La directora del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Inger Andersen, se mostró optimista de cara a una posible resolución del conflicto sobre la GERD

Naciones Unidas vislumbra un posible acuerdo sobre la presa etíope

REUTERS/TIKSA NEGERI - La presa del Gran Renacimiento de Etiopía

La Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD, por sus siglas en inglés) ha sido objeto de disputa desde el inicio del proyecto por parte de las autoridades de Etiopía hace más de una década. El Cairo y Jartum recriminan a Adís Abeba la unilateralidad en la toma de decisiones sobre una infraestructura que afectaría a las reservas acuíferas de ambos países.

Tras múltiples negociaciones fallidas, Naciones Unidas anunció el jueves a través de un comunicado que está preparada “para apoyar a Egipto, Etiopía y Sudán en los esfuerzos por resolver el conflicto”. La organización es optimista y atisba un posible acuerdo en el marco del diálogo.

“Se puede llegar a un acuerdo”, declaró la directora del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Inger Andersen. “La cooperación entre los tres países nunca ha sido más importante a medida que aumenta la demanda de agua”, añadió.

Anger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) AP/SALVATORE DI NOLFI

“Al mismo tiempo, también enfrentan la amenaza de un aumento de las inundaciones y sequías más intensas debido al cambio climático”, apuntó Andersen. La economista y ecologista danesa subrayó la importancia de que las partes trabajen juntas: “La confianza, la transparencia y el compromiso abierto serán clave para alcanzar un acuerdo”.

El Consejo de Seguridad de la ONU celebró el jueves una áspera sesión a petición de Egipto y Sudán para reabrir el debate. Tanto El Cairo como Jartum recurrieron al organismo conformado por 15 miembros y enviaron a sus representantes de política exterior a Nueva York tras la decisión de Etiopía de proceder con el segundo llenado de la presa. 

El ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Sameh Shoukry, tildó el proyecto de la presa de “amenaza existencial” para millones de personas y advirtió de que este segundo llenado viola un acuerdo firmado en 2015. 

El ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Sameh Shukri AFP/ FETHI BELAID

El titular de exteriores también exigió al Consejo de Seguridad la adopción de una resolución inmediata: “No esperamos que el consejo formule soluciones a los asuntos legales y técnicos pendientes, ni solicitamos que el consejo imponga los términos de un acuerdo. Esta resolución es de naturaleza política y su propósito es relanzar las negociaciones”, sentenció Shoukry.
 
Por su parte, su homóloga sudanesa Mariam al-Mahdi instó al organismo a actuar y avisó de que el silencio se interpretaría como una luz verde para que Etiopía continúe llenando el embalse de la presa. 

El ministro de Agua, Riego y Energía etíope, Seleshi Bekele Awulachew, cargó contra sus vecinos y declaró que, a diferencia de Egipto y Sudán, “Etiopía no tiene importantes reservas de agua subterránea”. Para Adís Abeba, la única pretensión de El Cairo y Jartum es evitar a toda costa que el país se desarrolle.

El Ministro de Agua, Riego y Energía de Etiopía, Seleshi Bekele, da una conferencia de prensa con el Ministro de Asuntos Exteriores de Etiopía el 3 de marzo de 2020 en la capital etíope, Addis Abeba AFP/ MICHAEL TEWELDE

“La Unión Africana se ha hecho cargo del asunto y está facilitando hábilmente nuestra negociación”, concluyó el representante etíope. Sin embargo, el papel de la UA en la gestión de la crisis ha sido residual e ineficaz. 

Así lo reconoció el enviado especial de Naciones para el Cuerno de África, Parfait Onanga-Anyanga, quien trasladó la incapacidad de la UA de producir avances durante las últimas negociaciones auspiciadas por el organismo. En este sentido, incluso la Liga Árabe respaldó la intervención del Consejo de Seguridad.

La única propuesta formal, emitida antes de la sesión del jueves, provino de Túnez. La hoja de ruta propuesta por las autoridades tunecinas pasa por detener las labores de llenado por parte de Etiopía e impulsar un acuerdo vinculante entre las partes acerca del funcionamiento de la presa en un plazo de seis meses.

En cualquier caso, esta resolución quebraría el proceso de mediación dirigido por la Unión Africana. Desde Adís Abeba se contempla a la institución africana como único árbitro legítimo para resolver la disputa, por lo que Etiopía trata de evitar toda “injerencia” procedente de otros organismos.

Mapa de África Oriental que muestra el Nilo y la Gran Presa del Renacimiento Etíope AFP/AFP
Recursos finitos

En abril de 2011, Etiopía inició la construcción de la presa en el Nilo Azul, uno de los afluentes más importantes del Nilo, y ello marcó el inicio de la disputa. El objetivo marcado entonces por Adís Abeba era desarrollar el proyecto de energía hidroeléctrica más grande del continente africano. 

Etiopía necesita generar energía, no tanto para su exportación como para su uso doméstico, y justifica el proyecto para garantizar el acceso a electricidad para la mayoría de su población. Se debe tener en cuenta que más de la mitad de los 120 millones ciudadanos etíopes carecen de electricidad.

Muchos etíopes contribuyeron con millones de dólares al proyecto comprando bonos del Estado. Las previsiones de las autoridades pasan por almacenar de 74.000 millones de metros cúbicos de agua y generar más de 5.000 megavatios de electricidad una vez termine el proyecto.

La construcción de la GERD está a punto de finalizar. La presa completa en un 80% y se espera que alcance su capacidad máxima en 2023.

PHOTO/GIOIA FORSTER - Construcción de la Gran Presa del Renacimiento Etíope en el noroeste de Etiopía

En este contexto, el embalse detrás de la presa comenzó a llenarse por primera vez hace un año, y el lunes pasado Adís Abeba notificó a Egipto de que había comenzado la segunda fase de llenado del embalse.

Se espera que este capture 13.500 millones de metros cúbicos de agua durante las fuertes lluvias de julio y agosto. Mientras que Egipto y Sudán defienden que cualquier llenado adicional se debe producir en un contexto de acuerdo.

Egipto teme que la presa recorte sus reservas. Sin embargo, El Cairo ha sido durante siglos dueño y señor del Nilo, una posición sobre la que ha perdido los derechos exclusivos. Sudán, por su parte, expresó su preocupación por la seguridad de la presa y el efecto sobre sus propias presas y estaciones de agua. Yasir Abbas, ministro de Riego de Sudán, dijo que la presa de Etiopía puede afectar al funcionamiento de la presa nacional de Roseires.

El problema de fondo es la escasez de los recursos acuíferos. No hay suficiente agua para satisfacer las necesidades de las 11 naciones que dependen de la cuenca del Nilo. En esta región viven cerca de 260 millones de personas y Egipto es, con diferencia, el país con más ciudadanos dependientes de las aguas del Nilo: unos 86 millones de personas, esto es, el 94% de su población.
 

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