La firma de un alto el fuego promete un escenario esperanzador para Azerbaiyán mientras Rusia supervisa el cumplimiento y Turquía intenta entrar dentro de los pactos de paz

Rusia frena los enfrentamientos entre Armenia y Azerbaiyán

photo_camera AP/KAREN MIRZOYAN - Reclutas voluntarios de etnia armenia se reúnen en un centro donde reciben sus uniformes y armas antes de ser enviados al frente cerca de Hadrut, autoproclamada República de Nagorno-Karabaj, Azerbaiyán, el martes 29 de septiembre de 2020

Ayer, por fin, dejaron de caer bombas en la región de Nagorno-Karabaj. Este es el primer alto el fuego que se respeta desde que se inició el conflicto el pasado sábado 26 de septiembre. La decisión ha sido tomada por el presidente azerí, Ilham Aliev, y el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, que han firmado un documento con nueve puntos para sellar una paz auspiciada por el presidente ruso, Vladímir Putin.

El Gobierno ruso ha publicado el texto completo de la declaración sobre el cese de la guerra en Nagorno-Karabaj en el que se relatan puntos similares a los ya debatidos en los Acuerdos de Madrid de 2009, cuando el Grupo de Minsk intentó resolver el conflicto antes de que volviera a estancarse. 

En el primer punto se anuncia un alto el fuego completo y el cese de todas las hostilidades en la zona del conflicto de Nagorno-Karabaj. Esto quiere decir también que tanto Azerbaiyán como Armenia se detienen en sus posiciones actuales sin avanzar ni retroceder. Durante el segundo punto se ha acordado que el distrito de Agdam tiene que devolverse a Azerbaiyán antes del 20 de noviembre de 2020.

El tercer punto centra el protagonismo de la paz en el vecino soviético. “A lo largo de la línea de contacto en Nagorno-Karabaj y a lo largo del corredor de Lachín se desplegará un contingente de mantenimiento de la paz de Rusia, que incluirá a 1.960 militares con armas pequeñas, 90 vehículos blindados de transporte de personal, así como 380 unidades de automóviles y equipo especial”, reza el documento.

El contingente ruso de mantenimiento de la paz se desplegará en paralelo con la retirada de las fuerzas armadas de Armenia. Así lo dice el cuarto punto del acuerdo que contempla un período de despliegue militar de cinco años que se prorrogará automáticamente por otros cinco años si ninguna de las partes declara su intención de dar por terminada la aplicación de esta disposición.

El acuerdo también ha considerado, en su quinto punto, la creación de un centro de mantenimiento de paz para controlar el alto el fuego. “Esto aumentará la eficacia del control sobre la aplicación de los acuerdos por las partes en conflicto”, explica el documento ruso. 

Putin

El punto número seis del acuerdo le ha pasado factura a Armenia y, en consecuencia, al primer ministro Pashinián. "Armenia devolverá a Azerbaiyán la región de Kalbajar antes del próximo 15 de noviembre, y la región de Lachín, antes del 1 de diciembre”. Esto ha provocado numerosas protestas en las calles de Armenia, los manifestantes han llegado incluso al Parlamento y lo primero que han pedido es la dimisión del primer ministro.

El corredor de Lachín es de 5 kilómetros de ancho y garantizará la conexión entre Nagorno-Karabaj y Armenia y al mismo tiempo no incluirá a la ciudad de Shushi. Esta ciudad permanecerá bajo el control del contingente de mantenimiento de la paz de Rusia.

Por acuerdo entre las partes, en los próximos tres años se determinará un plan para la construcción de una nueva ruta por el corredor de Lachín que garantizará la comunicación entre Nagorno-Karabaj y Armenia, con el posterior redespliegue del contingente ruso de mantenimiento de la paz para proteger esta ruta. Azerbaiyán, por su parte, garantizará la seguridad del tráfico de ciudadanos, vehículos y mercancías a lo largo del corredor Lachín en ambas direcciones.

El punto número siete del acuerdo se centra en las víctimas civiles y los desplazados. Todos aquellos que quieran regresar al territorio de Nagorno-Karabaj y las áreas adyacentes podrán hacerlo bajo el control de la Oficina del Alto Comisionado para las Naciones Unidas para los Refugiado  (ACNUR).

En el penúltimo punto se habla de un claro intercambio de prisioneros de guerra, rehenes y detenidos, así como de los cuerpos de los fallecidos durante los enfrentamientos. Y para finalizar, “se desbloquearán todos los enlaces económicos y de transporte de la región”. 

Armenia garantiza la seguridad de las conexiones de transporte entre las regiones occidentales de Azerbaiyán y la República Autónoma de Artsaj a fin de organizar el movimiento sin obstáculos de ciudadanos, vehículos y mercancías en ambas direcciones. El control del transporte, han vuelto a recordar, “corre a cargo de los órganos del Servicio de Fronteras del Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia”.

Ambas partes se han comprometido a reconstruir las nuevas comunicaciones entre Nagorno-Karabaj y el Estado azerí, que llevan sin tener contacto desde que se autoproclamaron independientes y juraron lealtad a Armenia. 

Ilham Aliev

Alíev también calificó de "histórico" el acuerdo con Armenia y Rusia sobre el cese de la guerra en la disputada región, y expresó su agradecimiento a Putin por su participación personal en la resolución de ese conflicto armado. "Bakú se alegra de que se ponga el punto final en la resolución del conflicto en Nagorno-Karabaj que ha durado muchos años", manifestó Alíev en su discurso ante la nación.

