Pablo Arias: “Si no fomentamos la industria europea, la inversión se irá a Estados Unidos o Israel”

En la última entrega de ‘De cara al mundo”, el programa radiofónico de Onda Madrid, entrevistamos a Pablo Arias Echevarría, diputado en el Parlamento Europeo, quien analizó la victoria de Emmanuel Macron en los comicios celebrados en Francia. Para el eurodiputado, el resultado electoral puede ser consecuencia de un mal menor, puesto que tanto Jean-Luc Mélenchon como Marine Le Pen eran opciones extremistas. Por otro lado, Arias habló acerca de la unanimidad que existe en las instituciones europeas en torno a la reacción y las medidas de sanción impuestas a Rusia como consecuencia de la invasión a Ucrania. Finalmente, el eurodiputado aportó las claves en torno a la reindustrialización que Europa debe asumir, y que la pandemia puso de manifiesto, ya que existe la necesidad de volver a tener una industria europea competitiva.

¿Se siente aliviado tras la victoria de Emmanuel Macron en las elecciones de Francia?, parece que la sociedad está reaccionando frente a los populismos. 

Lo que está claro es que ha sido un balón de oxígeno, había mucha preocupación en torno a las elecciones francesas. La reelección de Macron es una buena noticia, pero hay que ver por qué se ha producido y quizás sea consecuencia de ser el mal menor, puesto que tanto Jean-Luc Mélenchon como Marine Le Pen eran las opciones extremistas. Por tanto, la reelección de Macron es una buena noticia para la Unión Europea, más si cabe con la presidencia de turno que ostenta en estos momentos. 

Usted tiene experiencia en el Parlamento Europeo, ¿la reacción de Europa ante la agresión de Putin es la esperada y la que se necesita?

Creo que ha sido una reacción adecuada y las sanciones que se han impuesto van en esa dirección. La Unión Europea es el proyecto de paz más ambicioso que ha existido en la historia de la humanidad y nosotros no nos imaginábamos si quiera la posibilidad de enfrentar una guerra como la que ha propiciado el presidente Vladimir Putin. Por nuestra parte, hemos condenado de manera radical la invasión y esta ruptura con toda la legislación internacional y la reacción de Unión Europea ha sido adecuada. Dicho esto, tenemos muchos retos por delante, la Europa que hemos conocido nunca volverá a ser igual después de esto, tras una pandemia como la que hemos vivido y, ahora, con la invasión de Ucrania por parte de Rusia pues vemos que efectivamente pasamos de una crisis a otra y esto nos perjudica y nos crea situaciones complejas y nuevos retos que hay que abordar. La Unión Europea lo que tiene de bueno es que cuando vivimos situaciones de crisis nos unimos más de lo previsto, o más de lo que se prevé, y en está situación ha vuelto a pasar. Putin creía que la invasión sobre Ucrania sería fácil y se ha encontrado una resistencia heroica por parte de los ucranianos lidera por alguien al que se le ponía en tela de juicio que pudiera ser un gran líder como es el presidente Volodímir Zelenski. Por su parte, la Unión Europea lo que está haciendo es lo que debe hacer colaborando con la legislación internacional, condenando la invasión a Ucrania y afrontando los retos en cuanto a las disrupciones que provocan todas estas situaciones con la energía, con la economía y con la situación de amenaza que se cierne sobre el territorio europeo. 

En efecto la Unión Europea y los EE. UU. están cumpliendo con la legalidad internacional a la hora de proporcionar armas al Gobierno de Ucrania, ¿hay unanimidad en el Parlamento Europeo en ayudar con armamento pesado para que Ucrania se pueda defender?

El Parlamento Europeo ha sido muy claro con las resoluciones que hemos aprobado en el pleno de Estrasburgo en donde tenemos una posición común bastante definida y donde no hay fisuras. Los Estados miembros también se han unido con respecto a esto y los que más sufrían a consecuencia de esta invasión, como pueden ser los países dependientes del gas ruso también han ido poco a poco entrando en esa posición unánime para abordar esta situación, imponer sanciones y exigir a Putin un acuerdo de paz y la retirada de sus tropas. En el Parlamento Europeo no hay fisuras en este sentido, como mucho pueden existir pequeños grupos que no tiene nada que ver con la posición clara y contundente del Parlamento Europeo.

