El Parlamento libanés celebraba este lunes la tercera y definitiva sesión parlamentaria requerida para aprobar los presupuestos generales de 2022 después de que la última convocatoria, fijada en principio para el 16 de septiembre, quedara aplazada tras una oleada de atracos armados a bancos que sacudió el país. En las inmediaciones de la Cámara se habían congregado decenas de manifestantes para exigir reformas, entre ellos un nutrido grupo de militares retirados, ataviados con el uniforme completo o, en su defecto, con accesorios castrenses.
Demandaban mejores condiciones de jubilación en mitad de una crisis económica sin precedentes que ha dejado el Líbano como un erial. Desde 2019, la nación mediterránea viene atravesando lo que el Banco Mundial (BM) ha descrito como la peor crisis de la historia moderna. La libra se ha devaluado un 90% y la escasez de energía y productos básicos es generalizada. Un colapso que el Fondo Monetario Internacional (FMI) trata de resolver a marchas forzadas a pesar del acuciante clima de división política.
#Lebanon
— Rula El Halabi (@Rulaelhalabi) September 26, 2022
Retired soldiers storm the #Parliament area in protest against one of the budget items related to their
compensation as the general budget discussion session was being held.
The Kleptocrats are very clear in driving the country towards more bankruptcy,#EconomicCollapse pic.twitter.com/T62TMaqDMl
La manifestación, convocada a primera hora en la céntrica plaza beirutí de Nejmeh, ha ido recrudeciéndose hasta que el grupo de militares retirados decidió cargar contra las Fuerzas de Seguridad para irrumpir en el Parlamento. Muchos de ellos consiguieron romper el cordón de seguridad, la última barrera para acceder al edificio. La Policía, sobrepasada, tuvo que recibir el respaldo del Ejército y los antidisturbios para contener el avance de los manifestantes. Finalmente, las Fuerzas de Seguridad pudieron frenar a la turba con el lanzamiento de gas lacrimógeno.
Al conocer los hechos, la diputada de Fuerzas del Cambio, Cynthia Zarazir, abandonó la sesión para unirse a la concentración. Mientras que el ministro de Defensa en funciones, Maurice Slim, quiso dirigirse a los militares retirados que integraban la protesta: “Hemos decidido hoy que el salario [de los militares] se multiplicará por tres, como mínimo, pero los detalles técnicos se los dejamos a las autoridades financieras competentes”.
لأول مرة يتمكن متظاهرون من اختراق حواجز مجلس النواب والوصول الى مدخلهpic.twitter.com/GaG3eklaEW
— Naim Berjawi | نعيم برجاوي (@Naimbrj) September 26, 2022
El general de brigada, también retirado, dijo haber defendido los intereses de los militares jubilados pidiendo “el máximo posible” para mejorar sus condiciones. A principios de septiembre, el propio Slim, que ocupa el cargo desde el curso pasado, anunció el aumento de las ayudas al transporte de los militares por valor de 2 millones de libras libanesas. Pero los manifestantes consideran insuficientes las subvenciones.
Las reformas no terminan de llegar al Líbano ante el dilatado bloqueo institucional y la corrupción entre la élite política. Esa fue la conclusión a la que llegó la delegación del FMI, que se desplazó a Beirut la semana pasada para vigilar de cerca el cumplimiento del acuerdo. Los presupuestos que han salido finalmente adelante este lunes en el Parlamento no cumplen con las exigencias del FMI. Cifran el gasto en los 41 billones de libras, unos 1.200 millones de euros, muy por debajo de las peticiones del organismo.