Scholz pide a Putin la retirada total de las tropas rusas de Ucrania
El canciller alemán Olaf Scholz está cercado por dos frentes. La llamada con el presidente ruso, Vladimir Putin, en la que Scholz pide la retirada de las tropas rusas y el reconocimiento de la soberanía ucraniana coincide con las críticas recibidas por su vacilación para aumentar el apoyo armamentístico en Kiev.
“Dada la gravedad de la situación militar y las consecuencias de la guerra en Ucrania, el canciller instó al presidente ruso a encontrar una solución diplomática lo antes posible, basada en un alto el fuego, una retirada completa de las tropas rusas y respeto por la integridad territorial y la soberanía de Ucrania”, resumía el Gobierno alemán la llamada telefónica realizada en Scholz y Putin.
Entre todos los temas que trataron en la conversación que duró unos 90 minutos, el canciller alemán se adelantaba con los planes rusos sobre Ucrania. “Cualquier otro movimiento de anexión de Rusia no quedaría sin respuesta y no sería reconocido bajo ninguna circunstancia”, refiriéndose a los planes del Kremlin de realizar referéndums de anexión en las zonas ocupadas en Ucrania. Con ello, el canciller insistía a Rusia a respetar la integridad territorial y la soberanía del país invadido.
Sin embargo, estas peticiones se cruzan con las críticas a Alemania por la moderación en el envío de armamento a Ucrania. Desde que la contraofensiva ucraniana empezó a dar sus frutos con sus rápidos avances en el campo de batalla, tanto el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, como el resto de aliados occidentales han pedido reforzar el envío de armamento. Pero Alemania, el quinto mayor exportador de armas del mundo, se niega a la principal demanda de Ucrania: el envío de los tanques de batalla Leopard y los vehículos de combate de infantería Marder.
Los reproches no han tardado en llegar. El primero ha sido el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba. “Señales decepcionantes de Alemania, mientras que Ucrania necesita leopardos y marders para liberar a las personas y salvarlas del genocidio. Ni un solo argumento racional sobre por qué no se pueden suministras estar armas, solo miedos abstractos y excusas. ¿De qué tiene miedo Berlín que no tenga Kiev?”, apuntaba en su cuenta de Twitter.
Disappointing signals from Germany while Ukraine needs Leopards and Marders now — to liberate people and save them from genocide. Not a single rational argument on why these weapons can not be supplied, only abstract fears and excuses. What is Berlin afraid of that Kyiv is not?
— Dmytro Kuleba (@DmytroKuleba) September 13, 2022
La respuesta se encuentra en la repetida argumentación de Scholz sobre que no enviará estos tanques, mientras el resto de aliados tampoco lo haga, porque Berlín “no hace carreras en solitario”. Un argumento que no comparte el resto del Ejecutivo alemán, como la presidenta del comité de defensa del parlamento alemán, Marie-Agnes Strack-Zimmermann, que arremetía contra Scholz. “Cuando se trata de la cuestión del suministro de tanques y armas pesadas a Ucrania, a algunas partes les gusta señalar a la defensiva que no podemos hacerlo solo sin nuestros socios. Pero nuestros socios nos están dando luz verde para finalmente seguir adelante”, decía.
Y es que las propias críticas internas se suman a las de la oposición haciendo temblar la estabilidad del nuevo Gobierno alemán. El principal partido opositor, la Unión Demócrata Cristiana, ha anunciado que presentará una moción parlamentaria la próxima semana, si Scholz no acepta aumentar las entregas de armas a Ucrania.
Sin embargo, el envío de armas no es el único problema que afecta a Alemania. En la conversación con Putin, ambos dirigentes trataron cuestiones clave en la crisis energética como el envío de gas a través del gasoducto Nord Stream 1. Según Moscú, “Rusia ha sido y sigue siendo un proveedor confiable de recursos energéticos”, argumentando que el corte de gas obedece simplemente a las sanciones occidentales, que interfieren en con su mantenimiento.
Unas declaraciones que hacen entrever que va a continuar los cortes de gas, y que la Unión Europea y sobre todo Alemania, gran dependiente del gas ruso, tendrán que buscar alternativas energéticas. La propia Comisión Europea pidió a los países miembro de los Veintisiete que se prepararan con anticipación para detener por completo el suministro de gas ruso. Alemania ya comenzaba con sus primeras medidas energéticas este verano, aunque deberá planear más políticas para enfrentar la crisis energética.
Finalmente, en la conversación Scholz y Putin hablaron también de la situación en la central nuclear de Zaporiyia, a la que el canciller alemán instó a aplicar las medidas propuestas por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Las demandas de Scholz también se hacían notar respecto al acuerdo para la salida del grano ucraniano entre Rusia y Ucrania, auspiciado por Turquía y la ONU. Según el comunicado del Gobierno alemán, Scholz “apeló al presidente ruso a no desacreditar este acuerdo y a seguir aplicándolo en su totalidad”. El canciller pedía también a Putin que los prisioneros de guerra ucranianos sean tratados conforme al Convenio de Ginebra.
