Marruecos es un país que, a pesar de las adversidades, siempre ha sabido como salir adelante y ha demostrado con el tiempo la propia resiliencia del pueblo marroquí. Un nuevo informe elaborado por el Banco Central de la nación revela que el Reino ha sabido resistir a los varapalos económicos de los últimos años y ha logrado crecer económicamente.
Según la entidad, los bancos del Reino han tenido la capacidad de resistir a las condiciones internas y externas que se han producido y, gracias a ello, la actividad económica no ha se ha visto tan frenada como se esperaba. El documento afirma que, la estabilidad de la actividad bancaria en el país y el establecimiento de medidas para salvar al sector, como válvulas de seguridad, han sido determinantes para que la economía siga fluyendo.
La directora de supervisión de la institución, Heba Zouhi, ha mostrado en el informe que, en 2021, la actividad bancaria ha crecido en comparación a la producida en 2020. Esto se refleja a través de una buena política monetaria adoptada durante el segundo año de crisis pandémica por los avances en la vacunación de la población y un mantenimiento del estímulo fiscal y monetario. También añade que los datos de la temporada agrícola, que han sido excelentes, fueron determinantes tras el shock de la COVID-19.
“Los indicadores del sector en general, en términos de liquidez, rentabilidad y solvencia, han mostrado la solidez y resiliencia del sistema bancario a pesar del contexto de un alto nivel de riesgo”, afirmó Zouhi.
El Banco Central marroquí resalta que los efectos para detener la pandemia han sido claves para no estancar al sector. Las acciones se centraron en imponer medidas como digitalizar los servicios financieros, el desarrollo directo de la relación entre bancos y afiliados y la creación de financiamiento para proyectos sostenibles.
“El sector ha demostrado su resiliencia y ha podido asegurar la financiación de los actores económicos, gracias a las medidas de apoyo público en forma de préstamos garantizados por el Estado”, continuó la directora.
En la actualidad, y con la relajación ante las medidas anti-COVID, los bancos han podido seguir creciendo y, como consecuencia, algunos mecanismos han terminado permitiendo que las políticas bancarias aumentaran y produjesen más beneficios.
Esto se ha reflejado por ejemplo en el caso del crecimiento del crédito bancario para el sector no financiero. Este se ha elevado un 3% más de lo habitual y ha sido esencial para que las empresas y sectores productivos siguiesen desarrollando su actividad.
A pesar de estos buenos datos, a las instituciones financieras del país todavía les preocupa el problema de los préstamos. Durante la pandemia, estos han aumentado y han creado una deuda acumulada del 76,4%. Por tanto, la deuda improductiva ha crecido un 8,5% más, ascendiendo a los 85.100 millones de dírhams.
El Banco Central alega que estos préstamos se crearon bajo el contexto de abordar los efectos del virus y por ello se ha creado un seguimiento de riesgos que evalúe la cantidad de préstamos y la supervisión de créditos no pagados. Por ello, las autoridades monetarias se han dedicado a solucionar este problema con el establecimiento de un organismo de liquidación en consecuencia al impago de muchas personas y empresas durante 2021, dejando a los bancos asumir todas las repercusiones.
El informe destaca que el banco ha fortalecido su marco regulatorio y operativo, y por ello, ha sabido responder a las demandas durante la crisis sanitaria, protegiendo así a todo el sistema económico marroquí, tanto al propio organismo, como al país y como a los clientes temerosos por lo que iba a pasar después de la pandemia.
En este contexto, la institución pretende implementar un plan de acción a los grupos de trabajo financieros para asegurar la integridad financiera y establecer una lucha contra el blanqueo de dinero. Además, se pronosticó que la economía nacional iba a empezar a crecer un 1% y se espera que para 2023, crezca un 4%.