años o, si nos remontamos al año 2008, enfrentamientos armados asolaron las calles de Líbano mientras los parlamentarios se reunían en Doha (Qatar), para alcanzar un acuerdo para un candidato presidencial consensuado, esta vez el país se encuentra en una situación de alta vulnerabilidad, golpeado por la crisis económica, la debacle de la guerra en Siria, la falta de recursos y la división social.

De hecho, algunas de las consecuencias del vacío de poder en el Líbano por ejemplo pasan por la demora de varias iniciativas para implementar reformas estructurales para el programa del Fondo Monetario Internacional (FMI) u otras más banales como la de permitir que el canal de televisión estatal del país transmitiese la Copa del Mundo de fútbol.

Semana tras semana, los legisladores emiten votos en blanco mientras el pueblo suplica pan y trabajo. Se trata de una circunstancia de parálisis para el país que se produce al mismo tiempo que en materia de política exterior se intentan reavivar los lazos con los países del Golfo tras el dominio de Hizbulá durante la última década.

AFP /DALATI Y NOHRA

Además, cabe destacar que este vacío de poder se produce en un momento en el que, también en materia internacional, se produce el “acercamiento” entre Arabia Saudí, Irán e Irak, que buscan una vía diplomática para sus relaciones.

Cómo funciona el sistema de votos en el Líbano

El país mantiene un sistema de poder compartido desde su independencia de Francia en 1943 de tal forma que el presidente debe ser católico maronita; el primer ministro suní y el presidente del Parlamento, chií.

Tras nueve reuniones fallidas, el jefe del Consejo Político de Hizbulá, Ibrahim Amin al- Sayed, y el patriarca maronita, Mar Beshara Boutros al-Rahi, abordaron el pasado 2 de enero la elección del próximo presidente del Líbano en medio de la crisis económica, sin llegar a un acuerdo tácito.

El encuentro se produjo en la sede del patriarcado en el Palacio de Bkerke, donde ambas partes discutieron sobre las condiciones económicas y sociales del país ante el vacío de poder que hay en él.

Por su parte, Al-Sayed enfatizó en que la designación del nuevo jefe de Estado debe completarse lo antes posible y el candidato electo debe contar con el mayor porcentaje posible de votos en el Parlamento, algo que favorece al mandatario de la Resistencia Islámica, que durante estos años ha ido adquiriendo mayores apoyos entre la sociedad.

Lo cierto es que, desde el pasado 31 de octubre, la nación de los cedros sortea los obstáculos del cuarto vacío constitucional después de la independencia en 1943. Tras diez sesiones en el Parlamento, todavía ningún candidato cuenta con el respaldo de la mayoría de 65 votos para llegar a la Presidencia de la República.

Nabih Berri

No obstante, de entre los nombres susurrados por las diferentes facciones del país, parece despuntar uno, el del titular legislativo, Nabih Berri, capaz de asumir las responsabilidades y trabajar en la dirección del entendimiento para nombrar de manera consensuada al próximo representante de la comunidad cristiana maronita en ocupar el puesto de jefe de Estado.

Pero, la espera es larga y las tensiones entre los grupos políticos hostiles crecen día a día. Naim Kassem subsecretario general de Hizbulá, afirmó que no aceptarían a un candidato que se oponga a su reserva de armas y apoye “el proyecto estadounidense- israelí” en el Líbano, por ejemplo.

Por su parte, Charles Jabbour, portavoz del partido Fuerzas Libanesas opina que “estamos viendo una repetición del pasado, en el que Hizbulá y sus aliados dan al Líbano dos opciones: aceptar a su candidato o tener un vacío presidencial”.

Cabe destacar que, en estos tres años de crisis económica, la moneda libanesa ha perdido más del 90% de su valor y casi el 80% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, mientras los precios de los productos básicos se mantienen permanentemente al alza.

Además, una parálisis aún más prolongada en el tiempo podría quebrar las relaciones con el FMI, que estableció un acuerdo el pasado mes de abril para realizar una reforma de sus bancos y la formalización de los controles de capital. Sin embargo, Líbano, vehemente inflexible en su condición política, se mantiene al borde del colapso total.

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Situación de la infancia en el Líbano

En el primer trimestre de 2023, el número de niños que experimentarán inseguridad alimentaria aguda en el Líbano se disparará un 14%, todo ello acentuado por la grave crisis económica iniciada en el país a finales de 2019, según alerta la organización no gubernamental Save the Children.

En la actualidad, cerca de 652.700 menores libaneses y refugiados sirios residentes en la nación de los cedros se encuentran en riesgo hambruna de nivel 3 y 4 respecto a la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (CIF).

En el mes de abril, según las estimaciones de Save the Children, la cifra de niños que se encuentren en estas circunstancias podría elevarse a 743.500 menores de un país con menos de 7 millones de habitantes.

En total, un 37% de los libaneses y residentes sirios adultos ya se encuentran en situación de inseguridad alimentaria. Durante el primer trimestre del año se espera que este porcentaje se eleve hasta el 42%, golpeando a más de 2,2 millones de personas de los que 347.000 se encontrarían en un nivel 4 según el CIF.

Líbano se ha convertido en el sexto país del mundo con mayor inseguridad alimentaria per cápita, sólo superado por Sudán del Sur, el Yemen, Haití, Afganistán y República Centroafricana.

Con este halo de tristeza tan sólo cabe recordar al país que en una ocasión fue nombrado el París de Oriente Medio. Hoy un Oriente roto.

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