Las autoridades ucranianas muestran cierta cautela ante una posible estrategia del Ejército ruso

Rusia emprende la retirada en Jersón, la primera ciudad bajo su control desde el inicio de la invasión

PHOTO - El edificio administrativo de Jersón ya sin la bandera rusa

La bandera rusa ha dejado de ondear este jueves en el edificio administrativo de Jersón. Ocho meses después, el Ejército ruso ha emprendido aparentemente la retirada en la primera ciudad en caer en sus manos desde el inicio de la invasión, la única capital de óblast bajo su control hasta la fecha. Las tropas de Moscú han abandonado al lado oeste del río Dniéper ante la contraofensiva ucraniana, no sin antes aplicar su habitual táctica de tierra quemada. 

El administrador civil adjunto de Jersón, Kirill Stremousov, había anunciado horas antes que existía la probabilidad de que las tropas rusas se replegasen “a la orilla este de la región”, pero no aportó más detalles. Imágenes y vídeos publicados en redes sociales confirmaban la retirada. En la tarde del jueves apenas había rastro de oficiales rusos en el centro de la ciudad, ubicada al oeste del Dniéper.  

Jersón era una de las cuatro provincias ucranianas anexionadas por Rusia tras la celebración de los referéndums ilegales, considerados como una farsa por la comunidad internacional. El presidente ruso Vladímir Putin escenificó durante una ceremonia el Palacio del Kremlin la adhesión de las cuatro regiones en compañía de los cuatro líderes títeres, designados y controlados por Moscú. Un mes después, Rusia se retira. 

El general ruso Serguéi Surovikin, encargado desde octubre de dirigir la “operación militar especial”, declaró en su primera entrevista en el cargo para la emisora estatal Rossiya 24 que Moscú “debe tomar decisiones difíciles”. “La situación en Jersón no es fácil”, reconoció Surovikin, apodado como ‘el Carnicero de Siria’ y alabado por el líder checheno Ramzán Kadírov. Abrió entonces la puerta a una posible retirada.  

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Los oficiales ucranianos, sin embargo, muestran cierta cautela. Las fuerzas de Kiev no solo no advertían indicios de que las tropas rusas podrían emprender la retirada, sino todo lo contrario, que podían reforzarse. No terminan de confiar en una retirada total, como expresó la portavoz del Comando Sur de Ucrania, Natalia Humeniuk, que las inusuales maniobras de Rusia en Jersón podrían ser una trampa para atraer a las fuerzas ucranianas. 

“Parece que las fuerzas rusas se han retirado de algunas partes, pero también se han reforzado con personal movilizado. Los combates allí son difíciles. A pesar de la limitación del suministro, las fuerzas rusas no parecen haberse quedado sin munición”, escribe en la red social Twitter el analista Michael Kofman. “La situación en Jersón está clara como el barro”

Las partes se preparan para una dura batalla por tomar Jersón, quizá la más importante desde el inicio de la invasión. El enclave es estratégico para el Kremlin, se trata del último dique de contención en el lado occidental del Dniéper para frenar la contraofensiva del Ejército ucraniano. Además, funciona como puente terrestre con la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014.

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