Aromas, colores y texturas; calles que se mueven entre laberintos cruzando mercados. Cada momento detenido en una fotografía que muestra mosaicos y diseños árabes.

Marruecos, la puerta de África con un otoño ‘todo incluido’ 

photo_camera Aromas, colores y texturas; calles que se mueven entre laberintos cruzando mercados

Es Marruecos un sinfín de opciones entre mar, montaña y desierto. Un país enigmático que mezcla diferentes culturas y que hacen de él un destino de amplios contrastes. Este otoño, el viaje perfecto se disfruta en Marruecos. Desde las grandes montañas del Alto Atlas, al norte, a las áridas mesetas del sur, Marruecos es un país ideal donde encontrar la inspiración para una escapada otoñal perfecta.

Deporte bajo el sol de Marruecos

Marruecos es el lugar idóneo para disfrutar del atardecer en playas donde manda el relax, y, casi a la vez, de un mar inmenso de dunas donde deleitarse de la quietud y atractivo del desierto del Sáhara… Un paisaje que cambia del verde del valle al ocre rojizo de las montañas áridas. Y es, precisamente bajo el sol de Marruecos y en las arenas del Sahara y al volante de un 4×4 donde se podrá disfrutar este año, del 2 al 13 de octubre, del Cap Fémina Aventure, un rally destinado a las mujeres que hará las delicias de todas las apasionadas por las sensaciones fuertes.

Las aventuras no se quedan ahí. Del 3 al 7 de octubre tendrá lugar la Ultra Trail Atlas Toubkal, un evento internacional de Trail Running que se celebrará en las montañas del Alto Atlas. Para seguir disfrutando al máximo de la belleza del Atlas, del 26 de octubre al 3 de noviembre se celebrará la Raid Challenge Morocco, un desafío extraordinario en crono gratuito.

Turismo cultural de altura

Naturaleza y deporte a raudales; pero también cultura en cada ciudad. Marrakech, ‘La Ciudad Roja’, y su Plaza de Yamaa el Fna, el centro neurálgico donde se dan cita encantadores de serpientes, magos, acróbatas y un mercado que la convierte en un restaurante al aire libre; o su Zoco, repleto de faroles, cerámica de colores, juegos de té o telas… Fez, la primera ciudad imperial de Marruecos, considerada capital cultural, religiosa y espiritual del país, y que esconde tras su gran puerta azul, sus famosas curtidurías.

Un circuito turístico por un país que nos lleva, además, a respirar a pan recién horneado; allí donde se escucha el traqueteo de los carros ambulantes mientras se saborean sus dulces y especias. Chaouen, la perla azul a los pies del Rif… Y del azul celeste al blanco intenso de la Medina de Tetuán, declarada Patrimonio de la Humanidad.

Comida marroquí

Son muchos los destinos dentro de Marruecos, Tánger, Essaouira, Agadir y un largo etcétera, que ofrecen este otoño una escapada ideal que combina todos los planes, en un país que tiene todo en uno.
 

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