Numerosas evidencias prueban cómo Doha ha financiado al grupo terrorista en los últimos años

Qatar y el Frente Al-Nusra: radiografía de una compleja relación

PHOTO/REUTERS - Banco Central de Qatar en Doha

¿Qué tienen en común una monarquía del golfo Pérsico y un grupo terrorista? Una agenda regional, sería la respuesta. “Al mantener conexiones con las organizaciones extremistas, Doha espera prestar servicios que los países occidentales no pueden […] y todo forma parte de la búsqueda del pequeño estado por un mayor papel en la zona”, explica el analista Abdul Rahman al-Turiri en The Arab Weekly. 

La relación entre Qatar y el sirio Frente Al-Nusra -ahora denominado Hayat Tahrir al-Sham- ha experimentado un impulso en los últimos tiempos. Desde que el pasado mes de diciembre la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos desvelase que Doha, junto con Turquía, apoyó a la organización a través de asistencia logística, financiera y material, han salido a la luz otra serie de factores que ponen de manifiesto el vínculo cada vez más robusto -y opaco- entre los dos agentes.

El último se conoció el pasado 21 de mayo, cuando el periódico “El poder judicial iraquí”, perteneciente al Consejo Judicial Supremo, recogió el testimonio del líder marroquí del Frente Al-Nusra, Issam Al-Hana -alias Abu Mansour al-Maghrabi- quien fue arrestado por las autoridades de Bagdad recientemente. El dirigente yihadista se unió a la organización en el año 2012, y debido a sus cualidades -de profesión, ingeniero informático, y amplio dominio del árabe, español, inglés y francés- ascendió rápidamente en la pirámide jerárquica del grupo. Nacido en Rabat, este terrorista de 35 años, reveló “su contacto con las partes externas de Qatar para apoyar el grupo, siendo el más destacado el jeque qatarí, Khaled Suleiman, quien estaba financiado al Frente Al-Nusra con más de un millón de dólares al mes”. 

Fotografía de archivo de miembros del Frente Al-Nusra en el norte de Siria, el 11 de enero de 2013

Al Hana reiteró en sus declaración que Qatar “es el principal financiador del Frente Al-Nusra”, aunque no el único sustento externo del grupo. “También nos enviaban dinero partes israelíes, y podíamos tratar a nuestros combatientes heridos dentro del Estado Israel”, lo mismo que sucedía con Turquía: “Nos coordinábamos con Ankara para tres tareas: tratar a nuestros efectivos que habían sufrido lesiones en los combates en los hospitales de Turquía, reclutar milicianos de Daesh [organización rival] y trasladarlos a Siria a través de la frontera turca y llevar a cabo intercambios de prisioneros”, declaró, como el que sucedió en 2014 cuando se liberaron a 450 terroristas a cambio del cónsul y un grupo de diplomáticos turcos que habían sido secuestrados por el grupo yihadista.

La financiación qatarí de la organización terrorista ya había sido abordada por el fotógrafo estadounidense Matthew Schrier, quien fue capturado por el Frente Al-Nusra en 2012, llegando a estar cautivo 211 días hasta que consiguió escapar. Tras su “liberación”, emprendió una batalla legal contra el grupo yihadista, en el marco de la cual presentó una demanda a principios de este año contra el Banco Islámico de Qatar -Qatar Islamic Bank- por haber “recaudado donaciones para sus secuestradores”. En el documento de 60 páginas, Schrier detalló cómo la entidad financiera “permitió que individuos y una organización benéfica transfirieran fondos a los grupos terroristas que luchan en Siria”, entre ellos, el Frente Al-Nusra. También aseveró que el Banco Islámico “contribuyó directamente a Qatar Charity (Fundación de Caridad de Qatar), una organización que financia a Al-Qaeda y a Ahrar al-Sham –“Movimiento Islámico de los Hombres Libres del Levante”-, que cuenta con “una larga historia en la financiación del terrorismo que data de 1993 cuando Bin Laden la elogió por su contribución para apoyar su causa”. Concretamente, se le otorgaron 8 cuentas bancarias en las que se depositaron 500.000 riales qataríes (125.000 euros). Del mismo modo, reveló que el ciudadano qatarí Saad al-Kaabi usaba sus cuentas en dicho banco para “obtener fondos” que después habrían sido transferidos a los grupos extremistas que operan en la guerra civil siria. Este nacional fue posteriormente sancionado por el Departamento del Tesoro de EEUU en el año 2015 por apoyar la financiación del Frente Al-Nusra.

