Los líderes de la OTAN llegan a Madrid protegidos por los ojos y oídos del CAOC de Torrejón
Los aviones de Estado que transportan a la cumbre de la OTAN en Madrid a los jefes de Estado y de Gobierno de todas las naciones de la Alianza Atlántica están envueltos por una burbuja protectora invisible.
El punto neurálgico del paraguas que les tutela se encuentra en el Centro de Operaciones Aéreas Combinadas de Torrejón (CAOC-TJ), en la base aérea del Ejército del Aire del mismo nombre, en las inmediaciones de la capital de España. Su actuación se lleva a cabo “en nombre de los 30 países de la OTAN”, lo que reitera el “mensaje de cohesión que proyecta la Alianza”, aseguran fuentes aliadas.
Ese escudo que les ampara de posibles actos hostiles cubre el espacio aéreo de los países del flanco Sur de la Alianza Atlántica. En este caso, está reforzado para evitar que los aviones VIP que trasladan a las altas autoridades nacionales que asisten a la cumbre de la capital de España puedan ser objeto de cualquier potencial agresión por parte de aeronaves no identificadas o de terceros países.
Desde la sala de control del CAOC-TJ se sigue segundo a segundo el vuelo, por ejemplo, del Air Force One en el que viaja el presidente de Estados Unidos. Su vigilancia se inicia desde el mismo instante en que el avión presidencial entra en su extensa zona de responsabilidad, que abarca desde las islas Azores hasta Rumanía, y desde las islas Canarias hasta Turquía.
Son nada menos que unos 6.500 kilómetros cuadrados de este a oeste, que incluye parte del océano Atlántico, todo el mar Mediterráneo y el mar Negro. El CAOC-TJ no solo vela por la seguridad en vuelo del Air Force One y de otros 7 aviones que le acompañan. También el del Airbus 310-300 Polaris que traslada al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. Y supervisa el vuelo del Dassault Falcon 7X del presidente francés Emmanuel Macron y otros dos aparatos con personal de su sequito.
Por supuesto, está incluida la protección del Airbus 321-200 del canciller alemán Olaf Scholz; del Airbus A330 del primer ministro británico Boris Johnson; el Airbus A319CJ del italiano Mario Draghi; el Boeing 747 del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan y las aeronaves que trasladan a todos los líderes de las naciones de la Alianza que llegan a Madrid a partir de las 15:00 de hoy martes, 28 de junio.
El CAOC-TJ está bajo el mando directo del teniente general del Aire, Fernando de la Cruz, y es el paraguas protector de 13 países: Albania, Bulgaria, Croacia, Eslovenia, España, Grecia, Hungría, Italia, Montenegro, Portugal, Turquía, Rumanía y la mitad sur de Francia.
Para llevar a cabo la vigilancia conjunta del espacio aéreo del sur de Europa, el CAOC Torrejón dispone de cerca de dos centenares de militares de 17 naciones de la OTAN, que cumplen su misión de vigilancia las 24 horas, todos los días del año.
Se alimentan de los datos que les proporcionan cerca de 20 Centros de Control e Información (CRC), que supervisan el tráfico aéreo en cada nación, de alrededor de 100 estaciones radar que escudriñan los cielos y son los ojos y oídos del CAOC-TJ.
Bajo su control y mando táctico cuentan con más de medio centenar de aviones de caza en alerta tanto de día como de noche, desplegados en más de 20 bases aéreas de distintos países. Los controladores de Torrejón guían una amplia variedad de cazas de muy diferentes fuerzas aéreas, entre ellos EF-18 y Eurofighter españoles, Rafale franceses, Eurofighter y F-35 italianos, F-16 griegos y también Gripen húngaros.
Bajo su control también se encuentra un Boeing E-3 AWACS de la Alianza, el sistema aerotransportado de alerta y control que, con su antena de radar en forma de disco sobre la estructura superior del aparato, rastrea los cielos en busca de vuelos no identificados. También tiene asignado al menos un avión no tripulado de vigilancia aérea o AGS Northrop Grumman Block 40 Global Hawk, cuya base se encuentra en Sigonella (Italia).
Las incidencias y alertas que pueden surgir son muy variadas. Pueden ser “trazas sospechosas que aparecen de improviso y no cumplen con las normas del tráfico aéreo internacional”, explican desde el CAOC-TJ. Las puede provocar una aeronave civil que no acata las reglas de su plan de vuelo o un avión militar no perteneciente a un Estado miembro de la OTAN. Por ejemplo, cazas MiG-29 o Sukhoi 27, cuatrimotores de vigilancia Tupolev Tu-95 o bombarderos Tu-160 de la Fuerza Aérea de Rusia.
Si un controlador civil verifica que un avión no responde a sus reiteradas llamadas, o bien se desvía de la ruta que tenga establecida, ese incidente se encamina al Centro de Mando y Control Aéreo nacional a través del personal militar de las Escuadrillas de Control Aéreo que trabajan en los Centros de Control Aéreo civil.
A partir de ese momento se activa una alerta y el protocolo de actuación de la OTAN exige que un avión o pareja de aviones estén en el aire en muy escasos minutos. Ese reducido plazo de tiempo significa que, durante las 24 horas del día, el CAOC TJ cuenta con cazas preparados para despegar. Eso supone que los pilotos, mecánicos y armeros viven y duermen en locales inmediatos al hangar donde está aparcado el avión de combate.
El gemelo del CAOC TJ está ubicado en la localidad alemana de Uedem (CAOC-UE), que está cerca de la frontera con los Países Bajos y responsable de vigilar y velar por la seguridad del espacio aéreo de los Estados de la Alianza del Norte de Europa.