Los ciudadanos europeos estamos viendo unas instituciones que están respondiendo adecuadamente al reto que hoy tenemos encima de la mesa...

Considero que aquí se abren debates no estaban si no cerrados, durmiendo y concretamente estoy haciendo alusión al asunto de invertir más en acciones de defensa. Nosotros tenemos una amalgama de empresas europeas en las que gastamos alrededor de 200.000 millones en defensa, un total de 1,4% del PIB de la Unión en gasto de defensa. Esto lo que pone de manifiesto es que esa cantidad no es suficiente, la inversión que realizamos los europeos es equivalente a la china o a la rusa, pero el problema que tiene es que está dividida y, por tanto, hay que hacer mayor inversión y hay que coordinarla porque si no seguiremos como estamos hasta ahora y lo que está claro es que no es suficiente. La Alianza Atlántica, que algunos la declaraban obsoleta o muerta, estamos viendo que está más viva que nunca y en una situación como esta ha respondido adecuadamente y aquellos que formamos parte de ella tenemos un escudo que en situaciones de crisis es muy bienvenido, por tanto, es muy importante. Me gustaría insistir en el asunto del debate que se ha vuelto a abrir sobre la inversión en defensa y es un debate que hay que abordar con toda la contundencia y la rigurosidad posible puesto que insisto que debemos tener una industria global europea en defensa y no veintisiete más pequeñas que no estén coordinadas entre ellas. Hace poco lo decía Josep Borrell, los sistemas europeos muchas veces no están sincronizados y hay un problema de coordinación entre esa tecnología y ese armamento que se produce y hay que ver como coordinamos esta cuestión, quién la lidera y qué se hace. También se habló sobre un Ejército europeo, pero eso es una utopía hoy en día. 

Es verdad que existe un Eurocuerpo, pero ¿cuándo se habla de una defensa europea como el pilar de Europa dentro de la Alianza Atlántica, usted es partidario de reforzarlo y dotarlo de una mayor coordinación, asumiendo los retos y desafíos que todo ello supone como pueden ser las bajas?

Durante muchos años hemos vivido en una especie de parque temático, nosotros hemos apostado sobre todo por el estado del bienestar, que está muy bien, y vivimos como en ninguna otra parte del planeta en la Unión Europea. La demanda que se impuso de manifiesto encima de la mesa porque la hizo pública Trump, además trabajó sobre ella de una manera importante, lo que nos vino a decir es que no podían asumir ellos el gasto y el riesgo de cualquier conflicto de la Unión Europea sin que la Unión Europea o sus países miembros se involucrasen más en cuestiones de defensa. Probablemente en esto Trump tuviese razón, en otras cosas no, lo que está claro es que la Unión Europea se lo debe hacer mirar, no podemos vivir como en el país de las maravillas de Alicia y tenemos que ser conscientes de que hay riesgos fuera de Europa, es algo que ha quedado palpable con la invasión de Rusia a Ucrania, y con las intenciones de Putin sobre otros intereses. Por tanto, hay que tomar decisiones, teniendo muy claro que es lo que nos jugamos, que es la paz y la prosperidad que hemos tenido durante más de 70 años que dura el proyecto europeo, esto es lo que hay que analizar y la opinión pública deberá ir entrando en este debate porque quizás parezca que a España le queda muy lejos, pero están a las puertas. El otro día presentaban aquel misil que llamaban “Satán II” que tiene más de 10.000 km de posibilidad de alcanzar un objetivo, y hasta 10 ojivas nucleares, esto es una amenaza y aunque estemos en España a tantos kilómetros de Rusia hoy en día no es un alivio. 

Entre los muchos trabajos que ha realizado en el Parlamento Europeo la digitalización es una de las especialidades en un momento donde estamos sufriendo el ciberterrorismo ¿hasta qué punto la Unión Europea debe dotarse de la vanguardia tecnológica para poder afrontar e incluso devolver esos ataques cibernéticos? 

