Las protestas contra la presidenta se recrudecen y dejan ya siete muertos y cientos de heridos. El nuevo primer ministro de Perú anuncia la formación de un gabinete de crisis para reestablecer la paz

Pedro Castillo llama “usurpadora” a Boluarte y asegura que no cederá su cargo en la presidencia de Perú

photo_camera AFP/ ERNESTO BENAVIDES - Un partidario del ex presidente peruano Pedro Castillo usa una máscara para protegerse de los gases lacrimógenos durante una protesta cerca del Congreso en Lima el 12 de diciembre de 2022

La sucesión en la presidencia de Perú no iba a ser ni tarea fácil ni mucho menos pacífica. Las primeras declaraciones del ya expresidente de la República andina tras ser detenido el pasado miércoles dan cuenta de la confrontación política con el Ejecutivo del país. “Les hablo para reiterar que soy incondicionalmente fiel al mandato popular y constitucional que ostento como presidente, y no renunciaré ni abandonaré mis altos y sagradas funciones”, ha expresado Castillo en Twitter.

Una reacción, la primera de Pedro Castillo tras ser detenido, que se produce después de que el Congreso aprobara la retirada del fuero especial al expresidente, una prerrogativa de antejuicio político de la que gozaba Castillo. Con 67 votos a favor y 45 en contra, la medida allana el camino hacia un juicio por supuestos delitos de rebelión y conspiración.

El exmandatario también ha tachado de usurpadora a Dina Boluarte, su segunda al mando que ocupó la presidencia del país después del fallido golpe de Estado de Pedro Castillo. “Lo dicho recientemente por una usurpadora no es más que los mismo mocos y babas de la derecha golpista”, ha añadido. Castillo señalaba también que se siente “humillado, incomunicado, maltratado y secuestrado”, pero que sigue con esperanzas gracias a “la lucha del pueblo soberano”.

Y es que las protestas en contra de Dina Boluarte y el Congreso y a favor del destituido Pedro Castillo alcanzan su punto álgido de violencia. Hasta el momento los altercados han dejado siete muertos y cientos de manifestantes y policías heridos, según ha comunicado el Ministerio de Salud. Los enfrentamientos más violentos se están dando al sur del país, en Apurímac y Arequipa, regiones donde ya se ha decretado el estado de emergencia por el nuevo Ejecutivo designado por Boluarte el pasado sábado.

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Esta preocupante inestabilidad del país ha obligado también al primer ministro, Pedro Angulo, a formar un gabinete de crisis para reestablecer la institucionalidad en el país. “Con liderazgo y firmeza el gabinete nombrado por la presidenta Dina Boluarte asume el compromiso de reestablecer la institucionalidad en el país y exhortamos a anteponer los sagrados intereses del Perú, buscando consensos para defender la democracia y paz social”, anunciaba.

El jefe de Gabinete Ministerial informó también en el Congreso sobre los acontecimientos sufridos en Andahuaylas e informó su decisión de encargar a cada ministro a ir a una zona de conflictividad social para “promover el diálogo con autoridades electas, organizaciones sociales y sociedad civil con el fin de impulsar el desarrollo territorial, la paz social y la gobernabilidad”, según la nota de prensa publicada por el Gobierno andino.

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La defensa imposible de Pedro Castillo

Presunto autor de delitos de rebelión y conspiración. Esta es la denuncia constitucional contra el expresidente tras el intento de golpe de Estado presentada por la fiscal general de Perú, Patricia Benavides. Una denuncia difícil a la que se enfrenta la defensa del maestro rural y líder sindical.

Tras la renuncia del hasta ahora abogado de Castillo, Miguel Pérez Arroyo, asume la defensa legal Ronald Atencio, quien ya ha postulado sus primeras líneas sobre el caso: cuestionar la salud de Pedro Castillo al anunciar en un discurso televisado la disolución del Congreso y el establecimiento de un Gobierno de excepción.

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“Cuando el expresidente leyó el mensaje escrito por otros, unos minutos antes le dieron una bebida”, asegura el letrado. “Todo el mundo vio que estaba leyendo de forma temblorosa e hipotetizo más, además de tembloroso, estaba un poco sedado, atontado”, declaraba el abogado exigiendo que se le realice una prueba toxicológica.

Una línea de defensa que ha seguido el propio Castillo al asegurar que no recuerda ordenar en pleno uso de sus facultades la disolución de las Cortes, la formación de un ejecutivo de emergencia nacional y la declaración del Estado de excepción en todo el país.

Y la defensa, si no es por el medio judicial, ataca por el político. Pérez Arroyo aseguró que en el Congreso está orquestando “una estrategia de celeridad para que Castillo permanezca en la cárcel”. También acusó a la Fiscalía de entrar en “un juego político que no debió”.

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Los apoyos de Castillo en América Latina

En este mismo plano político presidentes y líderes de la izquierda en América Latina exponían su preocupación tras el fallido golpe de Estado de Perú. Los gobiernos de México, Colombia, Venezuela, Cuba, Bolivia y Argentina defienden que Castillo, desde el día en que tomó la presidencia, “fue víctima de un antidemocrático hostigamiento, violatorio del artículo 23 de la Convención Americana de Derechos Humanos”. Hacían también un llamamiento a que las autoridades peruanas respeten lo que el pueblo andino decida en las urnas.

Ante las declaraciones, el Ministerio de Exteriores de Perú recordaba que Pedro Castillo está detenido por sus decisiones “contrarias al orden constitucional y democrático”, unos hechos que constituyen “un golpe de Estado”. 

Coordinador de América: José Antonio Sierra. 

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