La capital libia registra una intensificación de los enfrentamientos entre GNA y LNA mientras empiezan a llegar refuerzos aéreos al bando de Jalifa Haftar

Nuevos combates en Trípoli a la espera de la ofensiva aérea de Haftar

photo_camera AFP/MAHMUD TURKIA - Combatientes leales al Gobierno del Acuerdo Nacional (GNA) disparan una ametralladora pesada durante los enfrentamientos contra las fuerzas leales al mariscal Jalifa Haftar

La prioridad es mantener el dominio sobre la capital. Esa parece ser la consigna que están siguiendo los estrategas militares del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA, por sus siglas en inglés) de Libia. Apenas unas horas después de que el portavoz de la Aviación del Ejército Nacional Libio (LNA) rebelde anunciase “la mayor ofensiva aérea de la historia de Libia”, los enfrentamientos entre ambas partes se han recrudecido notablemente en los suburbios de la principal ciudad del país.

En el curso de las últimas horas, los dos bandos han estado combatiendo en torno a los pequeños núcleos de población que se encuentran situados a las afueras meridionales de la capital. Por el momento, el resultado de las luchas entre LNA y GNA ha sido más favorable a los segundos. Los combatientes del primer ministro Fayez Sarraj, en su mayoría, pertenecientes a organizaciones terroristas yihadistas de Siria, han lanzado un ataque por tierra sobre las posiciones del LNA de Jalifa Haftar en la línea de frente.

Desde hace algunas semanas, la zona donde se habían estado produciendo los choques entre los dos bandos se había mantenido bastante estable, sin que se produjeran avances significativos por uno u otro lado. Según ha podido documentar el diario local The Libya Observer, las unidades de combate del GNA han intentado con éxito desplazar un poco más hacia el sur las posiciones de sus adversarios.  

Fuerzas leales al Gobierno Acuerdo Nacional (GNA) en la puerta de entrada que conduce al antiguo aeropuerto de Trípoli

Así, los combatientes de Sarraj, que cuentan con apoyo logístico y armamentístico de Turquía han consolidado su dominio sobre las localidades de Salah al-Din y Ain Zara, situadas a unos doce kilómetros del centro de Trípoli, en las proximidades de la ronda de circunvalación exterior, y consideradas en el plano estratégico como la puerta de entrada a la capital desde el sur. Igualmente, se ha registrado fuego intenso en las cercanías del aeropuerto internacional de Trípoli, situado todavía más al sur, según han podido documentar diversos medios locales. 

En la práctica, ¿qué supone este movimiento? En líneas generales, los integrantes del GNA consiguen ganar un poco de aire, aunque las tropas del LNA siguen teniendo bajo su control las ciudades de Qasr bin Ghashir y Tarhuna, dos núcleos urbanos de cierta importancia que pueden servir como base para lanzar próximas operaciones sobre la capital. Del mismo modo, el aeropuerto permanece bajo dominio de Haftar, si bien es cierto que el fortalecimiento de las posiciones del GNA en las áreas próximas supone una amenaza creciente sobre esa posición.

Refuerzos aéreos para el LNA

El gran interrogante que surge en el horizonte radica en si estas pequeñas ganancias territoriales servirán a Sarraj para afrontar con mayores garantías la inminente ofensiva aérea que ha anunciado el LNA. Todos los indicios apuntan a que los enfrentamientos van a tomar una nueva dimensión en las próximas horas.

Según informes del portal Bloomberg News, el mariscal Haftar ha reforzado su poderío aéreo con la llegada de ocho aeronaves de fabricación rusa. Se trata de seis cazas MIG-29 y dos del modelo Sukhoi-24. Aunque el Kremlin -uno de los aliados más destacados del LNA en lo que se refiere a la provisión de equipamientos bélicos- no ha confirmado oficialmente estos informes, imágenes de satélite muestran, al menos, un caza MIG-29 estacionado en la base aérea de Al-Jufra, situada en el interior del país, a unos 300 kilómetros al sur de la ciudad de Sirte.

Bloomberg apunta a que los refuerzos aéreos rusos para el LNA habrían llegado vía Siria, desde la base aérea de Khmeimim, localizada cerca de la ciudad de Tartus. Desde su nuevo emplazamiento en el desierto libio, estos cazas representan una nueva amenaza sobre Trípoli. No obstante, desde el bando de Sarraj dicen estar preparados para rechazar la nueva campaña de bombardeos del LNA. El Gobierno de Recep Tayyip Erdogan ha advertido de que sus buques de guerra, baterías de misiles y drones se encuentran en disposición de responder a cualquier ataque.

Foto de archivo de un bombardero ruso Sukhoi 24

En efecto, las aeronaves no tripuladas turcas del modelo Bayraktar TB-2 han constituido, en los últimos meses, una pieza muy importante de los éxitos militares del GNA, tanto en la vertiente defensiva como en la ofensiva. Gracias a ellos, los combatientes de la administración de Trípoli han sido capaces de conquistar el litoral que se extiende desde Trípoli hasta la frontera con Túnez, así como la estratégica base aérea del Al-Wattiya. Previsiblemente, este será otro de los frentes donde se desarrollen los combates en los próximos días.

Por el momento, ambos bandos ya han lanzado numerosos avisos a la población civil para que se alejen, en la medida de lo posible, de las zonas más calientes. El LNA ha avisado de que considerará como blanco válido cualquier posición turca, mientras que el GNA ha conminado a los no combatientes a alejarse de las tropas de Haftar.

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