Los políticos europeos instan a una represión inmediata del supuesto apoyo del reino qatarí al financiamiento del grupo terrorista

Qatar y sus estrechos lazos con Hizbulá

photo_camera PHOTO/REUTERS - Doha, Qatar

Las alianzas, y sobre todo las económicas, marcan el tablero de juego de Oriente Medio. A través del contrabando de armas, el reclutamiento de mercenarios y envíos de dinero, Qatar es uno de los Estados que sustenta a la organización terrorista Hizbulá.

Según ha publicado la cadena de televisión estadounidense, Fox News, y semanas atrás la revista alemana Die Zeist, la monarquía qatarí, supuestamente, ha estado financiando la entrega de armas al grupo terrorista, poniendo en peligro a casi 10.000 soldados norteamericanos. La base militar de Al-Udeid, en el Estado del Golfo, alberga un cuartel general avanzado del Comando Central de Estados Unidos y los escuadrones de la Fuerza Aérea norteamericana. Recordemos que uno de los principales objetivos de los miembros de Hizbulá es acabar con la presencia norteamericana en la región.

La información, obtenida a través de un contratista de seguridad privado, Jason G. (nombre ficticio), que trabajaba en Doha como agente secreto para una agencia de inteligencia, pone en el punto de mira al a familia real, ya que un des sus miembros autorizó la entrega de material militar a la entidad terrorista.

Según Jason G., dos sociedades qataríes que operan al amparo del trabajo caritativo, la Asociacion Benéfica Sheikh Eid bin Muhammad al-Thani y la Fundación Educación, sobre todo, dieron dinero a Hizbulá bajo la cubierta de “alimentos y medicinas”.

Ya hace unas semanas el periódico alemán Di Zeit informó que, desde finales de 2017, una empresa de relaciones públicas alemana había realizado esfuerzos de mediación entre el contratista y Qatar, durante los cuales el agente de inteligencia se reunió con un diplomático de alto rango qatarí en Bruselas, con el fin de resolver la situación y devolver la información a Doha. Según Fox News, este alto rango sería el diplomático de Qatar en Bélgica y la OTAN, Muhammad Suleiman al-Khulaifi, que intentó pagar a Jason 750.000 euros para silenciar el papel del régimen de Qatar en el suministro de dinero y armas a la organización libanesa chií. El contratista aseguró que, en una de esas reuniones en 2019, Al-Khulaifi llegó a decir que “los judíos son nuestros enemigos”.

Desde hace tiempo se viene hablando de la relación entre Qatar y la financiación de grupos terroristas en Oriente Medio. El régimen qatarí ha proporcionado espacio organizativo a Hamás, así como a los talibanes. Además, Qatar también ha construido una fuerte alianza con la República Islámica de Irán, que, según las Administraciones de Obama y Trump, es el mayor Estado patrocinador del terrorismo mundial. En 2014, el ministro de Cooperación y Desarrollo económico, Gerd Muller, acusó a Qatar de financiar a los terroristas de Daesh. Por su parte, varios políticos europeos han pedido medidas punitivas contra Qatar tras estas informaciones.

En un reportaje sobre la financiación de Hizbulá, el rotativo Jerusalem Post informó que existía un centro comunitario controlado por Hizublá en la ciudad alemana de Bremen que canalizaba el dinero al movimiento terrorista con base en Líbano. Según el servicio de inteligencia de Bremen, el centro comunitario de Al-Mustafa “está involucrado en el apoyo financiero” de la organización chií.

Hizbulá o ‘Partido de Dios’ actúa como partido político, milicia, organización terrorista y organización social y, junto a Hamás, es el gran protagonista en la región, como grupo islamista más poderoso del Mediterráneo oriental.
 

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