El presidente iraní advierte al país del Golfo que debe poner fin a la guerra en Yemen

Rohaní: “Arabia Saudí debe ver los ataques como una advertencia”

AFP PHOTO/HO/PRESIDENCY IRANIAN - El presidente Hasán Rohaní presidiendo una reunión de gabinete en la capital, Teherán, el 18 de septiembre de 2019

“Arabia Saudí debe ver los ataques yemeníes a Saudi Aramco como una advertencia para que termine su guerra de Yemen”, ha declarado el presidente de Irán, Hasán Rohaní, a la televisión estatal. Con estas declaraciones, parece esclarecerse la responsabilidad de la milicia hutí en la ofensiva lanzada este sábado contra dos refinerías de la empresa más rentable del mundo, la petrolera estatal Saudi Aramco, que provocó el recorte de un 5% de la producción mundial de crudo, elevando los precios del barril hasta un 20%. 
Del mensaje del mandatario se desprenden, por tanto, dos ideas: el reconocimiento de la autoría hutí y el requerimiento de poner fin a la guerra de Yemen. 

Por un lado, el presidente iraní reconoce, implícitamente, que el ataque fue realizado por la milicia hutí que combaten en Yemen contra la coalición internacional liderada por Arabia Saudí, también denominada Coalición Árabe. Los hutíes, a través de su cadena afín Al-Masirah, se atribuyeron la responsabilidad de la ofensiva inmediatamente después de que la noticia de los incendios en las refinerías diese la vuelta al mundo. En concreto, el portavoz del grupo, Mohammed Abdul-Salam, declaró que habían llevado a cabo una “operación a gran escala con 10 drones dirigidos a las instalaciones de Saudi Aramco. “El petróleo saudí no vale más que la sangre yemení”, alertó el portavoz, al tiempo que aseveraba que los objetivos saudíes se incrementarían si los bombardeos de la Coalición continuasen en Yemen. “Aquellos que no tienen respeto por las vidas del pueblo yemení deben acoger las consecuencias de sus actos”, concluyó Abdul-Salam. 

Sin embargo, a pesar de esta atribución explícita de responsabilidad, comenzaron a surgir otras informaciones que contrarrestaban la versión hutí, al tiempo que aseguraban que no había evidencia de que el ataque se hubiera lanzado desde el territorio yemení: “Ha habido más de 200 ataques con aviones no tripulados lanzados por los rebeldes hutíes desde Yemen hacia Arabia Saudí, y ninguno ha sido tan efectivo como este”, expuso el analista de seguridad nacional de la CNN, Peter Bergen, dando crédito a la teoría de que la operación no tuvo su origen en Yemen. 

Entonces, la presunta implicación iraquí entró en juego, sobre todo, tras una exclusiva publicada este martes por Middle East Eye, según la cual, y citando fuentes de la inteligencia iraquí, la milicia paramilitar Hashd al-Shaabi habría organizado la ofensiva, en la que habrían utilizado drones iraníes, como respuesta a unos ataques israelíes que recibieron sobre sus bases con financiación saudí.

El primer ministro iraquí, Adebl Abdul-Mhadi, rechazó estas acusaciones y negó que su territorio hubiese sido utilizado para atacar a Arabia Saudí: “Defendemos nuestro compromiso institucional de evitar el uso de nuestro territorio para atacar a nuestros vecinos, hermanos y amigos”, se podía leer en un comunicado emitido por la Oficina del primer ministro.

Por su parte, la Coalición Árabe reveló este martes, a través de un comunicado de su portavoz, el coronel Turki Al-Maliki, que “los resultados preliminares muestran que las armas son iraníes”, pero que seguían determinando para determinar su ubicación, puesto que “el ataque terrorista no fue lanzado desde el territorio yemení como afirmaron las milicias hutíes”. En este sentido, un funcionario estadounidense ha declarado a Reuters que la ofensiva se originó en el suroeste de Irán, y que estuvieron involucrados, además de drones, misiles de crucero, lo que indica un mayor grado de complejidad de lo que inicialmente se sopesaba.

No obstante, el recién nombrado ministro saudí de Energía, el príncipe Abdulaziz bin Salman, declaró, rotundamente, en una rueda de prensa concedida ese mismo día: “No sabemos quién está detrás del ataque”. Para esclarecer responsabilidades, alegó que se necesitan “pruebas profesionales basadas en estándares internacionales”. Abdulaziz bin Salman también comunicó que esperan poder volver a la producción normal en las instalaciones afectadas de Saudi Aramco para “finales del mes de septiembre”. El Ministerio saudí de Exteriores ya solicitó, el día anterior, la intervención de “expertos internacionales y de la ONU” en las investigaciones, actualmente en curso. 

El ministro saudí de Energía, Abdulaziz bin Salman Al Saud (C), habla durante una conferencia de prensa

La posición de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha sido manifestada por el enviado especial para Yemen, Martin Griffiths, que ha vuelto a poner sobre la mesa las dudas que existen sobre la autoría de los ataques: “No está del todo claro quién estuvo detrás del ataque, pero el hecho de que Ansar Allah (la milicia hutí) se haya atribuido la responsabilidad es suficientemente malo. Este incidente extremadamente grave aumenta las posibilidades de un conflicto regional”, ha alertado el funcionario. 

El ministro de Estado saudí de Asuntos Exteriores, Adel al-Jubeir (R), se reúne con el Enviado Especial de las Naciones Unidas para Yemen, Martin Griffiths, el 8 de septiembre de 2019

Por otro lado, el mensaje de Rohaní muestra el requerimiento de que se ponga fin a la guerra en Yemen, abierta desde 2014 cuando los hutíes dieron un golpe de Estado contra el Gobierno de Abd Rabbuh Mansur al-Hadi. 

“No queremos conflictos en la región… ¿Quién comenzó el conflicto? No los yemeníes. Fue Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, ciertos países europeos y el régimen sionista [Israel]”, ha alegado Rohaní, en aras de justificar la ofensiva hutí. En el mismo mensaje, el mandatario iraní también ha negado que su país participara en los ataques: “Rechazamos los comentarios sobre el papel de Irán en la operación. Ha habido un conflicto entre dos países”, ha declarado Rohaní, refiriéndose a Arabia Saudí y Yemen. 

De acuerdo con esta versión, el ataque hutí habría sido realizado en respuesta a los bombardeos de la Coalición que han destruido hospitales, escuelas y mercados en el país, según han denunciado desde la milicia. Cabe recordar, en este punto, que según datos de la organización Armed Conflict Location & Event Data Project (ACLED, por sus siglas en inglés), “alrededor del 67% de todas las muertes de civiles reportadas en Yemen desde 2015, como resultado de ataques directos, han sido causadas por ataques aéreos de la coalición liderada por Arabia Saudí”. La organización ha documentado en estos cinco años de conflicto 91.600 víctimas mortales, entre las que se encuentran 11.700 civiles. 

El ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, ya aseguró que “culpar a Irán” no terminaría “con el desastre”, pero que la aceptación de la propuesta de su país de abril de 2015 para poner fin a la guerra y comenzar las conversaciones “sí podría”.

Irán propuso hace cinco años un plan de paz de cuatro puntos para Yemen en el que se contemplaba “un alto el fuego inmediato, el fin de todos los ataques militares extranjeros, asistencia humanitaria, la reanudación del amplio diálogo nacional y el establecimiento de un gobierno de unidad nacional inclusivo”. La propuesta fue remitida al aquel entonces secretario general de Naciones Unidas, el sucoreano Ban Ki-moon.
 

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