Marruecos y Túnez colaboran con la UE en relación con el Pacto Verde Europeo
Marruecos y Túnez, vecinos de Europa, se beneficiarán del Pacto Verde Europeo que la Unión Europea (UE) ha establecido para lograr la neutralidad climática para 2050. Este pacto es una hoja de ruta para reducir las emisiones de carbono, impulsar la economía a través de la tecnología verde, desvincular el crecimiento económico que resulta del uso de recursos y avanzar hacia una industria sostenible y transporte limpio.
Otro de los objetivos de este plan es el fortalecimiento del liderazgo mundial de la Unión Europea mediante el establecimiento de asociaciones medioambientales, así como climáticas y energéticas, con los vecinos del norte de África.
Marruecos y Túnez son los que tienen vínculos más estrechos de la región con la UE y ambos ya han empezado las transiciones ecológicas. Han invertido en fuentes de energía renovable, como por ejemplo la solar y la eólica.
Algunos de sus principales objetivos son la construcción de nuevas interconexiones eléctricas verdes en la región para suscitar la independencia energética. Como consecuencia de su ambición por trabajar en colaboración la UE también establecerán una comunidad mediterránea para la energía renovable, proporcionando designaciones de “socio verde” importando hidrogeno verde de países socios y empleos ecológicos europeos.
La energía renovable podría generar 30.000 puestos de trabajo en Túnez para 2030 y entre 267.000 y 482.000 puestos de trabajo en Marruecos para 2040, según un estudio del Forum EuroMediterraneen des Instituts de Sciences Economiques.
En esta línea, Siemens Gamesa en Tánger produce palas de aerogeneradores para el mercado local y para exportar. Se trata de una destacada fuente de mano de obra en el sector de las energías renovables y desde que comenzó a producir en abril de 2017 ha contribuido a generar 600 empleos directos y aproximadamente 500 indirectos.
En Marruecos los impactos negativos del cambio climático, como la desertificación, las sequías y el aumento del nivel del mar llevan a la priorización del trabajo del Reino para contrarrestar su impacto e invertir en el futuro de la adaptación.
Marruecos ha llevado a cabo un plan climático nacional para alcanzar los principios consagrados en el Acuerdo de París; la Contribución Nacional Determinada, una versión mejorada de la Contribución Prevista Determinada a Nivel Nacional. Se estimó que costaría 35.000 millones de dólares implementar su trabajo en sectores vulnerables como la agricultura, la silvicultura y la agricultura.
La propuesta de reducción del carbono de Túnez lleva a la reducción de los GEI en todos los sectores en un 41% en comparación con los niveles de 2010.
Por su parte, Marruecos no está considerando esfuerzos de mitigación para trabajar con la adaptación. Túnez sí lo hará y para ello se centrará en el sector energético, que representa el 75% de las emisiones reducidas necesarias para lograr su objetivo.
Tendrá un coste de 18.000 millones de dólares para cubrir los programas de creación de capacidad financiera como las inversiones necesarias para lograr el nivel de mitigación previsto. También suman 2.000 millones de dólares los costos adicionales de las medidas de adaptación.
Los dos países trabajan para fortalecer el apoyo local para la transición verde con distintos niveles de éxito. Marruecos ha sido el que más se ha beneficiado del apoyo político y los funcionarios clave que están monitoreando el tema informan directamente al rey Mohamed VI.
Túnez lucha contra problemas de capacidad y contra desafíos institucionales que afectan a los principales interesados. Asimismo, existe la necesidad de una inversión significativa para ayudar a que sea más llamativa su transición ecológica.
El Pacto Verde Europeo puede llevar a una descarbonización mayor de los países europeos. Proporcionando ayuda financiera a los países norteafricanos ayudándoles a profundizar en el camino ecológico.