El presidente otomano, Recep Tayyip Erdogan, pretende recibir en las próximas semanas al primer ministro paquistaní, Imran Khan

Pakistán y Turquía refuerzan su cooperación militar

AP/BURHAN OZBILICI - Fotografía de archivo, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, derecha, y el primer ministro de Pakistán, Imran Khan, se dan la mano después de una conferencia de prensa, en Ankara, Turquía

Turquía y Pakistán trabajan de forma conjunta para impulsar y fortalecer sus relaciones bilaterales. La conexión entre Ankara e Islamabad, cimentada sobre la cooperación armamentística, es motivo de preocupación para India y el resto de potencias occidentales por su postura sobre Cachemira y su posible dependencia de China.

El presidente paquistaní, Arif Alvi, trasladó la determinación del país “de intensificar aún más la cooperación bilateral con Turquía” a través de una nota de prensa publicada el lunes por la Presidencia. “Existen enormes oportunidades para aumentar la cooperación en las áreas de comercio, defensa y cultura”, reconoció.

Alvi elogió el papel de Erdogan como impulsor de la “prosperidad económica de Turquía”, una prosperidad venida a menos en los últimos meses. El país otomano atraviesa una delicada situación económica marcada por la fuerte tendencia inflacionaria y por una devaluación galopante de la lira.

Los halagos del mandatario paquistaní también se centraron en el papel del presidente turco como instigador de “la unidad de la Ummah musulmana”. En cualquier caso, el acercamiento formal entre ambos Estados se materializó el lunes con la visita del general otomano Ümit Dündar a la residencia presidencial de Aiwan-e-Sadr. 

El jefe del Ejército de Pakistán, el general Qamar Javed Bajwa, en el centro, en un desfile militar con el primer ministro Imran Khan, a la izquierda, y el presidente Arif Alvi, en Islamabad, Pakistán

El que fuera temporalmente jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Turquía durante la detención de Hulusi Akar, actual ministro de Defensa, en el intento de asonada de 2016 recibió a principios de esta semana la condecoración militar Nishan-e-Imtiaz a manos del presidente Alvi. 

Dündar aprovechó la visita para mantener una reunión con el comandante de las Fuerzas Armadas paquistaníes, Qamar Javed Bajwa. El encuentro se saldó con un acuerdo común para aumentar la colaboración militar, especialmente en las áreas de formación de combatientes y lucha contra el terrorismo.

En abril, las Fuerzas Armadas de Turquía concedieron la Legión del Mérito al general paquistaní y presidente del Comité de jefes de Estado Mayor Conjunto, Nadeem Raza, por “sus servicios en la promoción de las relaciones en materia de seguridad entre ambos países”. 

El mensaje final que subyace de los reconocimientos mutuos es un interés recíproco por mantener y reforzar sus vínculos. A priori, la parte más interesada es Islamabad, que persigue la adquisición de los drones otomanos Bayraktar TB-2, un activo militar que permitió a Azerbaiyán derrotar a Armenia en el frente de Nagorno-Karabaj. Pakistán también pretende que sus socios turcos aumenten sus inversiones en el país.

Dron turco del modelo Bayraktar TB2

Por el momento, Ankara ha conseguido vender sus drones a varios países, entre los que se cuentan Polonia, Ucrania y Qatar, obviando Azerbaiyán. Asimismo, el país otomano también negocia con Albania para impulsar de nuevo su industria aeronáutica, dañada tras la eliminación del programa F-35 por parte de Estados Unidos.

Turquía ha negociado con Pakistán la transacción de aviones de combate no tripulados, sin embargo, desde Ankara hay reticencias a aceptar un acuerdo de venta por las posibles represalias provenientes desde el exterior.

Pakistán contrató en 2016 los servicios de la compañía turca STM para la modernización de sus tres submarinos de ataque Agosta 90B, así como para el diseño y la construcción de nuevas corbetas y embarcaciones petroleras. No obstante, la fuerte oposición ejercida por Francia al respecto, mediante bloqueos y sanciones, ha impedido la ejecución de los servicios.

En esta línea, el país centroasiático concedió en marzo una prórroga de seis meses del acuerdo para la adquisición de los helicópteros T129 Atak firmado con Ankara. 

En 2018, Pakistán trató de comprar 30 aeronaves de fabricación turca por valor de 1.500 millones de dólares, sin embargo, la compañía otomana carecía de las licencias de exportación expedidas por Estados Unidos, unas licencias denegadas a Turkish Aerospace Industries por la adquisición del sistema antimisiles S-400 a manos del Gobierno turco.

En este contexto, los representantes en materia de política exterior de ambos Estados han mantenido una vía de contacto durante las últimas semanas para resolver los retos conjuntos. 

El ministro paquistaní de Asuntos Exteriores, Mehmood Qureshi, viajó el pasado mes de junio a Turquía para reunirse con su homólogo turco, Mevlüt Çavuşoğlu. A su vuelta, Qureshi hizo pública la invitación formulada por el presidente Erdogan al primer ministro de Pakistán, Imran Khan. 

El ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu

Ambos mandatarios coincidieron por última vez en la lista de “depredadores de la libertad de prensa” publicada el martes por Reporteros sin Fronteras (RSF). Sobre Khan, la ONG sostiene que “emerge como el candidato ideal para desenvolverse bien en la arena pública sin cuestionar la omnipotencia de los militares” gracias a su mezcla populista y fundamentalista. 

Sobre Erdogan, RSF asegura que al presidente “no le gusta la prensa o, mejor dicho, solo le gusta sumisa, dócil y alabando sus méritos”, y que cuenta con “absoluta libertad para perseguir a cualquier voz disonante”.

La presencia china

“Cuando Xi Jinping llegó al poder en China, en 2013, cabía esperar que pusiera en marcha reformas liberales, pues su familia fue víctima de la Revolución Cultural. Por el contrario, fortaleció el control del régimen sobre la información y restauró en pocos años una cultura mediática digna de la era maoísta”, sentenció RSF sobre el líder chino.

El gigante asiático formaría parte de la sociedad que integran Ankara e Islamabad. China y Pakistán comparten un enemigo común en materia territorial: India. La región de Cachemira, administrada por Nueva Delhi, y las áreas ubicadas lo largo de la Línea de Control Real (LAC) en el este de Ladakh son los territorios pretendidos por Pakistán y China en su confrontación directa con India.

Manifestantes cachemires

Este motivo explica la mejora impulsada por el Ejército paquistaní de sus drones Supercam S-250 desplegados en Cachemira. Los servicios de inteligencia indios detectaron la adquisición de Pakistán de aviones de combate de fabricación china y turca.

“Pakistán, a través de China, tiene la tecnología de misiles, tanto convencionales como nucleares, además de aviones de combate, algo que Turquía busca”, según declaró una fuente diplomática al digital The Print.

En todo caso, Ankara tendría las manos atadas al depender de la supervisión de la OTAN. Además, la prioridad a nivel geoestratégico para Turquía y Pakistán pasa por ganar relevancia en Afganistán tras la retirada de las tropas estadounidenses. Un motivo que llevó a Ankara a ofrecerse para administrar el aeropuerto internacional Hamid Karzai de Kabul.

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