La reunión de ministros en Toulouse ha servido para que Francia anime a sus socios a incrementar las inversiones en espacio

Macron se erige en el capitán general de la Europa espacial

photo_camera PHOTO/AFP-Philippe Wojazer - - El presidente se ha personado en la cumbre ministerial de Toulouse para recalcar que sin control del espacio no hay soberanía estratégica ni militar

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha tomado las riendas de la política espacial europea y ha lanzado un mensaje a todos los Gobiernos del Viejo Continente, con independencia de cuál sea su color político, su situación económica o su importancia geoestratégica en el escenario global. 

Sus palabras han sonado alto y claro en Toulouse, la capital aeroespacial del Hexágono. Allí han estado reunidos el 16 de febrero todos los ministros responsables de los asuntos espaciales de la Unión Europea, e incluso de países como Canadá, Noruega, el Reino Unido y Suiza, que no están sometidos a los dictados de Bruselas. Entre los asistentes, la ministra española de Ciencia e Innovación, Diana Morant, que comparecía por vez primera en un foro espacial internacional. 

Emmanuel Macron no ha querido enviar su mensaje por video conferencia desde Paris, como podía haber hecho. El sector espacial es clave para la economía de Francia y tiene un verdadero carácter estratégico para sus intereses globales, por lo que el presidente de la República no ha dudado en personarse en la cumbre de ministros para pronunciar un largo discurso y recalcar que “sin control del espacio, no hay soberanía estratégica ni militar”.  

Su presencia en la capital del departamento del Alto Garona ha sido para dejar patente que “sin el dominio del espacio no puede haber progreso científico, ni conocimiento profundo de los grandes problemas ambientales y climáticos”. Para recordar a los ministros que el espacio “también se ha convertido en uno de los nuevos lugares contemporáneos de conflicto”.  

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En definitiva, Macron ha alertado a sus socios de Bruselas que “la soberanía de Europa está en juego”, que el espacio “es una prioridad para Francia” y que el Viejo Continente no puede permanecer de brazos caídos en los campos de las tecnologías y las ciencias vinculadas con el espacio ultraterrestre. En resumen, que Bruselas debe ponerse manos a la obra y construir su propia soberanía espacial. 

Respaldo a la constelación europea de comunicaciones 

El presidente francés también ha sabido aprovechar la cumbre informal de ministros que le ha puesto en bandeja su influyente titular de Economía, Bruno Le Maire ‒a cuyo departamento se encuentra adscrita la Agencia Espacial Francesa‒, para resaltar la estrecha relación que guarda el espacio ultraterrestre con la defensa, y la necesidad de encuadrar la política espacial en una dimensión geopolítica y económica. 

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Macron ha dado a conocer los tres ejes que desde la perspectiva de Francia deben apuntalar esa soberanía europea que es uno de sus caballos de batalla. El primero es dotar a la Unión Europea de una constelación de pequeños satélites interconectados entre sí, capaces de cubrir de forma segura las comunicaciones de las autoridades de Bruselas, de los gobiernos y de los ciudadanos europeos sin depender de terceras potencias, en concreto de Estados Unidos o China.  

En su largo discurso ha respaldado al comisario europeo de Mercado Interior, el francés Thierry Breton, y a su denominada Iniciativa Europea de Conectividad Segura, constelación de doble uso ‒civil y militar‒, con cifrado cuántico para evitar las acciones de los ciberataques, que solo unos días antes ha sido presentada de manera oficial. Los grandes beneficiados serán los fabricantes europeos de satélites, de manera especial las ramas francesas de Airbus y Thales Alenia Space. 

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Su presupuesto se ha valorado entre 5.000 y 6.000 millones de euros, red que una vez desplegada también debería proporcionar Internet vía satélite a los ciudadanos de Europa y África. No todos los países están de acuerdo. Entre otras cosas porque los planes son que un tercio sea financiado por la Comisión, otro tercio por el sector privado y el resto por los países miembro.  

Otro motivo de la presencia de Emmanuel Macron en Toulouse ha sido para dar su visto bueno a que la Unión Europea disponga de un marco regulatorio que asegure la utilización sostenible del espacio. Los ministros han acordado trabajar en la redacción de unas normas que intenten ordenar el creciente tráfico espacial. La proliferación de desechos pone en peligro cada vez más a los satélites que facilitan nuestra vida cotidiana, preocupa a los gobiernos y a sus propietarios, los operadores de plataformas en órbita. 

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Comité de hombres sabios 

Las conversaciones al respecto en el seno de Naciones Unidos no avanzan al ritmo deseable y las normas que Estados Unidos quiere hacer valer ante la comunidad internacional están orientadas a favorecer a su industria. Así es que los ministros asistentes a la reunión han acordado trabajar para contar en 2024 con una especie de Código Europeo de la Circulación Espacial, al que luego puedan adherirse terceros países. 

Un terreno resbaladizo en el que hay profundas discrepancias en el seno de los países de la Agencia Espacial Europea (ESA) y de la Unión Europea es el relativo a los viajes tripulados. Hasta el momento, los astronautas europeos vuelan más allá de la Tierra en las cápsulas rusas Soyuz o las norteamericanas Dragón. 

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Francia es partidaria de contar con capacidad autónoma para situar en órbita cápsulas con astronautas, pero no puede embarcarse en solitario. Necesita que sus socios también inviertan en el desarrollo de costosos y complejos lanzadores pesados, cápsulas tripuladas y las imprescindibles infraestructuras terrestres. 

La solución que han adoptado los ministros consiste en designar un grupo asesor de alto nivel o “comité de hombres sabios”, que deben emitir un informe antes de la reunión ministerial de la ESA programada para noviembre del presente año. La importancia del asunto es de tal magnitud que, además de lo que se acuerden los ministros a finales del año en curso, Francia ha patrocinado una cumbre de jefes de Estado o de Gobierno para 2023, que reunirá a los países miembros de la Unión Europea y de la ESA y tratará de nuevo el asunto. 

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La puesta de largo espacial de la ministra Diana Morant en la reunión informal del Consejo de Competitividad sobre Espacio de la Unión Europea ha servido para que anticipara a sus socios europeos la próxima creación de la Agencia Espacial Española. Su fundación está incluida en el proyecto de la nueva Ley de la Ciencia, Tecnología e Innovación que está previsto que apruebe en breve el Consejo de Ministros, paso previo a su debate parlamentario.