Sánchez empuja a Xi Jinping a reunirse con Zelenski
Pedro Sánchez se ha convertido en el primer líder europeo en verse las caras con Xi Jinping una semana después de que el mandatario chino refrendara su “amistad sin límites” con Vladímir Putin por los pasillos del Kremlin. Xi ha recibido este viernes al presidente del Gobierno de España en el imponente Gran Palacio del Pueblo de Pekín, aledaño a la histórica plaza de Tiananmén, para testar su capacidad de influencia en el seno de la Unión Europea y, de paso, para conmemorar el 50 aniversario del establecimiento de los canales diplomáticos entre ambos países, motivo oficioso de la invitación.
“Aquí, el presidente Sánchez ha vendido la cita con un doble sesgo. De una parte, supondría un mayor reconocimiento del estatus internacional de España, cada vez más restablecido tras la pérdida de reputación de los años que siguieron a la crisis financiera de 2008”, explicaba el sinólogo Xulio Ríos en las páginas de CTXT. “De otra, representa una oportunidad para avanzar en un diálogo que pueda abrir puertas al cese de hostilidades en Ucrania y, quizá, a la apertura de negociaciones de paz, al abrigo de lo que aparenta ser un esfuerzo chino por poner fin a la guerra en medio de un escepticismo occidental generalizado”.
España y China son dos países en ascenso. La Cumbre de la OTAN celebrada el pasado mes de junio en Madrid reubicó a España en el mapa geopolítico tras décadas de política exterior languideciente. El Concepto Estratégico aprobado en aquella cita se mostraba especialmente duro con China, a quien describía como un actor que amenaza “los intereses, seguridad y valores” de la Alianza Atlántica. Las presiones del Gobierno español y otros miembros consiguieron suavizar a última hora el texto, pero no borraron la huella de Estados Unidos.
Agradezco al presidente Xi Jinping su recibimiento en este viaje histórico.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) March 31, 2023
Esta visita impulsa nuestras relaciones bilaterales y refuerza la cooperación en diversos desafíos globales.
También hemos mantenido un intercambio sincero sobre la agresión de Rusia contra Ucrania. pic.twitter.com/s1AFqcQl38
China, por su parte, juega en otra liga. El levantamiento de la agresiva política de Covid cero para frenar los contagios ha embarcado a Pekín en una ambiciosa campaña diplomática para captar adeptos. La presentación de la ambigua propuesta de paz de 12 puntos para Ucrania, la sorprendente reconciliación diplomática entre Irán y Arabia Saudí y las sucesivas rondas de diálogo con líderes europeos, que comienzan precisamente con la visita de Sánchez, dejan a las claras la voluntad de Xi Jinping de marcar la agenda.
El presidente del Gobierno español visitaba al mandatario chino con la intención de trasladarle la postura de la Unión Europea y las reclamaciones del presidente ucraniano Volodímir Zelenski sobre la invasión rusa. Aunque quiso conocer de primera mano el punto de vista de Xi. Su propuesta de paz de 12 puntos, recibida de buen grado en Moscú, levantó una oleada de críticas en Washington y el resto de capitales occidentales, que consideraron el texto manifiestamente favorable a los intereses del Kremlin. Ni siquiera contemplaba la retirada de tropas rusas de Ucrania.
El presidente del Gobierno se ciñó en este sentido a la Carta de Naciones Unidas a la hora de defender los principios del orden internacional basado en normas y el respeto de la integridad territorial del país agredido “tal y como reclama el presidente Zelenski en su fórmula para la paz y que España apoya”. La máxima del Gobierno de Sánchez es que cualquier plan de paz cuente con la aprobación de Kiev y, en última instancia, de la sociedad ucraniana.
De hecho, el jefe del Ejecutivo “animó” a Xi a tener “una conversación” con Zelenski para conocer de primera mano sus reivindicaciones. El presidente ucraniano ha invitado al mandatario chino a visitar el país, pero por el momento no ha recibido respuesta. No se espera que lo haga para no soliviantar en exceso a Rusia, hoy su principal aliado.
En la agenda bilateral figuraban otros asuntos, como el de retomar las relaciones comerciales tras el impacto de la pandemia. China es el principal socio de España fuera de la Unión Europea. “Para el Gobierno de Sánchez, China es un socio económico atractivo y clave, también para abordar terceros mercados, además de una parte interesada necesaria para hacer frente a cuestiones cruciales de la agenda global como el cambio climático, la no proliferación de armas de destrucción masiva y la seguridad mundial”, explica Mario Esteban, investigador principal del Real Instituto Elcano. Pero Estados Unidos equilibra —y desnivela en algunos casos— la balanza a su favor.
China, sin embargo, concede cierta importancia a sus relaciones con España, sobre todo porque asumirá a partir del próximo 1 de julio la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea. Liderará a los Veintisiete hasta finales de 2023. El propio Sánchez hizo alusión a esta cuestión para explicar que quería buscar más espacios de cooperación y diálogo.
En la rueda de prensa posterior, el presidente chino saludó al rey Felipe VI y enfocó su discurso en el 50 aniversario de sus relaciones bilaterales. Xi destacó la colaboración a todos los niveles que se ha venido produciendo en este periodo y aseguró que ambos países actúan con respeto mutuo y en medio de una relación estratégica integral. También elogió a Sánchez por su gestión de la crisis de la COVID-19, así como los datos de crecimiento económico de España.
A primera hora de la mañana, Sánchez ha mantenido dos encuentros de carácter económico. El primero, con un grupo de empresarios españoles afincados en el país. El segundo, con un grupo de turoperadores chinos, según refleja la agenda del presidente. Y antes, el presidente del Gobierno se había reunido con el recién nombrado primer ministro, Li Qiang, con quien discutió principalmente asuntos económicos. Después hizo lo propio con el presidente de la Asamblea Popular Nacional china, Zhao Leji. Apenas ha necesitado salir del Gran Salón del Pueblo.
