Los ministros de Exteriores mantuvieron una llamada en la que acordaron reunirse en persona

Primer contacto entre España y Marruecos tras la crisis diplomática

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Tras la tensión vivida en Ceuta a causa de la llegada de migrantes sin control alguno, y la posterior crisis diplomática que ocasionó, parece que marroquíes y españoles vuelven a estar por la labor de sentarse en la misma mesa. Bien es cierto que la decisión de la recién imputada exministra González Laya de acoger al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, no ayudó en absoluto a mejorar unas relaciones entre dos países que están condenados a entenderse. Ahora, ministros de Exteriores de ambos países vuelven a ponerse en contacto y han acordado reunirse en persona próximamente para “consolidar” los vínculos que siempre les han unido.

La ausencia del ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Nasser Bourita, en la Asamblea General de Naciones Unidas obligó a mantener una llamada telefónica con su homólogo español, José Manuel Albares, en la que ambos acordaron tratar asuntos diplomáticos de forma presencial en lo que será la primera reunión tras la crisis migratoria de Ceuta. Las palabras del rey Mohamed VI en el pasado mes de agosto empiezan a evidenciarse. La futura reunión entre los ministros marroquí y español supone un importante paso en ese “nuevo espíritu” que existe alrededor de las relaciones bilaterales entre los países vecinos.

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Precisamente la mediación por parte de la monarquía ha resultado fundamental para acercar posturas en un momento tan complicado como el que atravesaban sus relaciones diplomáticas. Además, el ministro Albares ya anunció que la comunicación con los países del norte de África era una de sus mayores preocupaciones: “Una de mis principales prioridades será las relaciones con Marruecos y Argelia, países amigos y socios”, dijo hace menos de un mes, algo que ahora queda reflejado en esas conversaciones. Según fuentes diplomáticas, José Luis Albares pretende mantener unas relaciones de “respeto mutuo” y “dar un paso más en la normalización”.

La decisión que ha sentado en el banquillo en calidad de imputada a González Laya fue uno de los golpes más importantes a los vínculos hispano-marroquíes. Mientras tanto, Rabat exige a Madrid una postura firme respecto a la cuestión del Sahara Occidental, como ya hiciera Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump en el pasado 2020. Sin embargo, el Ejecutivo español sigue sin mostrar una posición clara acerca de este asunto, otro de los motivos que provocó la llamada a consultas de la embajadora marroquí en España, Karima Benyaich.

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La representante del reino alauí en territorio español aún no ha regresado desde que abandonase Madrid en el mes de mayo. Se espera que su regreso sea una realidad próximamente, un hecho que lleva sonando desde finales de agosto. Y es que fue en mayo cuando las relaciones entre los dos países alcanzaron su punto de máxima tensión, momento en el que alrededor de 10.000 personas cruzaran de forma irregular la frontera entre Marruecos y España. La decisión, provocada en gran parte por la acogida de Ghali, mermó los vínculos entre ambos países llevándolos a su peor crisis diplomática en las últimas décadas.

El próximo retorno a una mesa de diálogo entre los ministros de Exteriores es una gran noticia de cara a fortalecer unos lazos que resultan vitales para las dos partes. Tras la ruptura de las relaciones diplomáticas con Argelia, la posibilidad de perder otro aliado regional – y más uno de la importancia de España – sería un duro golpe para el país que aún se encuentra a la espera de formar un nuevo Gobierno que será liderado por Aziz Ajanuch. Necesidad y voluntad se unen para que Marruecos, que, como ha manifestado Mohamed VI, comienza una nueva etapa, y España vuelvan a cooperar y formar una importante alianza.
 

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