Prisión preventiva para el propietario de la fábrica textil de Tánger en la que murieron 28 personas
El propietario de la fábrica textil de Tánger en la que perdieron la vida un total de 28 personas el pasado 8 de febrero ha sido puesto en prisión preventiva a la espera a la espera de que concluyan los procedimientos de investigación, según ha publicado el fiscal del Tribunal de Primera Instancia de Tánger.
“A raíz de la investigación ordenada por el Ministerio Público para esclarecer las circunstancias de la muerte de varias personas en una unidad industrial textil el 8 de febrero en Tánger, la Fiscalía presentó una petición para llevar a cabo una investigación contra el propietario de esta unidad, así como contra todos los implicados en este incidente, por homicidio y lesiones involuntarias y violaciones del Código del Trabajo”, reza el comunicado de la Fiscalía.
El juez de instrucción del Tribunal de Primera Instancia en Tánger decretó la prisión preventiva para el acusado a expensas de que finalicen las pesquisas tras un primer interrogatorio, según la declaración del abogado del Rey Mohamed VI en el Tribunal de Primera Instancia de Tánger recogida por la agencia estatal de noticias MAP.
El pasado 8 de febrero murieron 28 trabajadores de la fábrica textil ubicada en la zona subterránea de un edificio residencial al sur de la ciudad marroquí, en el barrio de Al-Mars, cerca de la carretera hacia Rabat. Hasta 24 personas perdieron la vida en el sótano, otras 10 fueron hospitalizadas. Las lluvias torrenciales provocaron la inundación del recinto, por lo que las víctimas podrían haber muerto por ahogamiento. Los fallecidos quedaron sumergidos cuando el agua alcanzó los 3 metros de profundidad, según las autoridades.
El propietario de la fábrica, uno de los supervivientes, es acusado por delitos de homicidio involuntario, lesiones no intencionales, incumplimiento del reglamento de la ley de emergencia sanitaria, así como por la apertura de un negocio sin licencia, empleo de menores sin permiso e incumplimiento de las condiciones de salud y seguridad en el ámbito laboral”.
El caso fue remitido al Ministerio Público del Juzgado de Primera Instancia tras pasar por Tribunal de Apelación, desde donde se remitió una solicitud para la apertura de la instrucción. Además, se programó una audiencia para el próximo 9 de marzo, para realizar el primer examen de los hechos.
En un primer momento, los medios locales apuntaron que la fábrica era ilegal, sin embargo, una fuente policial reconoció a AFP que, en realidad, el estatus legal del recinto “será revelado por la investigación”. Por tanto, por el momento no hay una confirmación oficial acerca de la licencia.
Los diputados marroquíes guardaron un minuto de silencio en memoria de los “mártires de la economía informal”. Los presidentes de los distintos grupos parlamentarios también denunciaron la existencia de estas unidades de trabajo clandestinas y pidieron una investigación completa para “establecer todas las responsabilidades”.
El incidente puso de relieve la importancia de las condiciones de seguridad en el entorno laboral, así como la preocupación ante el incumplimiento de las normas básicas. También sirvió para poner el foco sobre la problemática de la economía sumergida, que abarca casi un tercio del PIB marroquí, según un informe publicado recientemente por el banco central del Reino de Marruecos.
Para satisfacer la creciente demanda internacional, un gran número de compañías en Marruecos, especialmente en las ciudades de Casablanca y Tánger, desarrollan fábricas clandestinas no reguladas para acelerar la producción y cumplir con los plazos marcados. Las grandes fábricas subcontratan, además, este tipo de unidades ilegales para competir mejor con los productos extranjeros.
Estas se encuentran ocultas en zonas residenciales y en ellas suelen trabajar hasta 40 personas, en muchos casos menores de edad. Este ha sido el caso de la fábrica de Tánger. Las largas jornadas y los bajos salarios son una de las características principales de las condiciones de trabajo. A esto se suma una serie de factores que atentan contra la seguridad. La carencia de extintores de incendios, de salidas de emergencia e incluso de plomería interior son la tónica general.
Un total de 2.000 muertes anuales guardan relación con accidentes laborales en Marruecos. Esta es una de las cifras más altas en la región de Oriente Medio y África del Norte, según los datos presentados por la Asociación Económica, Social y Medioambiental del Reino.