La tensión ha aumentado con el anuncio de Tel Aviv de anexionarse parte del territorio ocupado de Cisjordania

Palestina anuncia el fin de todos los acuerdos con Estados Unidos e Israel

AP/ALAA BADARNEH - El presidente palestino Mahmoud Abbas encabeza una reunión de líderes en la sede de la ciudad de Ramallah, el martes 19 de mayo de 2020

El presidente palestino, Mahmoud Abbas, ha declarado el fin de todos los acuerdos con Israel y Estados Unidos y afirmó que el Estado israelí, como potencia ocupante, es responsable de los territorios que ocupa. Las declaraciones tienen lugar en un momento de tensión, con el avance de los planes israelíes de anexionarse parte del territorio ocupado de Cisjordania, posibilidad que contempla el plan de paz propuesto por Washington el pasado enero. El denominado por el presidente norteamericano Donald Trump como el Acuerdo del Siglo.

“La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el Estado de Palestina quedan desde hoy absueltos de todos los acuerdos y entendimientos con los Gobiernos americano e israelí y todas las obligaciones contempladas en estos, incluyendo las de seguridad”, según la decisión presidencial, publicada por la agencia estatal Wafa.

Abbas insta a Israel a hacerse cargo de sus obligaciones como potencia ocupante “con todas las consecuencias y repercusiones en base a la ley internacional y humanitaria, en particular la Cuarta Convención de Ginebra”. Esta, recuerda, establece responsabilidades de la seguridad de la población civil ocupada y sus propiedades, veta el castigo colectivo, robo de recursos, anexión de tierras y transferencias de población del ocupante al ocupado, “que suponen graves violaciones y crímenes de guerra”.

El presidente palestino reitera su rechazo a la propuesta de paz estadounidense y condena su decisión de trasladar la Embajada a Jerusalén y reconocer la ciudad como capital israelí, en contra del hasta hace poco consenso internacional. E insiste en su apoyo a un Estado palestino independiente, contiguo y soberano en las fronteras de 1967, con Jerusalén Este como su capital, “una paz justa y completa basada en la solución de dos Estados”. Una fórmula que ha sido demandada en bastantes ocasiones por parte de varios actores internacionales como posible solución al conflicto entre hebreos y palestinos. 

Este lunes, la Unión Europea (UE) urgió al nuevo Gobierno de Israel de Benjamin Netanyahu y Benny Gantz a cumplir con la legalidad internacional y evitar cualquier acción unilateral que lleve a la anexión de más territorios palestinos. “Urgimos fuertemente a Israel a abstenerse de cualquier decisión unilateral que llevara a la anexión de cualquier territorio palestino ocupado y que sería, como tal, contraria a la ley internacional”, indicó en una declaración el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell. 

Fotografía de archivo, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, visita la zona donde se construirá un nuevo barrio en el asentamiento de Har Homa en Jerusalén oriental, el 20 de febrero de 2020

El controvertido plan de paz para el conflicto entre israelíes y palestinos que presentó la Administración Trump planteaba el establecimiento de un Estado palestino, pero con soberanía limitada, la anexión de parte de la Cisjordania ocupada y una capital palestina en una zona reducida y periférica de Jerusalén Este. Lo principal de la proposición era establecer enclaves palestinos con una capacidad de independencia limitada, ubicados entre asentamientos israelíes, bajo la promesa de paralizar la construcción de nuevos asentamientos de colonos judíos en Cisjordania. Además, se establecía que Israel se quedase con el Valle del Jordán y con Jerusalén y sus lugares sagrados, otorgando a los palestinos la posibilidad de situar la capital de lo que sería su nuevo Estado en una zona especial de la Ciudad Sagrada entre Abu Dis y la parte oriental de Shuafat, zonas ya segregadas actualmente mediante un muro de hormigón. De esta forma, la máxima aspiración palestina sería trasladar su capitalidad y sedes de sus instituciones oficiales a la periferia de Jerusalén Este. 

Asentamiento de Ma'ale Efraim, en las colinas del Valle del Jordán

En el plan de la Casa Blanca también se instaba a los dirigentes palestinos a renunciar a la reclamación de los territorios que se anexionó Israel tras el conflicto de 1948, dejando claro que no se otorgará el derecho de retorno de ningún refugiado palestino a territorio israelí. 

Por otro lado, también se exigía a los palestinos el establecimiento de una administración y un sistema financiero fiable, puesto que en la oferta de Donald Trump se incluía una partida de dinero destinada a la inversión en suelo palestino cuando se estableciese el nuevo Estado. Un montante de unos 50.000 millones de dólares encaminados a la puesta en marcha de lo que sería la nueva Palestina. Lo que era considerado por el presidente norteamericano como una gran baza para convencer a los palestinos. 

Un  israelí sostiene su bandera nacional durante una protesta cerca del mayor asentamiento judío de Maale Adumim, al este de Jerusalén

Con todas estas condiciones y limitaciones, llegó la reacción negativa de toda la comunidad árabe y parte de la comunidad internacional. Ahora, Palestina ha llegado al punto de poner fin a todos los acuerdos con EEUU e Israel, dando muestra de su total desacuerdo sobre los planes de futuro, sobre todo en lo relacionado con la anexión del territorio ocupado de Cisjordania. 

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