La ANRAC ha emitido los primeros permisos para el procesamiento, fabricación, comercialización y exportación de cannabis con fines medicinales e industriales

Marruecos concede las 10 primeras autorizaciones para el cultivo de cannabis

photo_camera AFP/FADEL SENNA - Campo de cannabis cerca de la ciudad de Ketama en la región norteña del Rif de Marruecos

La toma de posesión de Mohamed el Gherruj como director interino de la Agencia Nacional de Regulación de las Actividades Relativas al Cannabis (ANRAC) no ha tardado en surtir efecto. Tras verse ratificada la medida que permite el cultivo y comercialización del cannabis en Marruecos en junio del año pasado, ahora la ANRAC emite las 10 primeras licencias que convierten en realidad la legalidad de la producción de esta sustancia con fines medicinales, comerciales e industriales. Los permisos concedidos se encuentran dentro del perímetro delimitado para esta actividad, como son las provincias de Alhucemas, Chefchauen y Taunate.

Como ya defendiese el ministro de Interior del reino alauí, Abdeluafi Laftit, esta medida se enmarca en una búsqueda de nuevas “oportunidades de desarrollo”. Cabe destacar que Marruecos cuenta con una gran cantidad de zonas de cultivo de cannabis repartidas por todo el país, siendo uno de los mayores productores de todo el mundo. Por ello, uno de los objetivos fundamentales de la iniciativa es regular toda esa actividad y convertir la producción y comercialización ilegal en legal, haciendo de este negocio una actividad regulada, sostenible y generadora de ingresos para el país marroquí.

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La zona del Rif ha sido, como consecuencia del cultivo ilícito de cannabis, una zona de conflicto debido a la red de tráfico ilegal que lleva años desarrollándose. Esta red cuenta con España como su principal destino y puerta del tráfico de cannabis a toda Europa. La desigualdad económica en la región y la importante tasa de desempleo son dos de los motivos que también han propiciado numerosas protestas en los últimos tiempos. Se espera que esta situación pueda mejorar con la llegada de la legalidad a uno de los negocios más importantes del Rif.

Fue a principios del año pasado cuando el proceso de legalización de la producción de cannabis llegó a la Cámara de Representantes de Marruecos. Desde el 25 de febrero de 2021, el Ejecutivo del que fuese presidente en ese momento, Saad Eddine El Othmani, comenzó a estudiar la propuesta, según informó en ese momento la agencia oficial de noticias de Marruecos. No obstante, ya en ese momento existía una importante preocupación respecto a la capacidad de las autoridades de controlar el cultivo del cannabis. Para ello, se estableció la creación de una agencia específica para este cometido, que es la misma encargada de otorgar, retirar o renovar las licencias que ahora han emitido por primera vez.

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El primer impulso para poner en marcha la legalización del cannabis fue obra de la Comisión de Drogas de Naciones Unidas. En diciembre de 2020 eliminó la planta de cannabis de la lista de drogas peligrosas, gracias al voto favorable de 27 países – uno de ellos Marruecos – de los 53 que forman el Comité de la ONU. Dos meses más tarde, fue el Comité Nacional de Estupefacientes de Marruecos el que hizo lo propio, allanando el camino para la posterior legalización de su cultivo que, por fin, se convierte en una realidad.
 

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