Por su parte, Pashinián ha señadao que ha sido "una decisión muy dura" de tomar y que el texto de la declaración es muy "doloroso", tanto para él personalmente, como para todo el pueblo armenio. Sin embargo, Armenia estaba perdiendo la guerra y ha tenido que sopesar si acabar con su ejército o negociar un acuerdo. Tras "un análisis profundo de la situación militar" y varias consultas con personas al tanto del desarrollo de los acontecimientos en la línea de batalla, el primer ministro armenio llegó a la conclusión de que era "la mejor decisión en la situación actual".

Por su parte, Putin expresó la esperanza de que el acuerdo permita resolver las tensiones de manera justa y que responda a los intereses tanto de los armenios como de los azerbaiyanos. 

Mientras tanto, el presidente de la República no reconocida de Artsaj, Arayik Harutyunián, dio ya su consentimiento para poner fin a las hostilidades en el conflicto con Azerbaiyán.

Erdogan insiste ante Putin que Turquía quiere ser observador de paz

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, expresó este ayer a su homólogo ruso Putin, su convicción de que Turquía debe participar en el control del alto el fuego en Nagorno-Karabaj.

Estas declaraciones han sorprendido al mundo entero ya que el país turco ha sido el único Estado ajeno que se ha metido de lleno en la guerra de Nagorno-Karabaj. Desde el inicio de los enfrentamientos se ha confirmado que Turquía ha estado apoyando a Azerbaiyán con milicianos sirios y libios, armas y munición militar de origen turco.

En una conversación telefónica con Putin, Erdogan describió el alto el fuego como un paso correcto hacia una paz duradera, señala un comunicado de la Presidencia turca publicado por la agencia Anadolu.

Turquía quiere formar parte de la historia de Nagorno-Karabaj sea como sea e insistió a Putin en que Turquía y Rusia deben avanzar juntas “para no malgastar la oportunidad de colocar los fundamentos de una paz estable acorde a los compromisos firmados”.

En este contexto, Erdogan subrayó la importancia de establecer en los territorios recuperadas por Azerbaiyán un centro conjunto desde el que Turquía, junto con Rusia, puedan realizar actividades de observación y control del alto el fuego.

Erdogan

Al anunciar el acuerdo, el presidente azerbaiyano Alíev, ya había avanzado que los militares turcos participarían en la vigilancia de la tregua, aunque el pacto de 9 puntos firmado con mediación rusa entre Bakú y Erevan no menciona esta opción en ningún momento.

Habrá que esperar estas próximas semanas para saber cuál es el papel que tomará Turquía en la paz del conflicto de Nagorno-Karabaj. Pero sobretodo, habrá que esperar a ver si Putin le da permiso para formar, junto a sus tropas, un sistema de vigilancia y control internacional que asegure la paz entre Armenia y Azerbaiyán.

Breve resumen histórico sobre Nagorno-Karabaj

Este territorio se encuentra dentro de Azerbaiyán y es un pequeño enclave de población armenia que ha intentado independizarse y formar parte del país vecino, Armenia. Con 140.000 habitantes de los cuales el 90% hablan armenio en 1991 se autoproclamaron como Estado independiente creando la “República de Artsaj”.

Para entender cómo comenzó todo este conflicto territorial hay que volver a 1918, cuando con la creación de la URSS, se ocupó la región caucásica y se dividió el territorio en tres repúblicas socialistas: Georgia, Armenia y Azerbaiyán. 

Como en muchos otros casos de la historia de la colonización, no se tuvo en cuenta las etnias y religiones que convivían en la zona. Así es como Nagorno-Karabaj se quedó dentro de Azerbaiyán a pesar de ser más afín a Armenia. Durante muchos años, esta incómoda situación se mantuvo así sin querer llevar la contra a la cúpula soviética.

Pero cuando el imperio soviético empezó a flaquear, los habitantes de Nagorno-Karabaj comenzaron a manifestarse y Armenia, en un intento de ampliar su territorio, entró en una guerra con Azerbaiyán que duraría ocho años (1987-1994). Esta guerra se llevó por delante más de 30.000 vidas humanas y alrededor de un millón de desplazados.

A pesar de que la URSS intentó evitar esta anexión, sus prioridades empezaban a concentrarse en sobrevivir. Así es como el régimen soviético se fue desinflando sin poder ejercer ningún tipo de influencia. En 1991 se produce la independencia de la República de Artsaj y ambos territorios empiezan a compartir administración y bancos. 

Pashinián

Hay que recordar también que, al final de la guerra en el 94, Armenia ganó terreno azerí rodeando la zona este de Nagorno-Karabaj. La guerra acabó con los azerbaiyanos como grandes perdedores ya que, de repente, se encontraron con un 20% de su país invadido por Armenia y una república independiente proclamada sin su consentimiento. Alrededor de unos 800.000 azeríes tuvieron que abandonar la zona ocupada tras la guerra.

La República de Artsaj no ha sido reconocida como Estado por ningún país de las Naciones Unidas, pero las actividades diplomáticas para reconocer la región han hecho grandes esfuerzos para conseguir sus objetivos.

En la ciudad de Madrid, en 2009, se hizo un intento de avivar la resolución del conflicto en el que se propusieron tres líneas para relajar las tensiones: primero, los habitantes de Artsaj podrían decidir si ser de Armenia o de Azerbaiyán. El segundo punto instaba al Ejército armenio a retirarse de la región ocupada al sureste de Nagorno-Karabaj. Y, por último, Azerbaiyán garantizaría un corredor humanitario para todos los que quieran salir de Artsaj hacia Armenia.

Estas conversaciones quedaron en saco roto ya que ninguno de los dos países estaba dispuesto a renunciar al territorio de Nagorno-Karabaj. Las tensiones se fueron acumulando hasta el 26 de septiembre de 2020, que han vuelto a reanudar el enfrentamiento militar dejando miles de heridos y muertos, según informan fuentes de los Ministerios de Defensa de ambos bandos.

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