Cuatro cancilleres de los países del Golfo realizan una visita oficial a China, el principal importador de crudo del mundo, en lo que podría suponer un “avance” en sus relaciones económicas y comerciales

Los países del CCG buscan potenciar sus relaciones económicas a través del petróleo

Consejo de Cooperación del Golfo

En sintonía con la hoja de ruta adoptada durante el pasado mes de julio, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y Aliados (OPEP+) continúa adelante con el aumento de la producción de crudo. Tras el drástico recorte del nivel de bombeo, en mayo del 2020 –provocado por el hundimiento de la demanda, a causa de la crisis del coronavirus–, la organización petrolera sigue en su empeño de alcanzar, gradualmente, las cifras de oferta previas a la pandemia. En esta línea, se espera que, de cara al mes de febrero, el umbral máximo de producción de crudo supere los 400.000 barriles diarios.  

“Las preocupaciones sobre una caída masiva en la demanda de petróleo se han desvanecido”, han sostenido en un comunicado los economistas de Commerzbank, Daniel Briesemann, Carsten Fritsch y Barbara Lambrech, sobre los temores por un excedente en la producción, generados hace unas semanas con la llegada de la nueva variante ómicron de coronavirus. Esto llegó a provocar una caída del precio del barril de más de un 11% en una única jornada.  

A la luz de esta situación, las potencias petroleras del Golfo han comenzado a reforzar el carácter económico de sus relaciones exteriores, apoyándose en el comercio del crudo, en detrimento de sus lazos políticos –los cuales han parecido considerar mucho más conflictivos y menos beneficiosos.

OPEP

Según algunos analistas y observadores internacionales, el objetivo de esta estrategia podría ser que, teniendo en cuenta el aumento de la demanda y el ciclo alcista de los precios del crudo, los países del CCG (Consejo de Cooperación del Golfo) estarían ampliando sus acuerdos petroleros para obtener una mayor financiación. Una financiación que se destinaría, conforme a sus planes económicos oficiales, a la inversión en energías limpias, turismo y desarrollo de tecnologías avanzadas; avanzando así en la reducción de su dependencia del crudo durante los próximos años.  

Sin embargo, todo optimismo que estas previsiones sobre el aumento de la demanda hayan podido provocar se ha visto empañado por las diversas interrupciones en los suministros a lo largo y ancho de todo el mundo. Ejemplo de ello son los cortes en el bombeo libio o la paralización del transporte ferroviario y el ataque a Tengiz, el principal campo petrolero de Kazajistán. Estas cuestiones han motivado pequeñas fluctuaciones de los precios del barril a lo largo de los últimos días.

Consejo de Cooperación del Golfo

Envueltos en este contexto, los cancilleres de las cuatro potencias del Golfo –Arabia Saudí, Bahrein, Omán y Kuwait–, junto al secretario General del Consejo de Cooperación del Golfo, Nayef bin Falah Al-Hajrah, han realizado una visita oficial de cinco días a la República Popular China. A pesar de que el motivo de este viaje no se ha hecho público aún, son varios los especialistas internacionales que afirman que el objetivo de esta reunión podría ser la de reforzar los lazos comerciales del crudo y garantizar así la seguridad energética de Pekín.  

Estos acuerdos podrían ser muy beneficiosos para las potencias petroleras del CCG, ya que el gigante asiático es el mayor importador de petróleo del mundo (cerca del 40% de sus necesidades de crudo provienen del exterior) y se estima que, para el año 2040, alrededor de una cuarta parte de las exportaciones totales de los países del Golfo se destinarán a China. Del mismo modo, el deterioro de las relaciones diplomáticas y comerciales entre Washington y Pekín desde el pasado 2018 podría favorecer la aparición de nuevos pactos. 

De manera paralela, según ha anunciado el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Wang Wenbin, en una rueda de prensa, los ministros de Exteriores de Turquía e Irán, Mevlut Cavusoglu y Hossein Amir Abdollahian respectivamente, visitarán el país durante esta semana; coincidiendo con los cancilleres de Arabia Saudí, Bahrein, Omán y Kuwait. 

Planta petrolera

Por su parte, los intereses de los países del Consejo de Cooperación del Golfo son muy diversos. A los beneficios económicos y diplomáticos que estas potencias esperarían obtener, se sumaría también su integración en el proyecto Belt and Road Initiative (“La Nueva Ruta de la Seda”), a través del cual China pretende formar un conjunto de enlaces –tanto marítimos como ferroviarios –entre su territorio y Europa. Así, quedar en el centro espacial de estas rutas comerciales sería uno de los objetivos de los países del CCG dentro de esta iniciativa.  

Y, de la misma forma, esta coordinación de las potencias petroleras del Golfo dentro de la OPEP+ supondría un fortalecimiento del posicionamiento de la región en términos comerciales. Mientras que es la propia organización la que determina los límites de producción y los precios del crudo; si estos territorios aunasen sus esfuerzos y sus posturas dentro de la OPEP+, sus intereses se verían mucho más representados.

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