Tras presentar la querella, el fotógrafo estadounidense concedió una entrevista en exclusiva al canal Al-Arabiya, donde desveló más detalles de los vínculos de Doha con el extremismo. En concreto, aseguró que “altos funcionarios qataríes habían reconocido la relación de la ‘Campaña Madid/Mudeed’ con la financiación del terrorismo”, siendo uno de ellos el embajador del emirato en París. Las operaciones a través de esta campaña consistían en abrir cuentas a menores que podían beneficiarse de este programa y llevar a cabo extensas maniobras de difusión en redes sociales para captar a cuantos más donantes mejor.

Matthew Schrier, el fotógrafo estadounidense que sobrevivió siete meses como cautivo del Frente Al-Nusra

“La demanda de Schrier plantea una vez más preguntas sobre el pobre historial de Qatar en materia de financiación del terrorismo. Doha ha financiado grupos extremistas en todo Oriente Medio, incluido Hamas en Gaza, radicales en Siria y militantes en Libia. En otros casos, Qatar ha permitido a los financiadores del terrorismo vivir en el país, algunos bajo las sanciones de EEUU y la ONU”, explica la analista Varsha Koduvayur en Foundation for Defense of Democracies (FDD) al respecto.

También en agosto de 2019 se expuso en el diario inglés The Times que Doha Bank -otra entidad bancaria del país- supuestamente transfirió grandes cantidades de dinero a la exfilial siria de Al-Qaeda, según una demanda presentada ante el Tribunal Superior de Justicia inglés. En esta operación, participaron dos hermanos sirio-qataríes: Moutaz y Ramez al-Khayyat, gerentes de una empresa de construcción global, Urbacon Trading & Contracting, que la habrían utilizado para enviar importantes sumas de dinero a cuentas de Turquía y Líbano, donde posteriormente se retiraba y se hacía llegar a la frontera siria para entregárselo a los yihadistas.

Qatar también ha ayudado a la financiación del terrorismo a través de su participación como mediador entre los países internacionales cuyos nacionales eran retenidos por el Frente Al-Nusra y los dirigentes yihadistas. “Los secuestros llevados a cabo por el grupo formaron el pilar principal de su financiación mediante la obtención de rescates, todos los cuales procedían de Qatar”, ha revelado recientemente Al-Arabiya, que destaca también que el emirato se ha convertido en el único estado “que negocia en nombre” de los terroristas. La publicación arroja una serie de casos que ilustran este vínculo: a finales de 2012, otro periodista estadounidense, Theo Curtis, fue secuestrado por el grupo, que pedía por él 30 millones de dólares. Dos años más tarde, se llegó a un acuerdo para su liberación por mediación de Doha y fue entregado a las fuerzas de paz en los Altos del Golán. En 2013, el Frente Al-Nusra capturó a un grupo de 13 monjas en Damasco, Siria, por las que pidió un rescate de 16 millones de dólares. En 2014, corrieron la misma suerte cinco miembros de Médicos Sin Fronteras (MSF), y 45 soldados originarios de Fiji que formaban parte de la misión de la ONU para el mantenimiento de la paz en los Altos del Golán. En 2015, fueron secuestrados 16 militares libaneses. Todos ellos fueron liberados “bajo el patrocinio de Qatar”, de acuerdo con Al-Arabiya.

De acuerdo con el periodista especializado en Oriente Medio Georges Malbrunot, Doha habría pagado más de 100 millones de dólares a los terroristas solo en concepto de rescates, como recoge European Eye on Radicalization.

