Los líderes europeos critican la presencia de Ghali en la cumbre UE-UA
La presencia del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en la cumbre de la Unión Europea-Unión Africana ha inquietado a los eurodiputados presentes. Algunos de ellos denuncian que su presencia podría acarrear problemas políticos y diplomáticos con Marruecos, además de complicaciones para el futuro europeo y la diplomacia.
A su llegada a Bruselas como miembro de la Unión Africana, Ghali no fue recibido por ningún líder europeo participante en la cumbre. Del mismo modo, el líder del Polisario no pudo reunirse con ningún jefe de gobierno europeo ni ningún ministro de Exteriores de la UE. En este sentido, la Unión Europea reiteró que ninguno de los estados miembros reconoce la “República Árabe Saharaui Democrática (RASD)” e instan a hallar una solución a la cuestión del Sáhara Occidental, un conflicto que entra en su cuarenta aniversario.
Así, el portavoz de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Peter Stano, ha recordado que la invitación de Ghali al encuentro internacional viene de parte de la Unión Africana y que la Unión Europea “es coorganizadora con la Unión Africana (…) por lo que es la Unión Africana la que se encargó de la invitación”.
Asimismo, Stano detalló que su presencia en la cumbre “no cambia la posición de la Unión Europea” respecto a su reconocimiento ya que, según explica, “ninguno de los Estados miembros de la UE la reconoce”. En este contexto, esta línea política ya fue reiterada por la propia Unión Europea durante la celebración de la anterior cumbre UE-UA acogida en Abiyán en el año 2017, encuentro en el que también estuvo presente Brahim Ghali.
En este momento, la Unión Europea continúa trabajando a favor de fortalecer las relaciones con Marruecos. El último país europeo que ha vuelto al camino de la cooperación con su vecino del sur ha sido Alemania, país que había rechazado la propuesta marroquí para solucionar la cuestión del Sáhara Occidental. Fue en este momento cuando Marruecos llamó a consultas a sus embajadores, enfriando, de esta forma, las relaciones con el país germano.
Sin embargo, bajo la nueva presidencia de Olaf Scholz, las buenas relaciones entre ambos países se han recuperado después de que Berlín se mostrara abierto a retomar las relaciones diplomáticas con Rabat tras apoyar la propuesta de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental, un gesto muy significativo para el reino alauí.
Es en este último aspecto donde Marruecos intenta influir en el resto de las capitales europeas para que se posicionen a favor de la propuesta autonómica marroquí, algo que ya hizo Estados Unidos durante la presidencia de Donald Trump y que espera que países como España acaben haciéndolo.
Junto a esto, la actual crisis diplomática que atraviesan España y Marruecos viene derivada del ingreso de Brahim Ghali en Logroño para recibir tratamiento médico por una afección derivada del COVID-19. Sin embargo, la entrada de Ghali fue la punta del iceberg de una cuestión que preocupa mucho más a Marruecos y es la postura que mantiene Madrid respecto a la resolución de la cuestión del Sáhara Occidental.
La postura española tal y como recordó el entonces secretario de Estado de la España Global, Manuel Muñiz, está “enmarcada en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y en el consenso internacional”. Del mismo modo subrayó que desde un principio España apoya “lo que ha pedido el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que es que se lleve a cabo un diálogo entre la parte saharaui y la marroquí sobre el estatus de la región y que esté mediado por la MINURSO”.
Ante esta posición, Ghali declaró en una entrevista para Antena 3 que nunca habían sentido "una participación activa de las autoridades europeas para que el peso de la UE se ejerza y ayude a solucionar este conflicto que ya lleva más de 40 años”. Asimismo añadió que "España tiene una responsabilidad total y completa en este conflicto. Se tiene que asumir de una u otra forma, hoy, mañana o dentro de X tiempo".
Ante esta situación, Marruecos pide a España que se signifique ya que es “un país clave para la resolución del conflicto”. Por otra parte, Rabat ahora ha puesto parte de sus esperanzas en París después de que Francia asumiera la presidencia rotatoria de la Unión Europea por un plazo de seis meses.
Con este nuevo liderazgo por pare de Macron, Marruecos ve a Francia como un socio estratégico capaz de acercar posturas entre el reino alauí y los veintisiete países europeos. Además de tratar influir sobre esta cuestión, Rabat pretende fortalecer los lazos con Europa en cuestiones tan trascendentales como son la seguridad, la inmigración y la protección de fronteras.