Lo que está claro es que esto no es una guerra convencional o no solo, porque también lo es, pero a este fenómeno se le conoce como guerra híbrida. Hay una parte de ciberseguridad muy importante y en Europa esa inversión en defensa no tiene que ser solamente hablar de carros de combate o misiles sino también en términos de lucha contra los ciberataques y en torno a esa guerra hibrida. Asimismo, se debe invertir en torno a esa dirección porque vivimos en un mundo digitalizado y globalizado y es muy importante que tengamos una legislación que se lo suficientemente potente para que podamos proteger aquellas cuestiones que son fundamentales, hablamos de la energía, del agua y muchas cuestiones que son vitales para la convivencia y nuestra seguridad. Por tanto, esa inversión en tecnología se antoja muy importante, se está haciendo esa inversión en tecnología para el mercado único, también se está hablando de ciberseguridad, pero, por ejemplo, ahora que hemos aprobado el reglamento de la DSA la invasión de Ucrania ha tenido una enorme relevancia en los diálogos que han concluido la semana pasada. De hecho, se ha metido algún artículo nuevo que tiene que ver con el asunto ucraniano y a los retos y riegos que nos enfrentamos en las puertas de Europa. 

Otro asunto sobre el que tiene un enorme conocimiento es el mercado interior, ¿Europa con lo que ha sufrido en la pandemia debe volver a industrializarse? ¿Debemos recuperar todo aquello que hemos enviado a China, y que ahora con el colapso del puerto de Shanghái, nos está produciendo colapso y falta de suministros?

Sin ninguna duda, hay una estrategia clara por la reindustrialización de Europa, no podemos ser solamente un proveedor de servicios, decía antes que Europa era una especie de parque temático y debemos dejar de serlo. Debemos tener industria que sea capaz de mantener la competitividad que hemos tenido durante los últimos años, la Unión Europea hace unos años representaba el 21% del PIB mundial, hoy el 19% y esas cifras van en descenso. Ese proceso de reindustrialización es fundamental, hay una estrategia digital por parte de la comisión, hay una estrategia llamada el “Green Deal” y en mi opinión habría que introducir esta nueva estrategia sobre el aumento del gasto de la defensa que también podría incluirse en esa reindustrialización puesto que si aumentamos el gasto en la defensa ese dinero se irá fuera porque en Europa no tenemos esa industria de defensa suficientemente potente que asuma el incremento del gasto y tengamos productos que poder comprar. Ese aumento de la inversión si no fomentamos la industria se iría a países como Estados Unidos, Israel o a países terceros. 

Los europeos tenemos que asumir que ese tipo de reformas suponen un esfuerzo y un sacrificio, pero para poder seguir teniendo nuestro estado del bienestar hay que hacer esos sacrificios en cuanto a reindustrialización y sobre todo para poder enfrentarnos en el tema energético y contrarrestar lo que conlleva la invasión a Ucrania que es una lucha de principios, valores y un ataque a la democracia liberal por parte de un populismo autoritario. 

Sin lugar a duda, esto ha puesto en cuestión lo que es la democracia y es un ataque claro a Occidente y lo que hay que ver ahora es como mantenemos y defendemos nuestro estado del bienestar e incrementar esos procesos en los que nos alejemos de los populismos y nos arremanguemos para hacer los deberes. No podemos vivir siempre de la deuda, no podemos estar endeudados eternamente y mantener el estado de bienestar con más deuda y debemos ser productivos para mantener un estado del bienestar equilibrado y bueno para todos. Hay que arremangarse, nuestros padres y abuelos ya lo hicieron, después de haber vivido una etapa dorada y ahora toca ser productivos como lo sabemos ser porque los europeos hemos estado siempre a la vanguardia de todo lo que ha acontecido en el mundo excepto en lo digital, que ese es otro debate. Lo que está claro es que debemos volver a ser un actor relevante en el mundo y para eso hace falta ponerse manos a la obra y trabajar en tener una estrategia clara de reindustrialización, digitalización y también porque no, claro que sí, por una apuesta por el medio ambiente que es muy importante.