En un encuentro en Moscú con su homólogo ruso, Amir-Abdollah espera que el acuerdo de cooperación estratégica con Rusia culmine “en menos de un mes”

Rusia, Irán y un nuevo acuerdo de cooperación a largo plazo

PHOTO/TWITTER/Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia/@mfa_russia - El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Hussein Amir-Abdollah, con su homólogo ruso, Sergéi Lavrov, en una visita a Moscú

Moscú y Teherán redefinen sus lazos futuros. Las dos potencias más sancionadas del mundo buscan fortalecer un frente común por el que sortear las presiones de Occidente en su momento de mayor aislacionismo. Pero los ritmos se aceleran y las dos potencias nucleares buscan cerrar filas lo antes posible. El último intento, con la visita del ministro de Exteriores iraní a la capital rusa.

Hussein Amir-Abdollah ha querido sumarse a los líderes que han abarrotado los pasillos del Kremlin las últimas semanas para consolidar sus particulares relaciones, y lo ha hecho con varias peticiones sobre la mesa. La principal, firmar el acuerdo de cooperación estratégica a largo plazo que siempre ha definido la política común de Rusia e Irán en los últimos 20 años, pero que lleva sin renovarse desde 2021. Su extensión parece ser ahora cuestión de días.

“Las revisiones sobre el acuerdo de cooperación estratégica a largo plazo entre los dos países sean finalizado en Rusia. Irán también lo ha examinado. Espero que, en menos de un mes, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán lleve a cabo la revisión final del acuerdo”, afirmó Amir-Abdollah en una rueda de prensa conjunta con su homólogo ruso, Sergei Lavrov.

Una reunión “importante y productiva” que describía el canciller iraní en su cuenta de Twitter y que subrayaba el propio Lavrov. Para él ha habido un crecimiento constante de los lazos bilaterales en el marco de la comisión económica conjunta y una estrecha cooperación en asuntos internacionales y regionales. Según Lavrov, se han desarrollado relaciones Teherán-Moscú en los campos político, comercial, de inversión y económico, y también la implementación de proyectos clave. Pacto nuclear mediante.

El uranio, una toma de temperatura con Occidente

El pacto nuclear de 2015, la conocida firma del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés), no iba a pasar de lejos en la reunión entre Amir-Abdollah y Lavrov. La cooperación en el campo de la energía nuclear es uno de los puntos clave en las relaciones entre los dos países, pero paralizado hasta ahora por la retirada unilateral de Estados Unidos en 2018, en pleno esplendor de la Administración Trump.

Para Lavrov no hay alternativa a la JCPOA, y por ello apuesta por su única solución posible: instar a Washington a levantar las sanciones contra Irán y volver al acuerdo nuclear de 2015. Misma percepción que la de Teherán. “Hablamos sobre la situación en torno al JCPOA sobre programa nuclear iraní. Tenemos un enfrentamiento común de que no hay alternativa a este acuerdo internacional", sentenció Lavorv.

Y es que en el mismo día de su aterrizaje en Moscú, Amir-Abdollah instaba tanto a Estados Unidos como a los tres países europeos firmantes del acuerdo – Alemania, Francia y Reino Unido – a reactivar el acuerdo de 2015 y amenazaba con que esta propuesta no estará abierta para siempre. Pero por el momento las negociaciones parecen estar en punto muerto, después de que Putin las utilizara para sacar rédito en Ucrania. Para Biden y para la Unión Europea no hay ficha que mover.

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El suculento negocio de armas iraní

“Ciertamente, uno de los asuntos en la agenda común de Teherán y Moscú es la cooperación en defensa. Nuestra cooperación no estará en contra de ningún lado”, defendía Amir-Abdollah frenta a las acusaciones de Occidente de ser Irán uno de los proveedores del armamento de Rusia en su invasión de Ucrania. Concretamente los drones Shahed-136 que serían utilizados por las tropas rusas para destruir infraestructura civil ucraniana.

Tal y como apunta el diario Sky News, Irán ha suministrado en secreto grandes cantidades de munición, cohetes y proyectiles de mortero a Rusia para reforma el grueso de su arsenal en Ucrania. Pero tanto Moscú como Teherán insisten en desmentir estas acusaciones. La preocupación de Occidente se centra ahora en las sospechas de que Irán pueda suministrar misiles balísticos.

Todo es posible si finalmente se firma cuanto antes el nuevo acuerdo de cooperación a largo plazo, ya que el auxilio en defensa versará como punto clave en el matrimonio de conveniencia que mantienen, ahora más que nunca, Rusia e Irán. 

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