Save The Children recoge en un informe 331 testimonios de niños y niñas entre 12 y 17 años en Irak, Egipto, Jordania y Yemen

Los adolescentes, una población golpeada en Oriente Medio

AFP/AHMAD AL-BASHA - Un niño pasa junto a un automóvil que fue quemado durante los recientes enfrentamientos entre milicias progubernamentales en la ciudad de Taez, en el sur de Yemen, el 29 de abril de 2019.

“A veces voy a las bodas de mis vecinos para bailar y divertirme, pero el resto del tiempo me quedo sola en casa. Siempre pienso en el mañana, cuando esté cansada de trabajar y las malas gentes me tiren piedras. Me gustaría que el mañana no llegara nunca. A veces vuelvo a casa llorando porque la gente se porta mal conmigo en el mercado o en las granjas”. Este es uno de los 331 testimonios que la ONG Save The Children recogió en 2017 en Yemen. Son las palabras de una niña de 14 años, Samira, y reflejan lo que sufre gran parte de los adolescentes en la región de Oriente Medio y el Norte de África. Esta parte del mundo alberga a la segunda mayor proporción mundial de jóvenes respecto al volumen de población (29%) y ha sufrido el aumento más rápido de guerras y conflictos en la última década. 

Ismail Abdullah, de 12 años, perdió una pierna en un ataque aéreo hace dos años, en un campamento para desplazados internos en Khamis, provincia de Hodeidah, Yemen, el 31 de agosto de 2019

La organización Save The Children ha presentado este jueves en la sede de Casa Árabe de Madrid un informe en el que se hace eco de lo que sienten y la violencia a la que están sometidos adolescentes entre 12 y 17 años de edad en Irak, Egipto, Jordania y Yemen. “No hay muchos estudios sobre la situación de los jóvenes y sus sentimientos apenas se tienen en cuenta”, ha explicado Natalia Tapiés, asesora de programas de la ONG para la región. Tapiés ha afirmado que lo que les contaron los chicos y chicas a los que entrevistaron les causó mucha impresión. “Están sometidos a muchos episodios de violencia, no solo en los lugares en los que hay conflictos armados sino también en aquellos sitios que no están afectados por conflictos activos”. Tapiés ha hecho referencia al caso de Egipto, un país estable políticamente, pero en el que se producen casos de brutalidad policial y tráfico de drogas por parte de las fuerzas de seguridad.

Los responsables de Save The Children posan con el informe este jueves tras la presentación en Casa Árabe

“La mayoría de los chicos afirmaron ser objetivo de la policía, así como de bandas y grupos armados, lo que les produce impotencia y frustración”, ha asegurado Tapiés. Los chicos y chicas explicaron que para hacer frente a las emociones a las que se ven sometidos recurren a las drogas o a casarse muy jóvenes. Algunos deciden implicarse en la lucha armada para sentir que están contribuyendo, según los testimonios recogidos por Save The Children. 

El documento también refleja que los chavales están sometidos a altos niveles de violencia en todos los ámbitos de su vida: el hogar, la escuela, la comunidad…y que a menudo no tienen ningún lugar seguro o red de apoyo a la que acudir. La violencia no solo está extendida en lugares en guerra como Yemen o Irak. En Egipto o Jordania, los adolescentes también se enfrentan a elevados niveles de violencia y discriminación. “Los conflictos en la región son un problema porque hacen retroceder en los valores progresistas que algunos países habían conseguido, como Jordania”, ha explicado el profesor de estudios árabes e islámicos de la Universidad de Alicante Ignacio Álvarez-Ossorio. 

Un niño yemení de pie entre los escombros, capital, Saná

Además, los adolescentes explicaron en las encuestas que rara vez son preguntados por los problemas a los que se enfrentan en su vida y sienten que nadie les escucha. Los conflictos armados y los desplazamientos forzosos sumen a las familias en unas condiciones terribles y eso afecta a los jóvenes en su conjunto. Según el estudio, hay una división muy profunda entre los adolescentes y sus familias. Estas se sienten abrumadas por las dificultades económicas que atraviesan, y en consecuencia no tienen el tiempo o la energía de lidiar con sus adolescentes, a los que consideran “obstinados, egoístas o agresivos”. 

Para poner remedio a la situación de estos adolescentes, Save The Children recomienda la creación de más oportunidades para que expresen sus opiniones y contribuyan a sus comunidades. También proponen fortalecer los sistemas de protección basados en la comunidad y las instituciones, ampliar las posibilidades de educación de los menores y garantizar los servicios de salud mental y apoyo psicosocial
 

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