Ronda de conversaciones entre Rusia y Occidente para abordar la crisis en Ucrania

Horas después de que Estados Unidos advirtiese sobre una “invasión inminente” de Rusia sobre Ucrania, los presidentes Vladimir Putin y Joe Biden mantuvieron una conversación telefónica a petición de este último. El líder francés, Emmanuel Macron, también dialogó con Putin pocos días después de haberse reunido con el mandatario ruso en Moscú. Paralelamente, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, habló con el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov.

Todas estas consultas demuestran que, a pesar de la escalada de tensión, la vía diplomática y el diálogo todavía representan opciones reales para evitar un conflicto y lograr una solución política. Sin embargo, lejos de mantener una conversación cordial, las llamadas siguen cargadas de reproches y amenazas. Biden, por ejemplo, ha vuelto a advertir a Putin sobre “costes severos” si este decide invadir Ucrania. Este suceso, según el presidente estadounidense, “produciría un sufrimiento humano generalizado y perjudicaría la posición de Rusia”. También, ha recalcado que Estados Unidos y la OTAN están listos para cualquier escenario.

Putin, por su parte, acusó a Washington de proporcionar a los medios de comunicación información falsa sobre la supuesta invasión a Ucrania. Asimismo, el líder ruso ha vuelto a insistir sobre las demandas rusas de seguridad, asegurando que su país garantizará su seguridad de la misma manera que lo haría Estados Unidos. En este sentido, Putin anunció a su homólogo que pronto presentaría la respuesta de Moscú a las cartas de la OTAN y Washington. El Kremlin definió esta conversación como “bastante equilibrada y seria”. 

“La escalada en torno al tema de la 'invasión' se realizó de manera coordinada. La histeria simplemente ha llegado a su clímax, al punto de lo absurdo”, declaró el asesor presidencial para Asuntos Internacionales, Yuri Ushakov después de la llamada entre Putin y Biden. Ushakov afirmó que Estados Unidos “está inflando la histeria” sobre la supuesta invasión rusa. “Incluso dieron fechas de esta invasión. Y en paralelo inflan (con armas) al Ejército ucraniano, aportan importantes recursos financieros para la modernización del Ejército y envían cada vez más instructores al país”, añadió.

Washington ha asegurado que Rusia podría atacar el 16 de febrero, aunque anteriormente había señalado otras fechas. El asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, llegó a avisar de que la invasión podría llegar incluso “durante los Juegos Olímpicos”. Por otra parte, Estados Unidos ha entregado más de 200 toneladas de armamento al Ejército ucraniano. Estos envíos de armas, unido a las reiteradas advertencias sobre una agresión, “crean los requisitos para posibles acciones de provocación de las Fuerzas Armadas ucranianas”, según indica Ushakov. 

Durante la conversación con Macron, Putin aseguró a su homólogo galo que Occidente no hace lo suficiente para obligar a Ucrania a cumplir con los Acuerdos de Minsk. Moscú ha acusado en varias ocasiones a Kiev de incumplir estos tratados ya que rechaza cualquier tipo de diálogo con las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk.

Tras la llamada, un funcionario de la presidencia francesa afirmó que París no cree que Moscú esté preparando un ataque contra Ucrania. “por lo que ha dicho Putin a Macron, no tenemos indicios que de Putin prepare una ofensiva”, afirmó el funcionario a los medios, según informa Reuters. “Sin embargo, estamos extremadamente atentos y alertas a la postura (militar) rusa para evitar lo peor”, añadió. 

Durante la reunión en Moscú entre Macron y Putin la semana pasada ambos presidentes lograron encontrar algunos puntos en común. El líder galo definió algunas de las propuestas realizadas por Moscú como “realistas”, mientras que Putin calificó la cumbre como “útil y sustantiva”.

Blinken ha mantenido el mismo tono que Biden durante su conversación con Lavrov. “Si Moscú elige el camino de la agresión y sigue invadiendo Ucrania, la respuesta de Estados Unidos y nuestros aliados será rápida. Será unida, será severa”, advirtió el secretario de Estado. Por otra parte, también aseguró que la vía diplomática seguía abierta. “La forma en que Moscú puede demostrar que quiere seguir ese camino es simple. Debería reducir la escalada en lugar de escalar”, subrayó. 

Lavrov, por el contrario, acusó a Estados Unidos de lanzar una “campaña de propaganda” contra Rusia. Además, recalcó que esta campaña tiene como objetivo provocar, “alentando a las autoridades de Kiev a sabotear los acuerdos de Minsk y a nefastos intentos de resolver el problema de Donbass” por la fuerza.

Mientras la crisis en el Este de Europa escala, las tensiones entre Occidente y Rusia se trasladan al Pacífico, en concreto, al mar de Ojotsk. El Ministerio de Defensa de Rusia ha denunciado la presencia de un submarino nuclear estadounidense en sus aguas territoriales, cerca de las islas Kuriles.

El buque ruso Mariscal Shaposhnikov informó al submarino estadounidense que había entrado en aguas territoriales rusas, pero su aviso fue ignorado. Por este motivo, el buque ruso "utilizó los medios apropiados” para forzar al submarino a salir a la superficie, según indico el Ministerio ruso, sin especificar esos medios. 

Moscú también ha recordado que este movimiento supone una “grave violación del derecho internacional”. “Las acciones provocativas del barco de la Armada de Estados Unidos crearon una amenaza para la seguridad nacional de Rusia”, añadió el Ministerio ruso.

Este incidente se produce poco después de que Japón presentase sus quejas a Moscú sobre los ejercicios militares de la Armada rusa cerca de las islas Kuriles, reclamadas por Tokio. Este archipiélago es el centro de una disputa territorial entre Japón y Rusia desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Por otro lado, Tokio ha expresado su preocupación sobre el actual panorama en Europa. “Japón vigila con preocupación el movimiento militar ruso, que está aumentando en la zona fronteriza de Ucrania”, declaró a principios de mes el el ministro de Exteriores, Yoshimasa Hayashi. En este sentido, el Gobierno nipón también ha anunciado que enviará parte de sus reservas de gas licuado a Europa ante la posible falta de suministro en el continente. Este gesto ha sido elogiado por la Unión Europea y Estados Unidos, quienes llevan tiempo buscando nuevas alternativas al gas ruso.

En Europa la diplomacia continúa. Esta semana está previsto que el canciller alemán, Olaf Scholz, viaje a Moscú para reunirse con Putin. Scholz y Putin solo han hablado por teléfono una vez desde que el canciller asumió el cargo en diciembre, según fuentes oficiales del Gobierno alemán. Berlín ha sido objeto de críticas por parte de algunos aliados de la OTAN y por Ucrania debido a lo que consideran “postura blanda” sobre la crisis en el Este de Europa.

Coordinador de América: José Antonio Sierra