Logotipo del Banco Islámico de Qatar en una de las sucursales en Doha

“El Gobierno de Qatar ha actuado como intermediario en otras ocasiones para negociar pagos de rescate por la liberación de rehenes occidentales del Frente Al-Nusra. Así, entre 2012 y 2015, Doha negoció decenas de millones de dólares en pagos de rescate al Frente al-Nusra a cambio de la liberación de ciudadanos europeos, según un documento judicial de los Estados Unidos”, exponen al respecto desde Middle East Online. La pregunta sobre por qué Qatar decidió jugar este rol se responde de la siguiente forma, según el analista Abdul Rahman Al-Turiri: “Al negociar la liberación de los rehenes y pagar su rescate en nombre de los gobiernos occidentales, Doha ganaría aceptación popular en los círculos oficiales europeos y en la opinión pública”, escribe en The Arab Weekly. “Todo forma parte de la búsqueda del pequeño estado por un mayor papel regional”, añade, una estrategia que Qatar habría emprendido para ganar nuevos socios de cara al boicot al que fue sometido por el cuarteto árabe (Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bahréin).

Otra herramienta que ha utilizado Doha para transferir ingentes sumas de dinero al grupo han sido las organizaciones benéficas qataríes, como explican desde Middle East Online. En concreto, la publicación señala a la Fundación Sheik Thani Bin Abdullah para Servicios Humanitarios (RAF), presidida por el jeque Thani bin Abdulla Al-Thani -hermano del emir de Qatar-, como la vía de financiación de grupos armados sirios, entre ellos, el Frente Al-Nusra. Según una fuente de inteligencia con sede en el Golfo citada por Ahval News, la Fundación “ha financiado a la organización yihadista con alrededor de 130 millones de dólares”, y “está vinculada a la Media Luna Roja Turca para apoyar a los grupos sirios con dinero y armas”.

De hecho, Mohammed Jassim al-Sulaiti, un miembro de una delegación de la RAF y administrador de Qatar Charity –la ONG más grande del país- para Siria desde el año 2017, está considerado como terrorista por sus vínculos con el grupo yihadista, y ha sido sancionado por ello por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. “El nacional qatarí Mohammed Jassim al-Sulaiti distribuyó suministros a los militantes yihadistas en Siria en coordinación con Saad bin Saad al-Kabi y Abd al-Latif bin Abdullah al-Kawari, ambos en la ‘lista negra’ de EEUU y de la ONU”, explican desde Qatari Leaks. Además, “Al-Sulaiti es socio del financiador de Al-Qaeda Khalifa bin Turki al-Subaiy, quien promovió Imdad for Relief and Dawa Campaign for Syria, que fue supervisada a su vez por Al-Sulaiti, y permitió proporcionar suministros a yihadistas vinculados con Al-Qaeda en Siria”. 

Edificio de la Qatar Charity en Doha

Qatar Charity, del mismo modo, recibió donaciones sustanciales de dinero del Banco Islámico de Qatar, según explicó en su demanda el estadounidense Matthew Schrier. La actuación de esta ONG en la región MENA -Middle East & North Africa- ha levantado recelos en la comunidad internacional, sobre todo, entre los vecinos árabes de Doha. De acuerdo con Middle East Online, “Qatar Charity operaba en el norte de Mali cuando estaba controlado por grupos islamistas. También ha suscitado sospechas sobre su papel en Sudán, que se considera como un refuerzo de la Hermandad Musulmana y sus grupos armados allí”. Asimismo, “se sospecha que la Fundación RAF apoya y financia grupos extremistas y conflictos étnicos entre tribus desde Darfur hasta Puerto Sudán”. De acuerdo con la fuente de Ahval News, incluso “gastó hasta 37 millones de dólares para apoyar a los combatientes en Sudán que pertenecen a grupos terroristas también respaldados por los Hermanos Musulmanes”.

Qatar también ha sido acusado de financiar a otros grupos extremistas. Hamas o los milicianos que combaten en la guerra libia del lado del Gobierno de Unidad Nacional (GNA, por sus siglas en inglés) son solo algunos ejemplos, como se ha mencionado anteriormente. También ha contribuido al programa de Al-Shabaab, la filial de Al-Qaeda en Somalia responsable de más de 1.000 atentados solo en el año 2019. Pero eso es otra historia. 

“La evidencia muestra que Qatar sí es un financiador del terrorismo global. Esto tiene implicaciones importantes para la lucha contra el terror, particularmente cuando se necesita un frente unido contra las fuerzas desestabilizadoras”, concluye el analista Wasiq Wasiq en European Eye on Radicalization.

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