Marruecos inaugura la planta de energía termosolar en Ouarzazate

Carmen Chato (Ouarzazate)

Pie de foto: Mohamed VI, rey de Marruecos; Ségolène Royale, ministra francesa de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía y José Manuel García-Margallo, ministro español de Asuntos Exteriores en funciones en la inauguración de la planta termosolar de Ouarzazate.

Con la inauguración de la primera fase del mayor parque solar del mundo, queda patente la apuesta por las energías renovables en el Reino de Marruecos. En un espectacular evento, Mohamed VI cortó la cinta de esta planta de energía limpia que, cuando esté completada en sus tres fases, podrá abastecer a 500.000 personas y reducirá en 140.000 toneladas las emisiones anuales de CO2 a la atmósfera. Un acto que contó con la presencia de José Manuel García-Margallo, ministro español de Asuntos Exteriores en funciones, que aterrizó en Ouarzazate acompañado de una delegación de los directivos de las empresas españolas -Acciona, Sener, TSK y Aries- que forman el consorcio que ha ejecutado esta obra de ingeniería civil.

Con un coste de 500 millones de euros, a esta primera fase denominada Noor I le seguirán otras dos ampliaciones (Noor II y Noor III) que, en conjunto, alcanzarán una potencia de 500 MW y cuya inversión total será de 1.800 millones de euros. Una megaplanta solar que ocupará 2500 hectáreas y que, una vez finalizada en 2018, formará parte de un ambicioso proyecto constituido por otras cuatro plantas más situadas en los enclaves de Beni Mathar, Foum Al Ouad, Boujdour y Sebkhat Tah. Todos ellos, desarrollado por Masen, la Agencia Marroquí de Energía Solar, que gestiona los proyectos contemplados en el plan marroquí que persigue el cambio en el modelo energético para lo que se van a invertir 9.000 millones de euros y que cuenta con el apoyo del Banco Mundial y la Unión Europea.

OuarzazateLa transición a las energías limpias

Este camino emprendido hacia el desarrollo de las renovables viene marcado por la extrema dependencia que Marruecos tiene del exterior en materia de energía y que se sitúa en torno al 95%. Una cifra que viene determinada por su pobreza en hidrocarburos al carecer de reservas propias y que le hace extremadamente frágil a las fluctuaciones en el mercado de la energía fósil, así como a las tensiones sociopolíticas y geoestratégicas de la región en la que se encuentra.

Con estos motivos de peso, el reino alauita decidió dar un impulso al sector de las renovables. En 2009 ya presentó su proyecto de energía solar y apostó por la creación en 2010 de Masen como ente encargado de poner en marcha todos los planes de energía renovables en el país, todo ello respaldado por cambios en el marco legislativo.

El objetivo de este esfuerzo es claro para el Gobierno marroquí pues se ha marcado que, para el 2030, el 52% de la energía que se consuma en el país debe proceder de las energías limpias, tanto de la solar como de la hidráulica y la eólica. Un desarrollo de este sector que, si se produce, llevará parejo el conseguir reducir en un 32% sus emisiones de gas que causan el efecto invernadero.

Las 3.000 horas de sol de las que disfruta Marruecos al año contribuyen, y mucho, a esta decisión de apostar por el cambio. Un potencial enorme que, acompañado de la estabilidad interna y de la situación geográfica del país, es decisivo para que la inversión extranjera haya visto en Marruecos un lugar para internacionalizar sus negocios.

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