El periodista, corresponsal de RTVE en Reino Unido durante diez años, pasó por los micrófonos de “De Cara al Mundo” en Onda Madrid y analizó el nuevo escenario que se presenta en Reino Unido tras la muerte de la reina Isabel II

Miguel Ángel Idígoras: “La Monarquía británica necesita un revulsivo, y no lo es tanto Carlos III, como lo podía ser su hijo Guillermo”

miguel angel idigoras

En la última entrega de “De Cara al Mundo”, en Onda Madrid, programa presentado y dirigido por Javier Fernández Arribas, director de Atalayar, contamos con la participación de Miguel Ángel Idígoras, periodista, corresponsal de RTVE en Reino Unido durante diez años, para analizar la situación actual en Reino Unido tras el fallecimiento de la reina Isabel II y el ascenso al trono de su hijo, el ahora rey Carlos III.

Miguel Ángel, ¿cuántos años estuviste de corresponsal allí en Londres?

Entré en dos etapas. Primero de 2007 a 2009 y luego de 2013 a 2020, una década, con alguna interrupción.

El Reino Unido cambia de jefe de Estado y de primera ministra en una semana, ¿se puede asumir esto? ¿Hay una realidad institucional que garantice la estabilidad?

El Reino Unido es un país con una garantía institucional y con una solvencia en ese sentido a prueba de historia. Su régimen parlamentario y su organización como Estado deja en evidencia que es un país que no va a sufrir los vaivenes que quizás pueda sufrir otro con el fallecimiento de una monarca que ha estado durante setenta años en el trono. El Reino Unido en este sentido está perfectamente organizado. Llevan a cabo el relevo con total naturalidad y no se van a resentir las instituciones, al ser un régimen parlamentario de los más antiguos del mundo y con una democracia bien consolidada.

Y sí, es cierto el hecho de que la primera ministra, Liz Truss, que ha sido nombrada recientemente y después recibida precisamente por la reina, abra una cierta incertidumbre desde el punto de vista político, pero no más del que se podría dar en condiciones normales. Yo creo que en ese sentido va a haber un tránsito que se va a llevar a cabo con total normalidad, con toda naturalidad, aunque luego se abra quizás una incertidumbre sobre cuál puede ser la progresión del ya llamado Carlos III como soberano británico, esto es, si va a ser un reinado largo o no, esa es quizás la incertidumbre.

¿Será un rey de continuidad, querrá imprimir su impronta o, como algunos se plantean, teniendo en cuenta que tiene ya 73 años, pueda pensar en abdicar en su hijo Guillermo? Una abdicación que, por ejemplo, se produjo en España y ahora mismo la figura en España de Felipe VI es una figura querida, respetada y muy valorada.

Sí, yo me inclino por esta tercera posibilidad que apuntas porque es cierto que Carlos de Inglaterra, el nuevo monarca, tiene 73 años, y quizás no concita tanto acuerdo entre la opinión pública británica como su madre. Lógicamente, la reina Isabel II era la imagen de la unidad del país durante muchos años. Y el príncipe Carlos quizás por toda su historia, por su divorcio, por su posterior matrimonio con Camilla Parker, y demás, pues no tiene tanto apoyo por parte de la sociedad británica. Sí lo tiene su hijo, el príncipe Guillermo, y Catalina, su esposa. Es una joven familia.

Y quizás, aunque la monarquía no está en entredicho en Reino Unido, y no es tan cuestionada como por ejemplo en España, sí es cierto que la Monarquía necesita un revulsivo, y no lo es tanto Carlos III de Inglaterra, como lo podía ser su hijo Guillermo. Hay que tener en cuenta que, en ese momento, las monarquías europeas, si miramos las escandinavas, la holandesa o la española mismo, son monarquías jóvenes, monarquías que miran mucho más al futuro que al pasado, mucho más vinculadas con la sociedad, con la situación que viven las sociedades europeas. Son monarquías de países avanzados, de democracias consolidadas, y en todas ellas se dan circunstancias propias de monarquías jóvenes, como digo quizás mucho más apegadas a lo que ya es las sociedades europeas.

En ese sentido, Carlos de Inglaterra, por su edad y por lo que representa, es una monarquía que mira más al pasado que al futuro y no me extrañaría – que esto es pura especulación – que  pudiera ser un reinado corto y se produjera una abdicación fruto quizás, no voy a decir de una demanda social porque no creo que la sociedad británica se lance a la calle y mucho menos a pedir un cambio de rey, pero sí del hecho de que la llegada a la Corona del príncipe Guillermo, que podría ser un revulsivo para la Corona como institución.

¿Piensas que la prensa, sobre todo los tabloides amarillistas, van a respetar la figura de Carlos III? Porque hace pocos días hemos visto la publicación de que había recibido comisiones de algunos sitios que no son nada recomendables, ¿cómo contemplas esto?

Creo que la prensa va a poner a prueba a Carlos III, porque la prensa tabloide, como bien apuntas, es una prensa que enseguida destapa todo lo que puede destapar. A la propia reina Isabel II, la BBC ya sacó hace dos años el hecho de tener importantes fortunas, importantes cantidades de dinero en paraísos fiscales del Caribe.

Pero es cierto que la Corona británica funciona como una empresa, y eso los británicos lo entienden también, y casi corrieron un tupido velo sobre esa cuestión, algo que quizás en otra monarquía no hubiera pasado, pero en ésta se permitió. Ocurre también que la reina se ha cuidado mucho de ser una monarca neutral en todos los aspectos, y no ha caído nunca en ninguna tentación o provocación de la prensa. Ha mantenido siempre una escrupulosa neutralidad en todos los aspectos políticos que ha habido en Reino Unido, incluso en momentos dificilísimos.

Los tabloides sin duda van a poner a prueba al rey actual. Van a ver exactamente si es capaz de mantener esa neutralidad, esa cabeza fría, esa distancia y esa neutralidad que ha mantenido su madre, y que le ha permitido reinar durante setenta años.

La Casa Real británica tiene una política de acercamiento a la sociedad muy buena. La serie The Crown y otras series documentales se han hecho de alguna manera impulsadas por la propia institución de cara a una campaña de imagen y recuperar, sobre todo, después de la muerte de Lady Di, lo que era el cariño y el respeto de la sociedad británica y a nivel internacional también, aunque había mucha crítica en esa serie.

No tanto la familia real, sino la Corona británica es una empresa en toda su dimensión: económica y de marketing, y ambas generan importantísimos beneficios. Es una imagen turística: la reina aparece en tazas, carteles, fotos, postales, y seguirá siendo así porque han sabido hacer de la Monarquía británica no solamente una institución, la cabeza del Estado, sino también la propia representación. La imagen de Reino Unido es la imagen de la reina, o la de la reina es la del Reino Unido.

Y todos los asesores que tienen alrededor han sabido adaptarse a los momentos. Han sabido utilizar las series, la televisión, airear de alguna manera sus propios aspectos, siempre guionizados, más o menos calculados y controlados, pero han sabido estar en el escaparte público, sabiendo que eso es fundamental para que la sociedad británica también los acepte. El hecho de estar en el escaparate que, para otras monarquías, es más complicado y más difícil, ellos lo han sabido hacer. Quienes no han resistido a esa presión de estar en el escaparate, en ese sentido aparece la figura del príncipe Enrique y de Meghan Markle, más o menos han tenido que abandonar la compañía, la empresa. Y yo creo que, en eso, el actual rey Carlos III lo sabe, lo ha heredado, sabe que ese es su papel y va a seguir la misma línea.

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