Occidente compra petróleo a Rusia en medio de la invasión a Ucrania
¿El petróleo ruso a ustedes no les huele como a sangre ucraniana?, esto preguntaba en su cuenta de Twitter el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, después de que la empresa de hidrocarburos Shell admitiese la compra de un cargamento de crudo ruso a un precio de descuento. En un comunicado, la compañía declaró “que no tenía alternativa” y que había sido una “decisión difícil” debido a que la situación del suministro del crudo es “altamente compleja”.
Esta compra se produce, además, después de que Shell anunciase el cese de todos sus proyectos conjuntos con la empresa de energía rusa Gazprom. Asimismo, en el comunicado, un portavoz de la compañía señaló que, “para ser claros, sin un suministro interrumpido de crudo a las refinerías, la industria energética no puede asegurar el suministro continuo de productos esenciales a la gente de toda Europa durante semanas”.
Junto a esto, la petrolera trató de justificarse tras señalar que intentaran elegir otras alternativas petroleras “siempre que sea posible” y que las ganancias obtenidas del petróleo ruso se destinaran a ayudas a las personas refugiadas de Ucrania.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha propiciado que, a modo de condena, la comunidad internacional haya decidido realizar un boicot a los productos rusos como muestra de su rechazo. Sin embargo, el mercado del petróleo sigue otros parámetros y hasta este momento, los países occidentales no han impuesto todavía sanciones a las importaciones del petróleo ruso.
Y es que el conflicto ruso ucraniano está afectando directamente al encarecimiento del barril del crudo por encima de los 125 dólares en Estados Unidos, un alza que puede empujar a la economía mundial a una nueva recesión. Esta subida también se ha visto reflejada en Europa después de que la cotización del barril Brent haya superado la barrera de los 115 dólares, lo que ha llevado a distintas petroleras, como ha sido el caso de Shell, a comprar crudo a Moscú.
Diferentes analistas internacionales indican que, si Occidente decide prohibir definitivamente la compra del petróleo ruso, “los precios mundiales del crudo pueden subir a 150 dólares el barril”. Asimismo, declaran que las sanciones internacionales impuestas a Rusia “tendrán un mayor impacto en los equilibrios del mercado en comparación con las sanciones a Irán y Venezuela en años anteriores”.
Al inicio de la invasión rusa, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, alertó que el conflicto traería consigo elevados costes económicos y una escalada exponencial en el precio de la energía y así esta siendo. De hecho, la subida de estos precios ha motivado que una delegación estadounidense de alto nivel se haya desplazado durante el fin de semana a Caracas con el propósito de plantear al Gobierno de Nicolás Maduro un acuerdo económico que tendría como fin suplir las demandas energéticas que ahora la economía estadounidense no puede satisfacer.
Esta visita, publicada por el diario The New York Times, aun no se ha confirmado oficialmente, pero según indican diferentes fuentes con esta iniciativa Estados Unidos trataría de “rebajar” la repercusión de las sanciones internacionales impuestas a Venezuela dando al país la posibilidad de recuperar parte de su producción petrolera. Además, con esta visita Washington estaría tratando de disminuir la influencia geopolítica de Moscú sobre los países sobre los que mantiene su favor.
Por otra parte, fuentes relacionadas con la embajada de Estados Unidos en Ucrania si que han confirmado la visita de la delegación, aunque han defendido que la razón del encuentro se habría producido para negociar sobre la posible liberación de presos políticos estadounidenses encarcelados en Venezuela, entre los que están incluidos seis gerentes de la filial Citgo, la filial venezolana petrolera en Estados Unidos.
El petróleo no es el único sector afectado por la invasión rusa. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido que el conflicto tendrá “un impacto severo” en la economía a nivel mundial. Asimismo, señaló que aquellos países que mantienen relaciones económicas con Kiev y Moscú tendrán una exposición severa a los impactos en su economía.
De acuerdo con un comunicado emitido por el Fondo, “la actual guerra y las sanciones asociadas a ella tendrán un impacto severo en la economía global” y que aquellas naciones que mantienen vínculos económicos tanto con Rusia como con Ucrania estarán expuestas a una escasez de bienes.
Todo esto se produce en un momento en el que Washington y Teherán tratan de acercarse respectivamente. Respecto al pacto nuclear, Irán ha indicado que buscará “formas creativas” para restaurar el acuerdo nuclear acordado en el año 2015, pacto que tres años después Estados Unidos abandonó de forma unilateral.
Mientras tanto Ucrania cumple su decimosegunda jornada de invasión. Después del fracaso de dos altos el fuego, Rusia ha indicado que abrirá nuevos corredores humanitarios a través de los cuales se podrá evacuar a la población civil. Sin embargo, Kiev ha denunciado que esta propuesta es “completamente inmoral” ya que estos corredores desembocan en Bielorrusia y en Rusia.
Por otro lado, el hecho de anunciar nuevos correderos humanitarios no se traduce en un cese de las ofensivas bélicas. Moscú no ha dejado de bombardear enclaves ucranianos, recrudeciendo durante la última jornada sus ataques sobre el mar Negro. Estos ataques han propiciado el refuerzo en el despliegue de tropas de la OTAN en los Estados bálticos, según ha anunciado Blinken.
Esta situación coincide, además, en un momento en el que delegaciones rusas y ucranianas se reunirán para celebrar la tercera ronda de negociaciones, en las que China se ha mostrado dispuesto a mediar para conseguir la paz. Junto a esto, por parte de Pekín, el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, ha recordado que las relaciones entre China y Rusia siguen “sólidas como una roca”.
Coordinador de América: José Antonio Sierra.
