El partido liderado por Abdelilah Benkirane vuelve a salir derrotado en las cuatro circunscripciones donde hubo de repetirse el proceso electoral

Marruecos: segundo batacazo electoral consecutivo para los islamistas del PJD

PHOTO/ARCHIVO - El ex primer ministro y actual secretario general del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), Abdelilah Benkiran

El Partido de la Justicia y el Desarrollo de Marruecos (por sus siglas, PJD) sufrió el jueves un nuevo varapalo en las urnas, el segundo consecutivo tras las elecciones generales de septiembre de 2021. Un año después de perder el Gobierno, la formación islamista ha sido incapaz de revalidar sus escaños en las cuatro circunscripciones donde hubo de repetirse la votación por orden del Tribunal Constitucional (TC). El órgano judicial estimó que se habían cometido una serie de irregularidades y ordenó rehacer el proceso a nivel legislativo. 

Los ciudadanos marroquíes de las jurisdicciones electorales de Aïn Chock, Guercif, Safí y Driuch fueron convocados de nuevo a las urnas tras una serie de fallos emitidos el pasado mes de julio por el tribunal, en los cuales se revertían los nombramientos de al menos una decena de diputados de la Cámara de Representantes. En esta ocasión, estaban en juego siete plazas para acceder al hemiciclo, conformado por un total de 395 parlamentarios. Dos por el distrito de Casablanca de Aïn Chock, otras dos por Guercif y Driuch, y una última por Safí. 

El PJD no consiguió ningún escaño. En cambio, los candidatos del liberal Movimiento Popular, el centroderechista Partido de la Autenticidad y Modernidad (PAM) y el socialdemócrata Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) arrasaron en Aïn Chock, Guercif, Safí y Driuch, respectivamente. En algunas circunscripciones los islamistas ni siquiera presentaron candidato y en otras registraron los peores porcentajes de voto. El otro gran perdedor de la jornada fue el nacionalista Istiqlal, al que se le escaparon dos escaños.

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El PJD, dominador de la escena política marroquí en la última década, volvió a irse con las manos vacías de un nuevo proceso electoral tras la hecatombe de septiembre de 2021, cuando perdió 112 escaños en la Cámara baja. Pasó de ocupar 125 a tan solo 13. Aquel resultado provocó la dimisión al frente de la formación del entonces primer ministro, Saad-Eddine El Othmani, y el regreso a la secretaría general del carismático Abdelilah Benkirane, el primer jefe de Gobierno islamista en la historia del país magrebí. 

Es cierto que la modificación de la ley electoral, aprobada en sede parlamentaria meses antes de las elecciones, favorecía la atomización de la Cámara y perjudicaba en concreto a la formación islamista, que esperaba perder un gran número de escaños. Pero nadie vaticinó la magnitud del revés electoral que sacudió los cimientos del PJD. La división interna, sumada a la aceptación de decisiones controvertidas para sus bases, tales como la legalización del cannabis o la normalización de las relaciones con Israel, terminaron por descoser el partido.

Parlamento del Reino de Marruecos

La fuga de cuadros de la plataforma homónima y hermanada con el AKP turco de Recep Tayyip Erdoğan adelantó el retorno en septiembre de 2021 del populista Benkirane. El que fuera presidente del Ejecutivo entre 2011 y 2017, apeado del Gobierno tras un dilatado bloqueo político y sucedido en el cargo por el moderado El Othmani, se había implicado de lleno en las últimas semanas para tratar de resucitar a la formación. Apoyó a sus candidatos en las distintas circunscripciones y amplificó su descontento con el gabinete del primer ministro Aziz Akhannouch. 

La caída libre del PJD se debe principalmente “a la pérdida de confianza de amplios sectores de la población” que culparon al partido de los problemas que afectaban a la ciudadanía marroquí, escribe en Chatham House el director del Instituto Marroquí de Análisis Político y profesor adjunto de la Universidad Mohammed V, Mohammed Masbah. “La mala gestión de los dirigentes y los conflictos internos” han sido, entre otros factores, los causantes de la actual situación, añade el analista. 

El Tribunal Constitucional, heredero del disuelto Consejo Constitucional tras la reforma de la Carta Magna de 2011, viene emitiendo en los últimos meses una batería de sentencias que contradicen los resultados electorales dibujados tras el conteo de votos. La magistratura ha detectado numerosas irregularidades en una decena circunscripciones repartidas por todo el país. Los fallos revelan casos sorprendentes, como la existencia de candidatos afiliados a dos partidos, y otros más habituales, como las violaciones de las restricciones sanitarias o la distribución ilegal de propaganda electoral. 

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