Mariupol, Járkov y Jersón se están llevando la peor parte de la guerra, mientras Mikolaiv resiste y corta el paso a Putin hacia uno de sus objetivos más codiciados: la Perla del Mar Negro

Mikolaiv resiste bajo las bombas, impidiendo el avance de las tropas rusas hacia Odesa

photo_camera PHOTO/MARÍA SENOVILLA - Vladimir, un vecino de la bombardeada ciudad ucraniana de Mikolaiv, muestra cómo ha quedado su casa después de que un proyectil ruso la haya atravesado desde el tejado hasta el sótano

María Senovilla, desde Mikolaiv (Ucrania)  

“El proyectil atravesó el tejado, hizo este boquete en mitad del salón y cayó hasta el sótano”, relata Vladimir con la desolación dibujada en el rostro. Una escoba cruzada sobre el enorme agujero que hay en el suelo sirve de advertencia para no caer por un despiste. El polvo lo cubre todo, los cristales de las ventanas están reventados y los libros que se han caído de las estanterías con la sacudida del bombardeo se apilan en una esquina.

La calle Khersonska es un amasijo de escombros de principio a fin. Los armazones de las casas asoman por los boquetes abiertos en los tejados de este barrio residencial, lo que en Ucrania se conoce como un “sector privado”. En algunas viviendas hay hombres tapando con plásticos las ventanas, ahora sin cristales. En otras sólo reina el silencio. “En el número 23 murieron dos personas”, señala Vladimir, con la mirada perdida en el techo de su hogar, ahora resquebrajado por una bomba que cayó del cielo mientras dormían.

Impacto de una bomba de caída libre tipo Fab-250, que los rusos están usando contra la población civil ucraniana en el Oblast de Mikolaiv (provincia costera situada al sureste del país)

La de Vladimir no es la única calle que ha perecido bajo el fuego ruso en la ciudad portuaria de Mikolaiv, conocida por tener uno de los astilleros más grandes de Europa, y con una población que rondaba el medio millón de habitantes antes de que estallara la guerra. Ayer mismo, otro brutal ataque con fuego de artillería dejó nueve muertos y más escombros en este enclave

Tres frentes abiertos y un batallón ruso neutralizado

“Las bombas no han dejado de caer en el Oblast de Mikolaiv desde el 24 de febrero; todos los días ha habido fuego de artillería”, afirma el portavoz de la Oficina Territorial Militar de esta provincia. 

Con tres frentes de combate abiertos a las puertas de la ciudad, las tropas ucranianas están empleando una maniobra de “embolsamiento” para contener el avance ruso. “Hace unas horas hemos rodeado una de las cuatro columnas del enemigo –asegura este portavoz– y en las próximas horas la reduciremos por completo”.

Aspecto de una de las casas del barrio residencial que se alzaba en la calle Khersonska, en la ciudad de Mikolaiv, después de recibir una ataque aéreo ruso. Esta población ha sufrido bombardeos constantes desde que empezó la guerra de Ucrania

Esto daría un respiro a Odesa, donde saltaron todas las alarmas la semana pasada ante la amenaza de un desembarco anfibio en sus costas (una estrategia que hubiera sido un tanto descabellada sin tropas terrestres que, después de tomar Mikolaiv, avanzaran hasta la Perla del Mar Negro para apoyar a los barcos rusos). 

De momento, las tropas rusas están contenidas fuera de la ciudad. Y cabe la posibilidad de que, si lo logran tomar Mikolaiv, los ucranianos vuelen por los aires el inmenso puente sobre el río Bug que sirve como vía de acceso a la urbe, y que abriría el paso hacia Odesa. La otra alterativa para que el ejército de Putin avanzara sin poder atravesar el puente, sería por el paso ferroviario situado mucho más al norte, lo cual ralentizaría el paso de los vehículos acorazados y supondría un importante gasto en recursos.

Sirenas antiaéreas y explosiones continúas 

La banda sonora de esta ciudad ucraniana consiste, desde hace 19 días, en el sonido de las sirenas antiaéreas junto con el que procede de los impactos de mortero. Según fuentes militares, muchos de los proyectiles se lanzan desde la región de Jersón, a una distancia de 70 kilómetros.

El número 23 de la calle Khersonska, en un barrio residencial de la ciudad ucraniana Mikolaiv, tras el ataque aéreo ruso que le costó la vida a las dos personas que estaban en la vivienda en el momento en el que cayeron las bombas.

Pero las fuerzas rusas cuenta, además, con tres batallones mecanizados  –después de que el ejército ucraniano lograra reducir a un cuarto durante el fin de semana–. Esto supone un total de más de 300 vehículos y 2.400 efectivos posicionadas a pocos kilómetros del aeropuerto de Mikolaiv. También hay presencia de fuerzas aerotransportadas rusas en la zona norte del Oblast. Y se podría intensificar en los próximos días.

Además, los aviones que despegan de Crimea estarían lanzando bombas tipo FAB-250 que habrían alcanzado en los últimos días a las aldeas cercanas a Snigirevka y Senkevich, además de las ciudades de Ochákiv y de Mikolaiv. 

Crímenes de guerra

A pesar de que los analistas están sorprendidos del escaso uso de las capacidades aéreas que está haciendo Putin en esta guerra, en la provincia de Mikolaiv los ataques con aviones sí están presentes. Y entre los objetivos sobre los que impactan hay edificios y casas de civiles, y hasta escuelas (por suerte cerradas desde que comenzó la ofensiva).

Unas llaves continúan puestas en la cerradura de uno de los pedazos de la puerta que voló por los aires con un bombardeo ruso en un barrio residencial de Mikolaiv

Ayer domingo, el jefe de la Administración Estatal Regional de Mikolaiv, Vitaly Kim, expresaba en un comunicado su preocupación por la gravedad de los ataques, dirigidos a la población civil, y aseguraba que “lo que está sucediendo es deliberado”. Uniéndose así a las voces que denuncian crímenes de guerra por el carácter indiscriminado de los objetivos que están bombardeando.

Barricada de neumáticos levantada por los ciudadanos de Mikolaiv en una de las avenidas principales de la ciudad, que está siendo atacada de manera constante por el Ejército ruso.

La oficina de derechos humanos de la ONU también ha advertido a las autoridades de Rusia que “cualquier ataque contra civiles e infraestructuras civiles, los bombardeos en ciudades y pueblos y otras formas de ataques indiscriminados están prohibidos por el derecho internacional”.

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