La inestable situación regional ha hecho que el Reino aumente sus esfuerzos por asegurar su influencia

Marruecos aumenta su presupuesto de Defensa

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Marruecos está viviendo una transición en su Gobierno que quizá no es la más placida que sus líderes podrían desear. El liderazgo regional del Reino, si bien no se encuentra amenazado – al menos de momento –, debe protegerse debido a los continuos movimientos que se producen a diario en el tablero geoestratégico. La privilegiada localización marroquí hace que muchos países pongan sus ojos en Rabat buscando un aliado en el norte de África. Sin embargo, la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Marruecos y Argelia han agitado el panorama del continente africano, salpicando a países externos como España, cuyo suministro de gas se ve en peligro.

El reino alauí no se ha quedado de brazos cruzados ante la escalada de la tensión que está vivienda la región. Los presupuestos para el año que viene ya apuntan un histórico aumento del presupuesto destinado a la Defensa y armamento. Y es histórico porque por primera vez se van a superar los 50.000 millones de dirhams – algo menos de 5.000 millones de euros – destinados a estos menesteres. El rey Mohammed VI, comandante y jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Reales, lidera una iniciativa que pretende preservar el poder marroquí en un momento muy complejo en el aspecto estratégico por el cada vez mayor número de actores que aparecen en la región.

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Ya se han podido apreciar recientemente algunos movimientos en esta línea. Tras la consolidación de los vínculos entre Marruecos e Israel, el Reino pretende introducirse en la industria de fabricación de drones kamikazes en cooperación con el Estado hebreo. Además, también estaría interesado en adquirir sistemas de misiles de corto y medio alcance, vehículos blindados y tanques de Israel para reforzar su armamento. Hace un mes, durante el acto de celebración del aniversario de los Acuerdos de Abraham, marroquíes e israelíes aseguraron tener la firme convicción de seguir estrechando sus lazos para lo que ha sido y sigue siendo muy importante la figura de Estados Unidos.

El tratado impulsado por Washington – por entonces con Donald Trump en la Casa Blanca – marcó un antes y un después en el marco de la geopolítica. La ayuda de los norteamericanos con su aliado israelí ha sido vital para impulsar su influencia aún más. Todo ello, unido a la buena relación que guardan estadounidenses y marroquíes hace que los tres países estén condenados a entenderse. De hecho, el país presidido por Joe Biden no duda en ratificar sus buenas relaciones con Rabat y su especial interés en ganar influencia en una localización de gran relevancia como país de entrada al continente africano.ministro-yair-lapid

“Marruecos es el único país de África con el que tenemos un Tratado de Libre Comercio, y nosotros y nuestras empresas vemos a Marruecos como una puerta de entrada al continente”, decía el subsecretario de Estado de Estados Unidos para Oriente Medio, Joey Hood. Es más, hace escasos días, tuvo lugar un acto en el que se anunció la creación de la primera plataforma digital (Laayouneconnect.com) destinada a la revalorización territorial de la región del Sáhara marroquí por iniciativa estadounidense. Washington ha mostrado una posición firme de apoyo a la autoridad marroquí sobre el Sahara, a pesar de las presiones recibidas desde muchos países vecinos, como Argelia, una de las principales causas de la ruptura entre Argel y Rabat.

A pesar de que la situación fuera de las fronteras marroquíes es compleja, dentro del Reino se están sucediendo las buenas noticias. El crecimiento económico de más de un 15% en el último trimestre y la relajación de las medidas contra la COVID-19 debido al descenso de los casos y la aceleración del proceso de vacunación, muestran que las cosas se están haciendo bien en Rabat. El nuevo Gobierno liderado por Aziz Akhannouch deberá mantener esta tendencia positiva a la par que hace frente a los desafíos que no dejan de sucederse en el extranjero.
 

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