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Más de 1.400 mercenarios sirios enviados por Turquía regresan de Libia

Han vuelto en las últimas fechas tras haber terminado sus contratos para combatir en la guerra civil libia
Combatientes leales al Gobierno de Acuerdo Nacional libio

AFP/MAHMUD TURKIA  -   Combatientes leales al Gobierno de Acuerdo Nacional libio

Más de 1.400 soldados a sueldo provenientes de Siria que luchaban para Turquía en la guerra de Libia han vuelto al país sirio tras haber finalizado sus contratos; unos 1.200 de ellos en los últimos diez días. 

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), tras haber expirado su relación contractual con el régimen turco han regresado a Siria. El número de combatientes que fueron a luchar al país norteafricano ha llegado hasta ahora a unos 18.000 mercenarios de nacionalidad siria. Entre ellos hay 350 niños menores de 18 años, según cifras de la entidad radicada en Reino Unido y que cuenta con una amplia red de informadores sobre el terreno. 

El país euroasiático interviene en la guerra civil libia a favor del bando del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA, por sus siglas en inglés) tras el pacto que selló a finales del año pasado el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, con el primer ministro del GNA, Fayez Sarraj. Gracias a este acuerdo, se garantizó el apoyo militar otomano a las milicias de Sarraj y se repartieron zonas económicas exclusivas muy relevantes por sus recursos de hidrocarburos en el entorno del Mediterráneo. 

El GNA libio, radicado en Trípoli y reconocido desde 2016 por la Organización de Naciones Unidas (ONU), lucha en esta guerra contra el Ejército Nacional de Libia (LNA, por sus siglas en inglés), dirigido por el mariscal Jalifa Haftar y asociado con el otro Ejecutivo oriental de Tobruk. El curso del enfrentamiento bélico favorecía a las fuerzas de Haftar tras la última gran ofensiva lanzada sobre la capital tripolitana en abril del año pasado; pero la intervención turca igualó la contienda propiciando que los grupos armados del GNA recuperasen terreno y llegasen incluso a amenazar puntos como Sirte o Jufra, considerados líneas rojas por el vecino Egipto, que llegó a advertir con la intervención de sus potentes Fuerzas Armadas si se entraba en esos enclaves. 

La guerra civil de Libia se ha internacionalizado e intervienen potencias extranjeras que apoyan a cada facción de cara a buscar sus propios intereses. El GNA recibe el citado apoyo de Turquía y de la ONU y el de Qatar e Italia. Mientras, el LNA es apoyado por Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos (estos tres rivales del Estado qatarí), Rusia y Francia. En este escenario, Turquía y Rusia toman parte mediante el envío de mercenarios a sueldo; por parte rusa, a través del Grupo Wagner (compañía privada de combatientes a sueldo que colabora con el Kremlin); y por parte turca mediante el envío de combatientes a sueldo provenientes de Siria y adscritos a grupos supuestamente ligados en el pasado con entidades terroristas como Daesh o Al-Qaeda. 

Aproximadamente 8.500 de los mercenarios pro-turcos regresaron a Siria, después de que terminasen sus contratos y se asumiesen sus cuotas financieras. El número total de yihadistas que llegaron a Libia es de 10.000, de los cuales 2.500 son ciudadanos tunecinos, según apunta el medio de comunicación Libya Review.

A principios de este mes, el OSDH informó sobre que el Gobierno turco tiene la intención de reducir los salarios de los mercenarios de las facciones sirias pro-Ankara que desean permanecer en Libia.

Después de que los mercenarios recibieran un salario mensual de alrededor de 2.000 dólares, Turquía redujo la cantidad a 600; sobre todo, a raíz del último acuerdo de alto el fuego que alcanzaron el Gobierno de Fayez Sarraj y el Parlamento de Tobruk, sobre el que no se pronunció finalmente el hombre fuerte del LNA, Jalifa Haftar, que controla la parte este de Libia. Un pacto de cese de hostilidades que ha reducido la necesidad de contar con estos soldados a sueldo.