El valor de la petrolera estatal saudí se acerca a los dos billones de dólares tras su primer día en el mercado de acciones

Saudi Aramco se estrena en bolsa con una subida del 10%

photo_camera REUTERS/AHMEND JADALLAH - Instalaciones de: Aramco en el campo petrolero Shaybah de Saudi Arabia Saudita

Estreno positivo para Saudi Aramco en los parqués. La petrolera saudí ha aumentado su valor en un 10% en su primer día; es el máximo incremento permitido por las normas del Tadawul, el mercado de acciones del país. Saudi Aramco es ya la compañía más valiosa del mundo, con un valor de 1,87 millones de dólares -cerca de 1,68 billones de euros-, por encima de otras como Microsoft, Alibaba o Apple. Según las agencias de calificación de riesgo Moody’s y Fitch, la entidad cerró el ejercicio económico de 2018 con un beneficio neto de unos 111.000 millones de dólares.

La esperada salida a bolsa del gigante energético, por tanto, no ha defraudado. El momento se ha vivido con gran expectación en Riad. Los ejecutivos de la compañía se han reunido en el Hotel Fairmont de la capital saudí, donde se ha seguido el crecimiento de la cotización. Las acciones, que inicialmente se pusieron a la venta por valor de 32 riales cada una, han cerrado con un valor de 35,2 riales. El parqué también ha sido escenario de celebración; el Tadawul, gracias a la entrada en acción de Saudi Aramco, ha pasado a ser la séptima bolsa del mundo, por encima de las de Frankfurt, Toronto y Bombay. Hasta ayer, todas las empresas del mercado de acciones sumaban un valor de mercado de 500.000 millones de dólares.

Conferencia de prensa de la compañía petrolera estatal en el Plaza Conference Center en Dhahran, Arabia Saudita

La petrolera ya protagonizó la mayor operación pública de venta de la historia, en la que recaudó 25.600 millones de dólares (algo más de 23.000 millones de euros). No obstante, su alcance fue, esencialmente, nacional. La maniobra no atrajo demasiado capital extranjero, debido, fundamentalmente, a preocupaciones sobre los niveles de gobernanza y de seguridad en Arabia Saudí. El impacto ambiental de las actividades de la empresa también tuvo que ver en la timidez de los inversores internacionales.

Paradójicamente, el volumen de capital flotante de la empresa -esto es, las acciones que son negociables en el mercado- es relativamente pequeño. Solamente representa un 1,5% del total del accionariado. Por esta razón, la petrolera no es la primera en los índices bursátiles de su país. Aun así, es previsible que el valor global de Saudi Aramco continúe subiendo como la espuma. Es probable que se sitúe en el nivel de los dos billones de dólares pronto, el ambicionado por las autoridades, puesto que su subida inicial solo se ha visto limitada por las reglas de la bolsa saudí. No hay razón, según analiza el portal especializado Bloomberg, para que la euforia no continúe.

Además, la financiera Goldman Sachs, como encargada de apoyar la operación pública de venta (‘stabilising manager’ es el término técnico), tiene la opción de ejecutar una ampliación de la oferta a otros 450 millones de acciones nuevas en los próximos treinta días, lo que aumentaría todavía más el valor de la empresa.

El príncipe heredero de Arabia Saudí Mohamed bin Salman

La operación de venta pública y de salida a bolsa de Saudi Aramco, culminada después de cuatro años de planificación, es una de las grandes apuestas del reino wahabita para conseguir financiación. Se enmarca en la iniciativa Visión 2030 promovida por el heredero del trono Mohamed bin Salman, un intento por diversificar el tejido económico saudí. 

La incipiente pujanza de Estados Unidos en el mercado del petróleo, que se ha convertido en el primer productor mundial de crudo, ha minado el papel protagonista de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), grupo liderado de facto por Riad. En un intento de revertir la dinámica negativa, el colectivo ha planteado recientemente la posibilidad de expandir los recortes que ya se aplican sobre la producción diaria de barriles con la esperanza de que los precios aumenten.

La salida a bolsa de Saudi Aramco, además, ha servido para revitalizar el funcionamiento de la petrolera. Sus instalaciones en la ciudad costera de Jeddah fueron bombardeadas a mediados del pasado mes de septiembre. Los rebeldes hutíes de Yemen se adjudicaron en un comunicado la autoría del ataque. Las autoridades militares saudíes, sin embargo, apuntaron directamente a Irán como el lugar de procedencia de los proyectiles.

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