Rached Ghannouchi, líder del partido islamista Ennahda, es acusado de usar su posición para promover la agenda islamista

Polémica en Túnez por los contactos del presidente del Parlamento con Turquía y Qatar

PHOTO/AP - El líder del partido tunecino islamista Ennahda, Rached Ghannouchi

El Parlamento de Túnez rechazó una petición de la oposición para celebrar un debate público sobre los contactos del presidente del Parlamento, Rached Ghannouchi, con Turquía, Qatar y destacados representantes de los Hermanos Musulmanes en Libia.

El Partido Antiislámico PDL acusó a Ghannouchi, que también es el jefe del partido islamista Ennahda de Túnez, de aprovechar su papel de presidente del Parlamento para apoyar la agenda regional de la Hermandad Musulmana.

La oficina ejecutiva del Parlamento, que establece el orden del día de los debates legislativos, dijo el jueves que la acusación no tiene fundamento jurídico. Pero la jefa del PDL, Abir Moussi, dobló sus demandas contra Ghannouchi y dijo que llevaría el caso a los tribunales.

Moussi denunció los contactos que Ghannouchi supuestamente hizo en los últimos días, diciendo que violaba la ley tunecina, así como “las normas diplomáticas y parlamentarias”. Hablando con una emisora de radio privada de Túnez, Moussi acusó al presidente del Parlamento de ocultar información sobre sus contactos a los diputados y al público en general. Reiteró sus críticas en un vídeo publicado en la página oficial de su partido en Facebook, alegando un encubrimiento “peligroso” que, según dijo, tenía lugar en nombre de Ghannouchi.

Fotografía de archivo del viernes 2 de agosto de 2019, la  presidenta del PDL, Abir Moussi
Conversaciones comprometedoras

Moussi señaló una llamada telefónica que Ghannouchi recibió del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, que fue publicada por la agencia de noticias turca Anadolu el 25 de abril, pero que no fue recogida en la página oficial de Ghannouchi.

Moussi denuncia frecuentemente al partido islamista Ennahda y a Ghannouchi por su supuesta coordinación con Estados como Turquía y Qatar, afiliados al movimiento internacional de la Hermandad Musulmana, sin tener en cuenta las normas diplomáticas. Y ha advertido que Ghannouchi pretende “convertir el Parlamento en una herramienta para implementar una agenda islamista en el Magreb árabe”, añadiendo que “el Parlamento se ha convertido en una granja privada y personal para el 'Jeque de la Hermandad'”.

Los observadores señalaron que Moussi ha logrado arrojar luz sobre la agenda de Ghannouchi, que otras figuras políticas a menudo se resisten a enfrentar por temor a perder el apoyo de Ennahda en el Parlamento.

Los medios de comunicación libios y turcos también informaron de una conversación telefónica entre Ghannouchi y Khalid al-Mishri, presidente del Alto Consejo de Estado libio, el 5 de mayo. En esa llamada, los dos líderes islamistas subrayaron “la necesidad de activar las instituciones del Magreb para servir a los pueblos de la región, (...) y la importancia de profundizar la cooperación entre ellos, para enfrentar los desafíos comunes”, según una declaración emitida por el Alto Consejo Libio.

Unos días antes de llamar a Mishri, Ghannouchi mantuvo otra llamada con Erdogan. Muchos tunecinos y libios han criticado la falta de transparencia sobre esas interacciones, que coinciden con la escalada militar en la Libia occidental.

El ex embajador libio en Arabia Saudí, Muhammed Saeed al-Qashshat, escribió en su página oficial de Facebook que Ghannouchi era culpable de conspirar con el presidente turco contra Libia.

La controversia sobre los contactos de Ghannouchi podría alimentar más resentimiento en Túnez y Libia en los próximos días debido a sus implicaciones políticas, de seguridad y militares.

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