La periodista enviada especial a Ucrania y colaboradora de Atalayar pasó por los micrófonos del programa “De cara al mundo” para analizar la situación en Ucrania tras los bombardeos en Járkov, el hambre en ciudades como Lyman y la vida en Odesa

María Senovilla: “Está a punto de desatarse una crisis humanitaria por falta de comida en algunos lugares que han estado ocupados por los rusos”

PHOTO/MARÍA SENOVILLA - Los voluntarios de la ONG World Central Kitchen reparten 2.000 raciones de comida cada día en la ciudad de Lyman

En el último episodio de “De cara al mundo”, en Onda Madrid, contamos con la participación de María Senovilla, periodista enviada especial a Ucrania y colaboradora de Atalayar, que como cada viernes analiza el avance y la situación en Ucrania, especialmente en Járkov, la ciudad que ha dejado, en Odesa, la ciudad donde se encuentra, y en Lyman, donde se están descubriendo las últimas fosas comunes.

¿Dónde estás ahora? Creo que has hecho un viaje un tanto complicado y además estás sin electricidad después de los bombardeos.

Ajetreado, efectivamente. Estoy en la ciudad de Odesa, aunque fue toda una odisea poder salir de Járkov porque unas horas antes de tomar mi tren hubo un nuevo bombardeo. Durante estos días han sido generalizados, han lanzado, como bien habéis dicho, más de 60 misiles y hay medio país ahora mismo sin suministro eléctrico.

Lo cierto es que en Járkov este ataque comenzó ya el miércoles por la noche, cuando hubo un bombardeo aparentemente sin consecuencias, pero al día siguiente se bombardeó el centro de la ciudad, incluyendo uno de los misiles que cayó muy cerca de las vías del tren. En un primer momento se anunció que iba a haber retrasos e incluso existía la posibilidad de que los trenes no salieran. Finalmente, yo sí conseguí tomar un tren hacia Odesa y me he encontrado cuando he llegado que he viajado en mitad de ese nuevo ataque masivo contra distintas ciudades de Ucrania.

Rusia ha atacado ciudades como Dnipro, la capital Kiev, también Járkov, Poltava y Odesa. Aquí, a mi llegada también me he encontrado con un “black out”, no hay electricidad, no sabemos cuándo se va a retomar y la situación cada vez que hay un nuevo bombardeo se complica más porque hay infraestructuras que no han podido ser reparadas antes. Cada vez queda menos infraestructura ucraniana en pie.

Conocíamos hace unos días que uno de los envíos que se iba a producir por parte de la Unión Europea y Estados Unidos era precisamente eso, 150 instalaciones eléctricas para intentar contribuir a que los ucranianos puedan tener electricidad. ¿Cómo está la moral de la gente? ¿Cómo se vive sin luz, sin calefacción y sin Internet?

Es complicado. Además de Estados Unidos y de sus plantas generadoras también España está enviando grupos electrógenos, sobre todo, dedicados principalmente a hospitales y a ese tipo de edificios públicos. Luego, recuerda que hablamos de tres barcos turcos que se supone que se van a apostar pronto en el Mar Negro para suministrar electricidad precisamente a Odesa.

Es complicado vivir así. La gente se ha acostumbrado y se adaptan. Trabajan en cafeterías, vamos a estaciones de servicio, a gasolineras a ponernos a trabajar. Los puntos de invencibilidad están funcionando. Allí hay generadores para que puedas ir a cargar el dispositivo y a prepararte un café caliente. Aun así, la gente está tranquila, está resignada, no se rinden, pero yo diré que es muy complicado el día a día así, y más en medio del invierno con las temperaturas tan frías que se están registrando, imagínate las casas sin calefacción. No es fácil.

¿Se han descubierto más fosas comunes y más salas de tortura a medida que se va avanzando en esas ciudades recuperadas por los ucranianos? ¿Se descubren lo que han estado haciendo algunas unidades de las tropas rusas?

Sí, así es. En Jersón se están investigando. Yo tuve la ocasión de ir hace poco a la ciudad de Lyman y allí se han hallado dos lugares de enterramiento común. Uno de ellos tenía más de 100 cadáveres civiles, la mayoría habían fallecido durante los fuertes bombardeos que asediaron esa ciudad de Donetsk, pero también había otra fosa común con militares, más de una treintena. Las autoridades no me quisieron dar datos porque la investigación de momento es secreta y está en curso, pero todo apunta a que será como en otros lugares y serán cadáveres que tengan signos de tortura como ya vimos que sucedía Izium. Cadáveres maniatados, ejecutados, mutilados. En Jerson, yo creo que va a ser más de lo mismo. Es una constante en cada ciudad que ha estado ocupada por las tropas rusas: se descubren nuevas fosas comunes, nuevas cámaras de tortura y nuevas pruebas de crímenes de guerra que yo espero que más pronto que tarde lleguen a algún sitio y alguien pague por ello.

Te leía estos días en Atalayar en un reportaje precisamente desde Liman, lo acabas de mencionar, y el titular es tremendo: “En Lyman hemos pasado hambre”.

Así es, tanto la ciudad de Lyman como toda la región se dedican a la agricultura y a la ganadería. Una ciudad exportadora de comida, exportadora de alimentos, es además es un nudo ferroviario muy importante porque desde ahí salen todos los productos agroalimentarios para exportar tanto por el resto de Ucrania como por el resto de los países, incluida la Unión Europea. Era una ciudad exportadora de comida donde ahora están pasado hambre.

Yo lo que he visto allí era desolación absoluta. La gente haciendo cola para conseguir la única comida al día que llevaban los voluntarios desde la ciudad de Kramatorsk, a más de 40 kilómetros, porque allí sí que no hay electricidad más que en los edificios públicos. No hay calefacción, la gente no puede cocinar, pero es que ni siquiera llegan alimentos, no hay suministro, no están abiertas las tiendas de comida, los supermercados, los ultramarinos. No llega nada, y se ve a la gente con la cara demacrada y con la necesidad escrita en la mirada.

Se les está ofreciendo la posibilidad de evacuar porque Liman sigue muy cerca del frente de combate, muy cerca de Bakhmut, y muy cerca de Kreminna. Es muy complicado que se retome ese suministro de alimentos desde otros puntos y es que se retome la normalidad porque están bombardeando muy cerca. Entonces imaginemos la gente que no se ha querido ir, que era ya menos del 20% de la población, pero esas personas ¿Cómo van a pasar el invierno?

Está a punto de desatarse una crisis humanitaria por falta de comida en algunos lugares que han estado ocupados por los rusos. Esa es la realidad ahora mismo en algunas partes de Ucrania.

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato