La inteligencia estadounidense teme que Teherán suministre también misiles de corto alcance al Ejército ruso

Rusia busca comprar a Irán 20.000 nuevos drones kamikazes

photo_camera REUTERS/ROMAN PETUSHKOV - Dron kamikaze Shahed-136 de fabricación iraní

Los habitantes de Yemen o Afganistán conocen bien el sonido. Es similar al que emite, por ejemplo, un cortacésped. Pero, a diferencia de esta máquina anodina, infunde temor. Ese sonido amenazante, que precede a la llegada de un dron, es ya habitual en Ucrania. Decenas de tipos de aviones de combate no tripulados sobrevuelan el terreno. Suelen ser de fabricación rusa, estadounidense, china o turca. Aunque dos de los últimos avistados son de fabricación iraní, el Shahed-136 y el Mohajer-6. 

Rusia compró en julio un lote de armas a Irán para apuntalar su defensa área contra el envalentonado Ejército ucraniano. El paquete comprendía unidades no cuantificadas de Shahed-136 y Mohajer-6, drones kamikazes que explotan en cuanto impactan contra el blanco. Las tropas rusas han venido utilizándolos en las últimas semanas en Kiev, contra objetivos civiles, y en otros puntos del país, contra la red eléctrica ucraniana. 

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aseguró el lunes que el Kremlin habría solicitado a Teherán la adquisición de otros 2.000 drones kamikaze Shahed-136, rebautizado por los rusos como Geran 2. Es una información de la inteligencia ucraniana, que identificó a principios de agosto este tipo de dron low cost en el campo de batalla. Cada unidad cuesta unos 20.000 euros, es uno de los más baratos del mercado.

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Dotado de un ala triangular y una ojiva de más de 35 kilos, una carga relativamente reducida en comparación con otros tipos de drones, el Shahed-136 cuenta con una autonomía de 2.400 kilómetros, por lo que puede operar mucho más allá de la línea del frente. Tiene la capacidad de sobrevolar la zona hasta fijar un objetivo determinado y una vez que impacta, detona. Es preciso y puede ser devastador, pero tiene fallos de bulto que pueden hacerle vulnerable ante defensas aéreas convencionales. Vuela lento, a baja altura y es excesivamente ruidoso. 

Antes de adquirir drones iraníes, el Ejército ruso había desplegado en Ucrania al menos una decena de aviones de combate no tripulados de fabricación propia, como el Orlan-10 o el Kartograf, de acuerdo con Conflict Armament Research, una organización de investigación militar con sede en el Reino Unido. Ninguno ha demostrado estar a la altura de las circunstancias, como señala el analista militar Federico Borsari en The European Council of Foreign Relations (ECFR). 

El Shahed-136 es un tipo de dron más presente en la guerra, como el Phoenix Ghost estadounidense o el Bayraktar TB2 turco, suministrados al Ejército ucraniano. El factor diferencial en este caso es que este armamento ha sido vendido al Kremlin por el régimen iraní, que comparte con su aliado ruso el objetivo de debilitar a Occidente. Aunque sus líderes, hasta el momento, han negado toda implicación en la invasión.

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Irán envía drones a Rusia desde agosto y seguirá haciéndolo con toda probabilidad si las sanciones no son efectivas. Pero no solo eso, sino que el régimen de los ayatolás ha participado de forma indirecta en la guerra con el envío de instructores militares a Crimea. Los miembros de la Guardia Revolucionaria instruyen a los soldados en el uso del Shahed-136 después de sufrir una serie de “fallos del operador y del sistema”. 

Así lo reveló el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby. “O bien no estaban siendo pilotados de forma adecuada y correcta, y no estaban alcanzando los objetivos, o los propios sistemas estaban sufriendo fallos y no funcionaban según los estándares que, aparentemente, esperaban los clientes”, explicó en rueda de prensa. 

Estados Unidos teme también que Rusia adquiera misiles iraníes de corto alcance Fateh-110 y Zolfaghar. La inteligencia estadounidense cree que la industria armamentística persa está preparando el envío, según adelantó The Washington Post. En la comparecencia de prensa, Kirby expuso este planteamiento, pero no dio más detalles. El portavoz también expresó la posición de la Casa Blanca, que está dispuesta a imponer nuevas sanciones contra Irán, como ya ha hecho junto a la Unión Europea y el Reino Unido. 

AP/ALEX BRANDON -El portavoz del Pentágono, John Kirby, durante una rueda de prensa en el Pentágono, el lunes 8 de febrero de 2021, en Washington.

Teherán rechaza de plano haber enviado armas e instructores al Ejército ruso, de la misma forma que el Kremlin. El ministro de Exteriores iraní, Hossein Amirabdollahian, dijo la semana pasada que Irán se oponía “firmemente a la guerra” y al envío de armamento militar “a cualquier bando”, y pidió pruebas a los funcionarios ucranianos que demostraran la utilización de drones iraníes en Ucrania. 

Por su parte, el presidente ucraniano culpó a Israel de haber alentado, con su inacción, la asociación de Rusia con Irán. “Esta alianza sencillamente no se habría producido si sus políticos hubieran tomado una sola decisión en su momento: la que nosotros pedimos”, subrayó Zelenski en referencia a las peticiones de Kiev para el envío de tecnología militar israelí. Ni Bennett, primero, ni Lapid, después, han dado un paso al frente. 

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