La Asociación de Industria y Negocios de Turquía (TÜSIAD) insta a Erdogan a terminar con su política monetaria basada en los recortes de los tipos de interés después de que la lira alcanzase el lunes un nuevo mínimo histórico

Los empresarios turcos alertan sobre el modelo económico de Erdogan

photo_camera REUTERS/Servicio de Prensa Presidencial vía AP - El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan

El pasado jueves, el Banco Central de Turquía (CBRT por sus siglas en turco) anunciaba, por cuarto mes consecutivo, una nueva reducción de las tasas de interés, elevando aún más las preocupaciones sobre la política fiscal del país. Con este recorte de un punto porcentual, la autoridad monetaria sitúa los tipos en un 14% provocando, una vez más, la caída del valor de la lira turca a mínimos históricos. 

Sin embargo, el presidente otomano, Recep Tayyip Erdogan, está decidido a seguir adelante con su estrategia, y sostiene que la implementación de estas medidas incentivará los préstamos y favorecerá las exportaciones. Para ello, el mandatario no ha dudado en intervenir sistemáticamente en la política monetaria, y ha motivado, en menos de tres años, la destitución de tres gobernadores del CBRT y dos ministros de Finanzas contrarios a sus planteamientos. 

En este escenario, la Asociación de Industria y Negocios de Turquía (TÜSIAD) –que representa a más del 80% de las empresas exportadoras de todo el país–  se ha dirigido a Erdogan a través de un comunicado para advertirle sobre “los riesgos de una depreciación significativa de la lira, la aceleración de la inflación, la presión sobre las inversiones, el crecimiento, el empleo y el empobrecimiento de nuestro país.” Y es que la economía turca afronta una subida de los precios que ya supera el 21% interanual, y los expertos, por su parte, no descartan que esta inflación pueda alcanzar el 30% en los próximos meses. 

Sede del Banco Central de Turquía se ve en Ankara, Turquía

Una de las principales causas de la espiral inflacionista ha sido la devaluación de la lira en más del 50% de su valor desde el año pasado. La combinación de un tipo de interés bajo y una divisa débil, tiende a aumentar el precio de los productos importados. Por lo que, para conservar su poder adquisitivo, la ciudadanía se ha visto obligada a convertir sus ahorros en moneda local a dólares u oro. 

“Las decisiones políticas que se han implementado no solo crearon nuevas dificultades para el mundo empresarial, sino también para nuestros ciudadanos”, sostenía la TÜSIAD en su comunicado, en el que, además, instaba a la revisión de la política financiera del país. En palabras de los empresarios, es necesario “evaluar el daño a la economía y volver a los principios económicos establecidos en el marco de una economía de libre mercado”, ya que la situación actual supone "un ambiente de desconfianza e inestabilidad".

Por su parte, Recep Tayyip Erdogan respondió el lunes a estas demandas utilizando interpretaciones religiosas de las enseñanzas del Corán para justificar que no subirá los tipos de interés. “Como musulmán, haré lo que nuestra religión me ordena" y, "si Dios quiere, la inflación disminuirá lo antes posible”, manifestó el mandatario turco, argumentando que el islam prohíbe la usura y los préstamos de dinero a cambio de intereses. Como era de esperar, estas declaraciones provocaron una caída sin precedentes del valor de la divisa turca; un dólar equivalía, aproximadamente, a 18 liras. Además, estos comentarios terminaron por provocar, por segunda vez desde el pasado viernes, la suspensión de las operaciones en la bolsa de valores. 

“No se puede dirigir una economía moderna, integrada en la economía mundial, sobre estas bases. Ni siquiera Arabia Saudí intenta realmente una gestión macroeconómica que cumpla con la sharía”, señaló el economista Timothy Ash, de BlueBay Asset Management, en una declaración recogida por AFP.

Billetes de dólares estadounidenses y liras turcas en una tienda de cambio en Azaz (Siria)

No obstante, en un intento por aplacar el descontento y fortalecer los apoyos a su partido –el Partido de la Justicia y el Desarrollo (APK) –, Erdogan ha hecho público un aumento de un 50% del salario mínimo, situándolo en 4.250 liras (cerca de unos 240 euros) de cara al año 2022. "Con este aumento, creo que hemos demostrado nuestra determinación de no permitir que los trabajadores sean aplastados por el peso de los precios en crecimiento", afirmaba el mandatario sobre esta subida de los sueldos. 

Pese a todo, la volatilidad de la lira turca volvía a ponerse de manifiesto este martes cuando, tras el anuncio de medidas para proteger los ahorros en la moneda otomana, el tipo de cambio recuperó todo el valor perdido a lo largo del mes de diciembre. El mecanismo propuesto, del que apenas se conoce ningún detalle, aseguraría el ahorro local frente a las fluctuaciones del mercado, siendo el Estado turco el que cubriría las pérdidas cuando la depreciación de la lira superase los tipos de interés en los bancos. 

"A partir de ahora, ninguno de nuestros ciudadanos necesitará cambiar sus depósitos en liras a monedas extranjeras por la preocupación sobre las fluctuaciones del tipo de cambio", declaraba Erdogan, en una jornada en la que la divisa otomana recuperó su valor sobre el mínimo récord alcanzado el lunes. 

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