Las subidas y bajadas del barril no afectan a todos los países por igual, mientras algunos se beneficiarán para otros la volatilidad del mercado supondrá una catástrofe

Quién gana y quién pierde con el desplome del petróleo

photo_camera PHOTO/JACOB FORD/ODESSA AMERICAN via AP - Plataforma petrolífera en Midland, Texas

Nadie podía creerlo cuando ocurrió. Muchos inversores no se habían visto en una situación así nunca y no pensaban que la fuesen a vivir. La principal plaza de negociación de futuros del WTI, Chicago, autorizaba durante la jornada del martes la venta en negativo. Cada comprador de un WTI se llevaba 37 dólares en vez de pagarlos. El precio llegó a caer un 305% respecto al último cierre del parqué. Este ha sido el desplome más sonado de las últimas semanas, pero no el único. El petróleo lleva semanas fluctuando con fuerza en todas las bolsas del mundo. Para algunos países, estos vaivenes y caídas supondrán una auténtica catástrofe, pero para otros está suponiendo una reducción de costes muy importante. El miércoles por la mañana era el Brent el que se desplomaba a precios de 1999. 

A lo largo de la semana, el precio del barril WTI se ha recuperado, pero su coste sigue cercano a los 16 dólares y el Brent apenas consigue subir de los 20 dólares. Los últimos registros dan la razón a la Agencia Internacional de la Energía, que auguraba a mediados de abril que el petróleo se enfrentaba al “peor año de su historia”. El organismo también se mostraba escéptico con el recorte artificial alcanzado por la OPEP +, la organización de países exportadores y Rusia, de 10 millones de barriles al día en mayo y junio y advertía de que no era suficiente para contener el descalabro de la demanda que está sufriendo el petróleo.  

El recorte de la demanda es histórico, de cerca del 30%, según los datos de la Agencia Internacional de la Energía. A este hundimiento se le ha sumado el enfrentamiento entre Rusia y Arabia Saudí, que anunció públicamente su intención de inundar el mercado de petróleo justo cuando la demanda se desplomó. El acuerdo para acabar con las fluctuaciones del petróleo que lograron el pasado 12 de abril no parece suficiente, ya que los precios del mercado no se estabiliza.  

OPEP

“La situación del mercado ahora mismo es muy compleja. Se han dado dos escenarios al mismo tiempo que son letales. Por un lado, la demanda está hundida con el cierre de gran parte de la actividad productiva y, por otro, la sobreproducción está haciendo muy difícil almacenar lo que no se está consumiendo”, explica Daniel Bianchi, general manager de compras la consultora Euro-funding, a Atalayar. 

Los tanques de almacenamiento de Estados Unidos están al límite y no pueden vender porque no hay demanda suficiente. “Les sale carísimo exportarlo y se han quedado sin capacidad. Han llegado a utilizar buques petroleros como plataforma de carga”, explica el experto. Los productores de Brent aún no se encuentran en esta situación, pero Bianchi cree que también tendrán que enfrentarse a la falta de capacidad para el almacenamiento en breve.  

Mientras la demanda de petróleo no vuelva, y no se sabe a ciencia cierta cuándo se va a recuperar la actividad económica ni en qué condiciones, los problemas de producción no se van a solucionar. “La OPEP + ha llegado tarde esta vez y han tardado mucho en llegar a un acuerdo, aunque tampoco es fácil recortar la producción de crudo de un día para otro”, asegura el consultor. 

Tanque de almacenamiento

Los precios negativos suponen una ruina para el sector en Estados Unidos, han situado al sector petrolero al borde de la quiebra y amenaza con una oleada de bancarrotas a las empresas energéticas más pequeñas. Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, mantuvo hace unas semanas reuniones con los productores texanos para encontrar soluciones a una situación desesperada.  

El mandatario ha llegado a prometer ayudas a las compañías petroleras. “Nunca dejaremos caer a la industria del petróleo y gas de Estados Unidos. ¡He dado instrucciones al secretario general de Energía y al secretario general del Tesoro para que formulen un plan que disponga de fondos para estas empresas y empleos tan importantes estén asegurados en el futuro!”, escribía en su cuenta de Twitter personal.  

La incertidumbre y la volatilidad del mercado también amenaza a aquellos países más dependientes de las exportaciones petroleras, como Ecuador o Venezuela. “Para Venezuela el impacto va a ser brutal. México ha conseguido diversificar su economía y no va a notar un golpe tan abrupto”, afirma Bianchi. Por poner un ejemplo, Argelia había planteado su presupuesto de austeridad para afrontar la pandemia con el barril de petróleo a 50 dólares, según informaba esta semana el diario Liberté.  

Refinería Arabia Saudí

Mientras, Arabia Saudí podrá hacer frente de momento a los bajos precios, de acuerdo con un informe del Instituto Internacional de Finanzas (IIF). A pesar de ello, el documento señala que para que el reino cuadrase su presupuesto en 2020 necesitaría que los precios del barril estuvieran en torno a los 77 dólares. Por ello, los analistas auguran un déficit del 14% del PIB para este año, que puede ser compensado con la baja deuda pública que registra el país (apenas un 30%).  

En cambio, los países más beneficiados son los consumidores de petróleo. “China es uno de los grandes importadores y está acumulando todo el petróleo que puede aprovechando el desplome de precios”, asegura el analista. Corea del Sur o India también están siguiendo esta estrategia.  

España también es uno de los países que se está beneficiando de la caída de precios, especialmente en aquellos sectores que siguen funcionando, como la logística o el transporte. “La reducción de costes está siendo importante y probablemente ayude a algunas empresas a salir adelante en esta crisis económica”, explica Bianchi. Pero todo tiene una cara B y el experto advierte que la falta de demanda de productos como la gasolina puede suponer un agujero muy importante en las cuentas de la hacienda pública. “Los impuestos en Europa son muy altos para este tipo de productos y se notará en la recaudación fiscal”, asevera. 

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