El desplome de los precios del gas y del petróleo obligan a las compañías a repensar su estrategia de cara a un otoño complicado

Naturgy trata de renegociar los acuerdos con sus socios de Sonatrach para hacer frente a las consecuencias de la pandemia

PHOTO/NATURGY - Francisco Reynés, presidente ejecutivo de Naturgy

Aunque el confinamiento ya ha pasado, sus consecuencias siguen azotando a las empresas y son un verdadero quebradero de cabeza. Planes de ajuste, de reestructuración…otoño se presenta muy complicado y las compañías tratan de adaptarse a la incertidumbre de los próximos meses. El desplome de los precios del gas y la pandemia han llevado a la energética española Naturgy a renegociar los contratos de suministro y revisar sus planes estratégicos con sus socios de Sonatrach, con los que explotan el gaseoducto Medgaz que proporciona gas a España desde Argelia. Esta sociedad tiene sus propios problemas y no quiere renegociar a la baja los contratos suscritos hasta 2030. 

Pese a ello, fuentes de Naturgy destacan la voluntad de entendimiento entre ambas partes para llegar a nuevos acuerdos. No es la primera vez que la energética española tiene que renegociar con sus socios argelinos. Hace diez años se enfrentaron en los tribunales y Naturgy finalmente tuvo que pagar 1.300 millones de euros e incorporar a Sonatrach al consejo debido a que se hicieron con un 4% de las acciones

Sede de Naturgy en Madrid

Argelia es un país muy dependiente de las exportaciones energéticas y atraviesa por una crisis muy grave como consecuencia de la pandemia y el hundimiento de los precios del petróleo y el gas. A estas circunstancias hay que sumar la transición política que está llevando a cabo el país y que tampoco está siendo fácil. Sonatrach está viviendo en sus propias carnes todos estos cambios y los responsables de la empresa han llegado a plantear despidos para aligerar una plantilla sobredimensionada por motivos políticos. Naturgy es el segundo cliente energético más importante de la compañía por nivel de facturación, por lo que prescindir de ellos tampoco es una opción viable. La española y Sonatrach son socios en la gestión del gaseoducto de Medgaz, que parte del corazón de Argelia, atraviesa en dos ramas el Mediterráneo y Marruecos, desemboca en el sur de España y es una de las principales entradas de petróleo y gas a Europa. 

Sonatrach

Sonatrach también espera llegar a un acuerdo con la multinacional energética española para evitar el arbitraje internacional, según aseguró su director ejecutivo, Toufik Hakkar, a la agencia Efe el pasado 18 de agosto. Hakkar ha asegurado que ambas partes están en el último turno de su negociación. “Estamos en la fase final de negociaciones y esperamos llegar próximamente a un acuerdo”, señaló sin ofrecer más detalles. Sin embargo, el desplome de los precios del petróleo y gas a principios de año por la pandemia ha conducido a una disputa entre ambos que llevó en mayo a Sonatrach a advertir de que “utilizará cualquier instrumento legal para adaptar sus contratos internacionales de gas natural a las circunstancias actuales del mercado”. “En la relación entre la venta y la compra de gas no hay únicamente el precio, si no que existen otras consideraciones: la flexibilidad, la seguridad energética, todo eso une a las dos partes”, señalaba a Efe Hakkar, que recordaba que la relación energética entre Argelia y España tiene más de 50 años de existencia. "Antes de mirar al mercado y a los precios deben considerarse otros parámetros”, indicó Hakkar. 

Toufik

Los malos resultados empresariales han empujado a Naturgy a anunciar medidas de ajuste y adelantar la revisión de sus planes estratégicos. Los beneficios en el primer semestre cayeron un 43,5% y eso ha obligado a la empresa a repensar toda su estrategia. Reynés ha afirmado que su propósito es llegar a nuevos acuerdos y solo acudir a procedimientos judiciales o a arbitrajes como último recurso. Reynés se planteó en 2018 un nuevo plan estratégico a cinco años vista para dar la vuelta a la situación de la empresa. La estrategia que ha seguido el directivo en este tiempo ha sido desinvertir, reestructurar la deuda y escoger aquellas inversiones que eran más rentables. El inicio de curso se presenta muy complicado, especialmente porque la empresa quiere mantener la política de dividendos, pese que todavía está pendiente conocer la dimensión real de la crisis económica que ha traído la pandemia. 

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